Marca personal a “The last of us”: un titubeante corte a negro

Marca personal a “The last of us”: un titubeante corte a negro

Tomado de https://letraslibres.com/
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The last of us, adaptación del icónico videojuego del mismo nombre para HBO, culmina su segunda temporada. El desenlace despierta dudas y reflexiones sobre las decisiones creativas de esta adaptación. De esto y más conversamos en esta nueva Marca personal a The last of us, centrada en el episodio final, “Convergence”.

La tercera temporada se estrenará en 2027.

Grégory Escobar (GE): En el texto anterior apuntábamos un poco en broma que The last of us era una historia no oficial del grunge y su simbolismo. Ambientada en gran parte en Seattle, Ellie era Kurt Cobain, la punk atormentada, con zapatos Converse, malhumorada y con síndrome del impostor; Joel era Eddie Vedder, el papá más esperanzado y comprometido, con botas de obrero, capaz de sacrificar todo para salvar a quien ama. Fantaseé con la idea de que Abby podría entonces ser la criatura roñosa y dolida, con botas militares, en busca de redención, haciendo ecos a Chris Cornell. Acto seguido, la serie reafirmó nuestras sospechas al cerrar la temporada con “Burden in my hand”, de Soundgarden.

Mauricio González Lara (MGL): Lo de Abby y Soundgarden fue tu apunte. ¡Felicidades!

GE: Esa es mi canción favorita de todos los tiempos varios días al año. Así que vaya cierre, ¿no?

MGL: Como adelanta el nombre del episodio, las veredas narrativas convergen para anticipar lo que será la tercera temporada, la cual, al igual que el videojuego, estará centrada en Abby. Tras lidiar con los efectos físicos y psicológicos de su encuentro con Nora –a quien tortura salvajemente–, Ellie retoma la ruta de la venganza. No sin antes estar a punto de ser eviscerada por los serafitas y sostener una discusión un tanto chabacana con Jesse (Young Mazino) sobre el egoísmo y la paternidad en las ruinas de una librería. El episodio no escatima en muertos: Owen (Spencer Lord) y Mel (Ariela Barer), dos de los soldados y amigos de Abby que colaboraron en el asesinato de Joel, mueren a manos de Ellie. El asunto se torna más trágico cuando descubrimos que Mel presentaba un estado de embarazo avanzado. La otra muerte es la de Jesse, quien es baleado por Abby en el teatro, “el escenario de la vida”. Jesse ya se veía como el padre del año en Jackson. Pobre. El capítulo finaliza con un cliffhanger. Abby empuña una pistola contra Ellie. “Te dejé vivir, y lo desperdiciaste”, le reclama a Ellie. La imagen se va a negro y escuchamos un disparo. Más que dejarme en ascuas, me recordó a la supuesta muerte de JR en Dallas. ¿Realmente las personas que no conocen el videojuego van a esperar angustiadas dos años para saber qué pasó? No creo. El problema es la ejecución. El encuentro entre Abby y Ellie se siente torpe y apresurado. A manera de epílogo, vemos a Abby despertar en una base del Washington Liberation Army (WLF). Comprendemos que es un flashback. Estamos de nuevo en el primer día en Seattle, el cual veremos ahora desde la perspectiva de Abby. La convergencia en pleno.

GE: Quiero detenerme un momento en ese corte a negro. Técnicamente, es un error espantoso de edición que parece impuesto por algún ejecutivo de HBO. Casi a nivel de comedia involuntaria, sacrifican un elegante cierre con el plano de Abby por uno de Ellie rogando por su vida y balbuceando medio segundo como perrito: “¡Nou nou nou nou!”. Esa pequeña decisión técnica revela problemas mayores, en especial un pulso creativo inestable a la hora de moldear a esta Ellie.

El hecho de que ruegue por su vida resulta incoherente con su personaje (tanto el del videojuego como el de la serie). Así como dudó en mostrar cómo Tony Soprano asesina a su primera víctima, HBO se muestra renuente a manchar de sangre las manos de sus protagonistas. La serie está demasiado preocupada en balancear la empatía de la audiencia con las acciones de sus personajes, lo que ha diluido un poco la naturaleza compleja del material original.

MGL: Hasta Shimmer y los perros se salvan del fatal destino que tienen en el videojuego.

GE: Quizá Craig Mazin (el showrunner) asesinó suficientes perros en Chernobyl y ahora se siente culpable. Todo esto acredita un poco la teoría de que decidieron suavizar aún más a Ellie en la postproducción. Hay material tras cámaras donde vemos a Bella Ramsey entrenar y prepararse a lo John Wick, algo que nunca vemos concretarse en pantalla. ¿No es Ellie una niña criada en una escuela militar de FEDRA? ¿Qué fue del fusil que le entrega el cantinero homofóbico de Jackson? Parecía ser un instrumento de la violencia que expandiría ese intercambio. Nada. Entiendo que quieran huir de la disonancia ludonarrativa del juego (término para referirse a la desconexión de un personaje de videojuego con sus acciones: Nathan Drake de Uncharted asesina a cientos de personas, pero también es un héroe simpático y bonachón que bromea y toma cerveza), pero una Ellie menos violenta debería ser devorada fácilmente por este mundo.

