septiembre 13, 2025
Memoria viva: el parque y la escuela que narran la historia de Mónica Félix

Memoria viva: el parque y la escuela que narran la historia de Mónica Félix

Gracias al compromiso que mostró en vida, un parque en la colonia Nuevo Hermosillo lleva su nombre. La entrada Memoria viva: el parque y la escuela que narran la historia de Mónica Félix se publicó primero en Radio Sonora....Tomado de http://radiosonora.com.mx/feed

Han pasado más de tres décadas desde la muerte de Mónica María Félix Navarro, reportera de una televisora local en Hermosillo, quien perdió la vida el 12 de septiembre de 1991. Tenía solo 28 años. 

Su historia, sin embargo, no terminó ese día. Gracias al compromiso que mostró en vida, un parque en la colonia Nuevo Hermosillo lleva su nombre, como homenaje a una mujer que trascendió más allá de la profesión periodística. 

Mónica no solo fue periodista. Fue también una gestora ciudadana, una aliada de los vecinos y una mujer que entendió la importancia de impulsar proyectos comunitarios. 

Una de las personas que convivió con Mónica en los años 80 fue Moisés Adán Zúñiga, quien trabajaba en el Gobierno del Estado y quien recuerda claramente el primer encuentro con ella, y también el momento en que Hermosillo recibió la noticia de su fallecimiento. 

«Yo me relacioné mucho con Mónica porque era muy sensible para todo, muy tierna, muy amable. Con el tiempo, nos fuimos tratando. Lamentablemente, Mónica se nos fue y quedaron muy bonitos recuerdos profesionales de ella. A mí me tocó acompañarla a su última morada. Sé que están su mamá, su abuelo, su abuela y ella, y si existe el cielo, te garantizo que está feliz descansando, por la gente que la quiso y la quiere. Además, fue muy buena para apoyar a los demás; siempre andaba buscando obras sociales», relató. 

Y precisamente, esas obras sociales en las que Mónica Félix se involucró durante su corta carrera dentro de los medios de comunicación fueron en la colonia Nuevo Hermosillo, que en aquellos años tenía poco tiempo de haber sido creada. Una de las vecinas fundadoras de ese sitio, la señora Martha Silvia Luque, nos contó cómo les ayudó para que se construyera ahí una escuela para los niños. 

«Ella siempre estuvo detrás de nosotros, nos siguió los pasos, nos dio confianza y nos demostró que, como profesional, era excelente, y como ser humano, aún mejor. Se identificó con la causa que nosotros llevábamos, algo que le agradecimos mucho, porque gracias a eso se logró el espacio para el Jardín de Niños, además de conseguir el espacio para una secundaria y, en años posteriores, también el Cobach», dijo. 

Por otra parte, el recuerdo de su compañerismo y sensibilidad no se limita a las gestiones sociales. También se guarda en la memoria de quienes compartieron con ella desde la infancia. Ana Gloria, su amiga cercana, relata cómo la conoció desde niña y cómo fue creciendo a su lado: 

«Tenía una personalidad muy extrovertida, era muy fácil platicar con ella. No sé si era mejor escuchando o hablando; era ambas cosas. Tenía, te digo, una facilidad muy grande para relacionarse con las personas y hacer amistades. Conectaba muy rápido, era como si fuera sangre ligera. Eso, yo creo, le ayudó mucho tanto a desempeñarse en el trabajo como a hacer amigos», comentó. 

Y, finalmente, el publicista Horacio Vidal, quien estudió la preparatoria y compartió espacios profesionales con ella, describió a Mónica como una mujer que, desde corta edad, manifestó querer incursionar en los medios de comunicación y dejar huella en la sociedad con su trabajo. 

«Era evidente que tenía una vocación en el aspecto de la comunicación, eso sí, sin lugar a dudas. Cualquier cosa que se hubiera propuesto en el ámbito de la comunicación, estoy seguro de que lo habría logrado. De hecho, logró muchas cosas para su edad, al momento del lamentable accidente», señaló. 

Finalmente, cabe destacar que, a más de treinta años de la muerte de la comunicadora, su legado sigue vivo: en cada niño que juega en ese parque y en cada generación que pasó por la escuela que ayudó a construir. 

Mónica María Félix Navarro murió como reportera, pero permanece en la memoria como amiga, gestora y mujer de comunidad. Su nombre recuerda que hay vidas que, aunque breves, dejan huellas imborrables. 

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