Con el soporte de actualizaciones tengo la sensación de que hemos pasado de la noche a la mañana. Hasta hace nada podías tener un móvil de gama alta que se quedaba sin actualizar con apenas un par de años de uso a el futuro que se nos presenta en la actualidad: móviles de gama media y hasta modestos con la promesa de hasta siete años de actualizaciones. Un giro de 180 grados en las actualizaciones que tiene su lado bueno y una larga lista de incógnitas.
La primera de todas ellas es cómo va a soportar el hardware viejo (y a veces, básico) la llegada de software nuevo. Pero antes hay otras cuestiones. Como ya expliqué hace unas semanas, la promesa de las actualizaciones no basta: los fabricantes tienen que ponerse las pilas y que estas lleguen antes. Pero una nueva amenaza se cierne sobre los móviles veteranos que vayan a actualizarse: la ausencia de funciones nuevas y llamativas.
Mi móvil relativamente moderno y potente se actualiza, pero empiezo a notar ausencias
Sin ir más lejos, recientemente hemos conocido que los Pixel 8 no tendrán la función de salud de la batería que llegará con Android 16. Con Galaxy AI más de lo mismo: en One UI 7 la familia S23 se queda sin funciones sin borrador de audio ni búsqueda con lenguaje natural. No son móviles especialmente antiguos, tampoco son poco potentes precisamente y sin embargo, se quedarán sin algunas de las novedades estrella.
Salud de batería en Android 16 con un Google Pixel 8 Pro
Samsung y Google son dos de los fabricantes más importantes del ecosistema Android, tienen una ambiciosa política de actualizaciones y no ha hecho falta esperar demasiado para verles las costuras. Entiendo que un móvil de hace tres o cuatro años o de gama media carezca de alguna función de relumbrón, pero que pase ya con smartphones que fueron buques insignia de la marca hace solo dos años es inexplicable.
Es cierto que cuando alguien oye eso de los siete años de actualizaciones y ve las mejores novedades que están por llegar, inevitablemente piensas en cómo será usarlas en tu móvil. Y como mencionaba desde el principio, si el teléfono ya tiene unos añitos y/o no va sobrado en hardware, puede tener sentido que se quede sin esa función de relumbrón.
Pero si tu móvil es un gama alta con menos de dos años que sigue yendo como un tiro, te quedas con ganas de explicaciones: ¿es tan exigente salud de batería como para que no funcione en los Pixel 8? Entiendo que los fabricantes no van a dar explicaciones de compatibilidad de todas y cada una de las funciones, pero en esta precisamente le veo la lógica.
El ecosistema Android es amplio, el hardware ofrece múltiples variantes y las actualizaciones no son tan fáciles como en otros dispositivos, lo que se traduce en que traer nuevas funciones a componentes veteranos no siempre es posible. Y no siempre es cuestión de chip o de RAM: hablamos de módems, circuitos integrados para la batería, la GPU… De hecho, la propia Apple no ha podido añadir su Apple Intelligence al iPhone 15 solo un año después de lanzarlo al mercado y en Cupertino solo hay un fabricante que hace hardware y software.
Conforme las políticas de muchos años de actualizaciones sean la norma y ya comencemos a disfrutarlas, lo iremos viendo más a menudo con algunas tan innovadoras y exigentes como la IA. Es la letra pequeña de las actualizaciones: aunque los siete años de actualizaciones permiten alargar la vida útil del dispositivo, ciertas funciones avanzadas podrían quedarse fuera con el tiempo por limitaciones técnicas.
Google ha logrado que Android se pueda actualizar con más facilidad al separar partes del sistema que antes dependían del kernel, lo que permite añadir nuevas funciones (como mejoras en cámara, audio o inteligencia artificial) sin tocar el sistema base. Sin embargo, algunas características más complejas aún requieren cambios profundos en ese núcleo, y con el nuevo ciclo de actualización del kernel cada tres años, esas mejoras llegan con menor frecuencia, sobre todo en móviles con procesadores de terceros.
Poco se habla de vender móviles en tiempos de siete años de actualizaciones
Aunque por otro lado también pienso en algo: un móvil de gama alta dentro de dos años sigue yendo fluido y no tienes necesidad de renovarlo salvo que pase algo. Eso sí, hay quien gusta de tener lo último de lo último, así que pasados 2 – 3 años y si ya ves novedades que te llaman la atención, habrá quien venda su móvil en el mercado de segunda mano.
Así, otra persona tendrá un móvil que se sigue actualizando aun sin esas funciones y con ese dinero conseguido, podrá sufragar parte de la compra de otro teléfono potente. Al comprador y al vendedor le salen las cuentas, a la marca ya tal.
El problema es que los fabricantes no ven ni un euro de ese mercado de segunda mano que colateralmente se ve beneficiada con el soporte de actualizaciones a largo plazo. Así que tendrán que buscar un equilibrio entre cuidar sus productos y la sostenibilidad por un lado y por otro, no canibalizar sus ventas. Es la obsolescencia programada asomando la patita: las funciones reservadas a la gama alta del momento es una reclamo suculento para seguir atrayendo ventas.
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Tomado de https://www.xatakandroid.com/feed
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