septiembre 13, 2025

Moonstruck / Lunática

"En mi pared hay un mapa de la Luna; cerrando los ojos apunto a un sitio en él y decido que un día he de nacer ahí".Tomado de https://morfemacero.com/ ...

Poesía

Blanca Luz Pulido 

                                                  Diurna

… y siempre me quedo

un poco más allá

o más acá del día.

Por la mañana,

su luz

me pierde en ensoñaciones.

Horas después,

la bisagra del mediodía

me muestra

el tiempo derramado

sin regreso.

Oh los días bellos,

ajenos y libres.

No saben nada

y todo lo conocen.

                                                        Matutina

El poema se abre con el día.

Estas líneas

que toman por sorpresa a la mañana,

sólo quieren

cantar la persistencia

de las cosas que acaso me protegen,

silenciosas:

algunos libros, la tarde que vendrá,

el río que me atraviesa,

la calma de la noche

que siempre me regala sueños.

                                       Lo pequeño

Son cosas pequeñas

las que deciden la deriva de los mundos.

Gota a gota se acumulan

y elevan o aniquilan los paisajes.

Un giro en dirección equivocada

deshace un planeta,

animal que vive

de leves costumbres

y que por su ausencia muere.

Me rodean,

incesantes,

presagios donde el sol

nunca se pone

en un desierto de huesos calcinados.

               Hoja

Qué es una hoja 

qué es un bosque

un bosque está completo

dentro de una hoja

Entre las nervaduras 

hay luz abriéndose paso

derecha izquierda 

meandros infinitos 

milímetros laboriosos 

la mañana surge 

la tarde se dibuja a sí misma 

en sus delicados goznes 

en sus arterias verdes 

¿Es una hoja?

¿Nada más?

¿Dónde empieza, en la rama

prendida del árbol 

ceñida al tronco

unido a la tierra 

afirmadas sus raíces en lo oscuro?

¿O empieza en el tiempo,

hace millones de años,

la misma hoja circular, concéntrica 

que todos somos, las nervaduras,

el verde respirándonos,

la tierra que somos 

fuimos y seremos?

                                     Sombría

En el estudio,

donde no prendo la luz

y dejo a la tarde hacerse noche,

los objetos sin color

empiezan a flotar

en la penumbra.

Indecisos vagan 

en el aire denso

libros con papeles:

su vaguedad es un licor

que bebo agradecida.

Pienso en lo que no cumplí hoy

ni haré tal vez mañana.

En el desorden

respiro,

su oscuridad

me adormece.

Las horas de la noche

guardan en secreto

las claves de un orden

que se revela en sueños

y en vano quiero buscar

cuando amanece.

Arco en el aire

                   A Nezahualcóyotl

No para siempre aquí

(digo esto apenas,

repitiendo antiguos cantos,

y un viento que llega no sé de dónde

desdibuja mis líneas,

vuelve ceniza el tacto)

No para siempre en la tierra

(vuelvo la mirada:

la tierra se dispersa en polvo

donde antes montañas se elevaron)

Aunque sea de jade, se quiebra

(una vasija brillante rueda 

entre cabezas, rota)

Aunque sea de oro, se rompe

(sepultados andan los sueños,

esperando al sol)

Aunque sea plumaje de quetzal, se desgarra

(sólo las aves cruzan

en medio del fin, alzan el vuelo

y algo dentro de mí

vuela con ellas)

¿Acaso de veras

se vive con raíz en la tierra?

(alto, en el cielo,

ser como las nubes

sin preguntas ni deseos)

Tendremos que desaparecer

(el paisaje, las flores,

los pájaros, el oro, 

todo el jade y piedras,

plata, resplandores,

cada sueño,

sólo en la memoria, ay,

arco en el aire)

Nadie habrá de quedar

(la huella de los cantos,

los pétalos ya secos 

se esparcen, ya no alegran)

No para siempre aquí

                                         Viaje a la Luna

No iré a la Luna nunca.

Del lecho de sus mares secos

nunca tendré una mínima roca;

nunca sabré si pesan en mi mano

lo mismo que las

piedras de la Tierra.

Conozco los nombres

con que los astrónomos

han decidido bautizar

sus accidentes:

Mare Tranquillitatis, 

Mare Cognitum,

Mare Vaporum,

Mare Serenitatis… 

Yo en cambio, vería en ella

el Mar de la Inquietud,

la Llanura del Insomnio,

la Cordillera de los Sueños.

Sin boleto para el viaje,

soy un polizonte 

de las naves espaciales;

conozco el Mar de la Serenidad,

el Cabo de las Sorpresas

y otros sitios que son mejores

en la Luna que aquí abajo.

Salto de la almohada 

directo hacia ella,

y de cualquier segundo distraído

atrapado en las manecillas del reloj

también.

Lo que me transporta 

no es de metal

ni requiere combustible.

Mis viajes no aparecen

en las noticias;

no alcanzarían una palabra

en el diario más ínfimo. 

Muchos días me pierdo

en alguno de sus mares.

Aquí abajo

se quedan esperándome

justo donde aparezco,

ahí donde no estoy.

                                             ***

Hay libros que he perdido

porque huyeron a algún estante

de las vagas bibliotecas de la Luna

esperando mi llegada.

En mi pared hay un mapa de la Luna;

cerrando los ojos apunto a un sitio en él

y decido que un día he de nacer ahí. 

Entonces 

podría ver de lejos mi país

y mi barrio y mi calle, 

árboles, el campo y las montañas 

y a todos los humanos

que habitan el planeta.

Y diría:

“Qué hermosa se ve la Tierra desde lejos”.

Entonces tendría tiempo 

para todo lo que

no puedo nunca hacer:

leer los libros  

que esperan callados

en mis libreros;

siglos para pensar,

milenios para considerar

las hormigas, las aves,

las piedras

y la nada.

Azul y helada,

miraría 

la lejana Tierra,

desde los desolados,

hermosos y secos 

mares de la Luna.

Del libro Moonstruck / Lúnatica, Dark Light Publishing, Nueva York – México, 2023

Tomado de https://morfemacero.com/