Tras la muerte de Joel, la segunda temporada de The last of us, adaptación del icónico videojuego del mismo nombre para HBO, enfoca su segunda mitad en el viaje de Ellie (Bella Ramsey) y Dina (Isabela Merced) para vengar la muerte de Joel (Pedro Pascal) a manos de un grupo liderado por Abby (Kaitlyn Dever).
En el camino hay enfrentamientos con la milicia conocida como Washington Liberation Front (WLF), recuerdos musicales, violencia y reflexiones sobre la paternidad. De esto y más conversamos en esta nueva Marca personal a The last of us, la cual abarca los episodios 4, 5 y 6 de la segunda temporada, titulados “Day one”, “Feel her love” y “The price”.
Mauricio Gonzalez Lara (MGL): Estamos en la recta final de la temporada. Ahora casi toda la discusión sobre la serie se centra en Bella Ramsey, quien a juicio de muchos fans del videojuego no está a la altura de su personaje, o por lo menos de lo que ellos creen que debe ser el personaje. Muchos argumentan falta de talento, algunos señalan una narrativa demasiado woke, y de plano otros reclaman que simplemente fue una mala elección actoral. El asunto es debatido con pasión desaforada por la comunidad de videojugadores. Su sentido de posesión es natural: ellos controlaron y “sintieron” cómo Ellie se desplazaba, sufría, peleaba y moría durante decenas, quizá cientos de horas.
Gregory Escobar (GE): Ramsey libra una tarea titánica. Debe desplegar casi en sincronía los registros de niña inocente y joven adulta sanguinaria. A diferencia de Joel, cuya personalidad es bastante consistente con la del original, los productores Craig Mazin y Neil Druckmann han optado por desarrollar a una Ellie que diverge bastante de la versión del videojuego. La Ellie original habita la violencia. Es premeditada: una serpiente herida y estratégica que ataca desde las sombras, de manera subrepticia. La de la versión de HBO se disocia en los momentos violentos. La original está preocupada y amargada todo el tiempo. La Ellie de Ramsey, en cambio, es juguetona, payasa y hasta adorable. Es un reto histriónico difícil. Yo creo que lo está superando con creces, pero va a ser imposible que obtenga respaldo universal. Los puristas jamás podrán superar el hecho de que sea un personaje distinto.
MGL: A pesar de que el diálogo y las reacciones generales tienden a ser las mismas, me queda claro que la Ellie del videojuego asume su verdadera naturaleza cuando ejerce la violencia. La transición de niña a asesina es más fluida y creíble. Eso no sucede en la serie. Amén del talento, el casting debe considerar cierta dimensión física para reclutar al actor más adecuado para el personaje. Es válido argumentar esto.
GE: Pensé eso al leer el rumor de que Cynthia Erivo estaba en conversaciones para interpretar a Tormenta, de los X-Men. Nadie duda de que histriónicamente Erivo sería un vendaval. Pero, por otro lado, Erivo mide metro y medio, por lo que la cantidad de humos y espejos para presentarla como semidiosa africana sería notable. En The last of us la producción es más terrenal. La única manera de lidiar con esa disonancia y aprovechar la calidad histriónica de Ramsey es, definitivamente, modificar al personaje. Para mostrar a esta Ellie con ráfagas disociadas de violencia, han recurrido a la economía temporal y espacial. Ya Ellie no tiene que despachar un patio entero de soldados del WLF para poder llegar a Nora (Tati Gabrielle). Aquí escapa casi de manera risible de un perro entrenado y, acto seguido, emerge de las sombras en la exacta habitación aislada a la que Nora se le ocurre entrar sola.
La otra dimensión con la que debe lidiar Ramsey es la de mujer con impulsos sexuales. Tú sostenías en la plática anterior que no había química alguna entre ella y Dina (Isabela Merced). ¿Sigues opinando lo mismo?
MGL: ¡Más que nunca!
GE: Las reacciones de la memesfera y el horny twitter me indican que la escena funcionó, lo cual me parece un logro gigante. Ahí tienes a Daniel Radcliffe, intentando quitarse el papel de eterno estudiante puberto de Hogwarts. A nivel personal, siento que ambas actrices tienen gran química. Lo que me cuesta es verlas como otra cosa más que unas jóvenes adolescentes en experimentación cachonda. Pasan del beso casi inocente a la conformación de una familia de forma casi instantánea. Quizás los contratos sociales son más expeditos cuando la humanidad está cerca de su extinción.
MGL: Discrepo. La falta de química es aún más dolorosa cuando la comparas a los referentes digitales del videojuego, cuyas interacciones se sentían más orgánicas. Irónico. Druckmann declaró en una entrevista que uno de sus libros favoritos es Story, de Robert McKee. Para McKee, una historia solo puede ser satisfactoria si el arco de los personajes tiene sentido y resonancia emocional. El problema es que Druckmann y Mazin resaltan esto con crayón. En “Feel her love”, Ellie reacciona al embarazo de Dina con el gesto absurdo de “Voy a ser papá”. Luego la vemos en el teatro, “el escenario de la vida”, y empieza a tocar la guitarra. Todo parece ir bien, pero, de repente, algo la perturba. Deja de tocar. Recuerda a Joel.