MGL: No sé cuál es el matiz que desean alcanzar con Ellie. Cuando regresa de torturar a Nora, Ellie se ve literalmente monstruosa. Hay una toma en la que luce como un Frankenstein vulnerado. Dina (Isabela Merced) le cura amorosamente la espalda, pero actúa como si desconociera a quien tiene enfrente. En la librería, Ellie lee The monster at the end of this book, un libro infantil de Plaza Sesamo donde Grover descubre que el monstruo al final del libro es él mismo. Algo similar le sucederá a ella. Esta Ellie grotesca es interesante; distinta a la psicópata del videojuego, cierto, pero con un alto potencial dramático. Una persona desfigurada por sus sentimientos, tanto emocional como psicológicamente. Inmersa en un estado de confusión, culpa y extravío. La venganza es la brújula que permite definir el camino a seguir. 

GE: Por momentos parece que Ellie es cruel casi por accidente. Tomemos como ejemplo la muerte de Owen y Mel. La Ellie del videojuego es visceral, implacable. A Owen le dispara y lo interroga mientras muere. A Mel la mata clavándole un cuchillo en el cuello, antes de descubrir su embarazo. En la serie ambos fallecen por una sola bala. Algo accidental, como de comedia slapstick. Luego prolongan la agonía con una secuencia donde Mel le pide a Ellie que realice una cesárea y salve al hijo. La crueldad aumenta, pero como mecanismo para humanizar a una Ellie que “se ha equivocado”.

MGL: ¡Esa panza de embarazada de Mel se ve más falsa que el bebé de American sniper, de Clint Eastwood! Un detalle interesante es ver cómo Ellie maneja a sus enemigos tal y como lo hacía Joel, repitiendo la técnica del mapa para sacarles información. Puede argumentarse que Bella Ramsey esté miscast, pero como has mencionado en entregas anteriores, los fans le cargan fallas cuyo origen no es una cuestión meramente histriónica.

GE: Siento que Ramsey no es culpable en absoluto. De hecho, si la serie sigue teniendo una gran calidad es en parte porque ella ha logrado echársela al hombro, con grandes momentos histriónicos. A nivel de interpretación, la escena con Jesse y con Mel es maravillosa.

MGL: El desarrollo de su personaje carece de gravedad. Paradójicamente, cuando Abby aparece pistola en mano al final del capítulo, la serie parece volver a tomarse en serio. Kaitlyn Dever luce convincente en el papel. Irradia gravitas, pues.  De seguir el camino de la obra original, Abby será la protagonista de la tercera temporada. Vaya ironía. Cuando lanzaron la segunda parte del videojuego, Abby fue categorizada como una villana insoportable por buena parte de la comunidad gamer. Ahora, en cambio, te podría apostar doble contra sencillo que los fans de la serie la van a amar, sobre todo los haters que no soportan a Ramsey como Ellie.

GE: Quizás ese siempre ha sido el plan del show. Revertir las empatías. Abby es competente y lógica, y Ellie es un caos inestable e inmaduro. De ser así y tener un cierre satisfactorio, sería una adaptación histórica.

MGL: Eso nos lleva a retomar una vez más el tema que hemos desarrollado de manera extensa en estas charlas: el Cordyceps como metáfora de la enajenación emocional. Somos marionetas de nuestros sentimientos. Una de los aspectos más complejos e inteligentes del videojuego es cómo reversiona la dinámica de control entre jugador y avatar. Tradicionalmente, el jugador controla al avatar del videojuego como el Cordyceps controla a un infectado. En The last of us, sin embargo, el avatar toma el control del jugador. Tú quieres jugar a Ellie, pero la obra te obliga a controlar y comprender a la asesina de Joel por varias horas. No tienes opción: has sido infectado por el juego. “The hunter gets captured by the game”, cantan The Marvelettes. Se puede argumentar con buenas dosis de razón que este lance es cuestionable en términos éticos: ¿es la empatía un proceso que se pueda imponer? ¿O es una dinámica que se cultiva con el tiempo y a partir de una conexión genuina?

GE: Forzar la empatía es simular una verdadera comprensión emocional. Además, el videojuego te engaña: cuando juegas a Abby por primera vez, ignoras que su intención es matar a Joel. La serie, por el contrario, deja claro que es la hija del cirujano que va en busca de venganza. A Abby la manejas por lo menos diez horas a lo largo del juego. Es prácticamente imposible no generar un vínculo. Podrías abstenerte y dejar de jugar, claro. Pero eso equivaldría a suicidarte, tal y como lo hace una persona racional cuando se sabe infectada por el Cordyceps en el universo de The last of us.

Ahora, regresando a la serie, no puedo dejar de pensar que quizá nosotros somos los que estamos involuntariamente infectados por el videojuego.

MGL: ¿A qué te refieres?

GE: ¿Has conversado con espectadores que no conocen el videojuego? Parecieran no tener mayor problema con el desarrollo del personaje de Ellie o el manejo de las texturas estéticas de la serie. La Ellie de Ashley Johnson no existe. Para ellos, el trabajo de HBO se sostiene por méritos propios. Lo disfrutan mucho más. No andan comparándolo con el material original cada 5 minutos. Nosotros, los gamers, somos el problema: ¡los verdaderos infectados! 

MGL: O sea que al final del día The last of us era un “Whodunit”, y el verdadero Cordyceps era el maldito videojuego. Vaya cliffhanger.

GE: Corte a negro. Nos vemos en 2027. Lev es Layne Staley. Lo leyeron aquí primero. ~

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