Desde una nueva perspectiva, Byung-Chul Han propone una filosofía de los teléfonos inteligentes, así como una crítica a la información y la inteligencia artificial.
“No-cosas” es un libro del filósofo alemán de origen surcoreano Byung-chul Han publicado en su idioma original en el 2021 y traducido al español en el mismo año.
En este libro aborda la desmaterialización del mundo actual y con eso la consecuente pérdida de la naturaleza de las cosas. Les dejamos con un resumen del libro.
Hoy desaparecen las cosas sin que nos demos cuenta, pero no las desaparece ningún régimen policiaco, ningún autoritarismo. Se trata de un frenesí de comunicación e información lo que las hace desaparecer.
No vivimos en un reino de violencia, vivimos en un reino de información que se hace pasar por libertad. Es la información la que se coloca delante de las cosas y las desaparece.
La digitalización desmaterializa el mundo y con las cosas se van nuestros recuerdos y en lugar de guardar recuerdos terminamos almacenando una enorme cantidad de datos.
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El orden terreno se compone de cosas que adquieren forma duradera y crean un entorno estable para habitar. Son esas cosas del mundo en el sentido con que lo piensas ganar en esas cosas del mundo
Son las que estabilizan la vida humana, pero sea hemos dejado de habitar la tierra y el cielo. Actualmente habitamos Google Earth y la nube las cosas son polos de reposo de la vida y en la actualidad las cosas están recubiertas de información.
Hannah Arendt sumaba las cosas la verdad como factor de estabilización de la vida porque la verdad posee la firmeza del ser, la distinguen la duración y la constancia; la verdad es facticidad, pertenece al orden terreno, le brinda un sostén a la vida el orden digital.
En cambio pone fin a la era de la verdad ahora estamos viviendo en la era de la información post factual. El régimen actual de la información se rige por encima de la verdad de los hechos. Es volátil pierde consistencia y dónde nada es firme se pierde todo sostén.
En ciento punto la información ha dejado de ser informativa hoy es deformativa: lo falso y lo verdadero se nivelan, ya no se distinguen. La información circula sin referencia alguna a la realidad en un espacio Hyper Real y aparecen las fake News, que son informaciones que pueden resultar incluso más efectivas que los hechos, porque lo que hoy tiene importancia y se valora no es lo verdadero de los hechos sino el efecto a corto plazo de la información.
La eficacia ha sustituido a la realidad. Actualmente los afectos y las emociones dominan la comunicación y a diferencia de la racionalidad, las emociones son elementos muy variables y terminan desestabilizando a la vida, pero no solamente las emociones desestabilizan la vida, vivimos también una desintegración de las arquitecturas temporales estabilizadoras entre las que se encuentran los rituales; lo cual hace que la vida sea inestable, por lo tanto, para volver a estabilizar la vida es necesaria otra política del tiempo, porque todo lo que estabiliza la vida requiere tiempo.
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La fidelidad, el compromiso y las obligaciones son prácticas que requieren tiempo; se proyectan del presente al futuro la confianza las promesas y las responsabilidad, también sus prácticas que requieren tiempo. La observación atenta y detenida requiere tiempo, la contemplación de las cosas la tensión sin intención son formas de la felicidad que retroceden ante la casería de información.
La percepción relacionada con la información excluye la observación larga y lenta la información nos hace miopes y precipitados; resulta imposible detenerse la información. Por eso corremos detrás de ella sin alcanzar el saber. Tomamos nota de todo sin llegar a conocer, viajamos a todos lados sin alquiler. Nos comunicamos todo el tiempo sin formar parte de una comunidad, almacenamos grandes cantidades de datos sin recuerdos que conservar.
Acumulamos amigos y seguidores, sin encontrar al otro. El orden terreno está siendo sustituido por el orden digital, este desnaturaliza las cosas del mundo informatizándolas. El teórico de los medios Vilem Flusser observó que las “no cosas” penetran por todos lados en nuestro entorno y desplazan las cosas aquellas se las llama informaciones.
Estamos viviendo en medio de una transición de la era de las cosas a la era de las no cosas. El mundo se torna cada vez más intangible nublado y espectral, ya nada es sólido, oye la información y no las cosas.
La qué determina el mundo en que vivimos las energías libidinales se desplazan de las cosas a las no cosas y su consecuencia es la infomanía todos nos hemos vuelto infómanos. El fetichismo de las cosas se ha terminado ahora somos fetichistas de la información y de los datos. La digitalización acaba con el paradigma de las cosas y las supedita a la información en qué se convierten las cosas cuando prevalece de información.
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Las cosas se convierten en ninfómanas, es decir, en actores destinados a procesar información, vivimos en una Infoesfera, ya no manejamos cosas ahora interactuamos con “infomatas”.
El orden digital carece de historia y de memoria y como consecuencia de hechos fragmenta la vida, la información, toma la forma de una cabeza de Jano. Nos permite acceder a mayor libertad, por un lado, y al mismo tiempo nos somete a un mayor control nos convertimos en objetos de una visión Panoptica.
Los mismos infómatas que nos facilitan la vida nos vigilan y como consecuencia de eso permanecemos confinados en la Infoesfera. Vilém Flusser imagina el mundo futuro con imágenes utópicas de un ser humano sin interés por las cosas, sean o un homo faber, un trabajador, sino que imagina un futuro dominado por un Homo ludens, un jugador, sea que los aparatos programados harán su trabajo y no necesitará utilizar sus manos, que es su órgano de trabajo,
Solo necesitará utilizar sus dedos dedicados a elegir en lugar de actuar estamos frente al Phono sapiens, un ser humano que solo juega y disfruta sin mayores preocupaciones actuar, es un verbo característico de la categoría histórica porque quién actúa rompe con lo existente y pone en el mundo algo nuevo, algo diferente.
A diferencia de este, el humano jugador del futuro del que habla flooxer, manualmente inactivo, representa el fin de la historia porque el juego no interviene en la realidad, no la cambia, no la transforma. Así cada época define a la libertad de diferentes maneras en la modernidad, la libertad se traducía en autonomía en libertad de acción.
Estamos frente a un nuevo ser humano que requiere acceder, más que poseer un ser humano desinteresado de las cosas, de las posesiones. Quiere disfrutar y experimentar más que poseer en la era de las no cosas se percibe un tono utópico en la acción de poseer, saque solo una relación intensa con las cosas,. Las convierte en una posesión la posesión para Walter Benjamín es la relación más profunda que se puede tener con las cosas.
Por eso los productos de consumo destinados a ir rápidamente a la basura conceptualmente ya no los poseemos, para poseerlas se necesita depositar historia en las cosas. Por eso el coleccionista es para Walter Benjamín una verdadera figura utópica, es el último reducto de las cosas porque el coleccionista despoja las cosas de su carácter de mercancía. Lo cual convierte al verdadero coleccionista en lo contrario de un consumidor, el coleccionista sería entonces un salvador de las cosas. Ese a que está menos interesado en la utilidad y el valor de uso que en su historia y fisonomía, pero nuestro futuro no será la utopía de Benjamín en la que las cosas se liberan de su carácter de mercancía.
Tomado de http://Notaantrpologica.com/
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