GE: Recuerda por qué está ahí. La venganza le estorba más que impulsarla. Es una tarea que debe llevar a cabo, pero que perturba su vida ideal.
MGL: Recuerda y cambia a modalidad asesina. Bajo los lineamientos de McKee, este es el camino a seguir, pero ya en pantalla resulta ridículo ver como le sale el Hulk a Ellie cada vez que recuerda a Joel. El videojuego no tiene ese problema. La tragedia de Ellie siempre es abrumadora. Ramsey es conmovedora en los momentos de ternura, como en la icónica escena del museo y el viaje espacial. Una nota alta tanto del juego como la serie.
GE: Precedida por la escena del dinosaurio. Los humanos, animales en extinción, contemplando con admiración a otro ya extinto.
MGL: Funciona. Sientes la resonancia. En el juego, esa secuencia es una de las “partes narrativas” donde el jugador se limita a contemplar. La serie opta por no adaptar la parte “jugable” en la que Ellie salta del dinosaurio y cae al agua. Corta directo al museo. Es una buena decisión. La narrativa se atora en las secuencias donde el referente es la “jugabilidad”. Ahí la serie es un pobre reflejo del juego. Hay demasiados planos generales. Le huyen al close-up. La textura es equivocada. La claustrofobia desaparece. Cuando el programa intenta recrear las partes “jugables”, pierde; cuando añade elementos originales, gana.
GE: Ese el balance a conseguir. La serie debe seguir inevitablemente los “beats” del videojuego. Pero volviendo a la versión de HBO, hablemos del momento “voy a ser papá” de Ellie. La secuencia generó una avalancha de odio proveniente de reaccionarios homofóbicos, pero también causó escozor anticursi en la audiencia general. Creo que es una lectura equivocada. La frase cobra otro matiz en el episodio siguiente, “The price”.
MGL: “The price” es un episodio autocontenido al estilo del “Long long time” de la primera temporada. Trata sobre la paternidad y las decisiones jodidas que se hacen por amor. El capítulo inicia con un flashback original. Vemos cómo el padre de Joel, interpretado por Tony Dalton, acepta su naturaleza violenta y confiesa sus fallas. Sin embargo, sostiene, no lo ha hecho tan mal: los cinturonazos que les propina a los hijos no son nada comparados con los golpes que él recibía de su brutal progenitor, quien le rompió la quijada de un puñetazo. Hay un avance generacional. Pese a todo, ha sido mejor que su padre, por lo que espera que Joel sea mejor que él. Todo esto conecta con la escena neurálgica del universo de The last of us: el diálogo en el porche. Arrinconado, Joel se sincera con Ellie: en efecto, para salvarla no dudó en asesinar a decenas de personas y quizá condenar a toda la humanidad al exterminio. ¿Por qué digo “quizá”? Porque nunca he comprado la posibilidad de que el papá de Abby, un doctorcito perfectamente ordinario, fuera capaz de producir una cura. Digamos que cabía la posibilidad de que fuera así. En fin, estoy divagando. Regreso al tema. Al igual que su padre, Joel no se arrepiente del todo de sus fallas. Al contrario, reafirma que “lo volvería a hacer todo de nuevo”. Ellie lo acusa de egoísta. Joel afirma que lo hizo por amor. Una línea que no está en el videojuego, por cierto. Ahí entendemos que el “voy a ser papá” de Ellie no era un arranque bobalicón y cursi de los escritores, sino algo infinitamente más oscuro. En The last of us, ser papá equivale a ser parte de una tradición donde las emociones te enajenan por completo. Esa idea de amor es más tóxica que el hongo.
GE: Y la coletilla es “probablemente nunca lo entenderás. Y si llegas a tener un hijo, espero que lo hagas un poco mejor que yo”. Lo mismo que le dice su padre. El ciclo de la paternidad abrumadora. Este universo, en especial el del videojuego, es poco maternal. No conocemos a la madre de Sarah, ni a la de Joel. La de Ellie aparece por primera vez en la versión televisiva. Funciona como un dispositivo narrativo para explicar la razón de la inmunidad de Ellie, pero sobre todo como guiño a la actriz original que la interpreta en el videojuego.
MGL: “The price” reafirma lo que mencionábamos en la charla anterior sobre el Cordyceps como metáfora de las emociones. Somos títeres de nuestros sentimientos. Ellie afirma que Joel es egoísta, y él responde que la ama. No hay contradicción. Ambas respuestas son plenamente compatibles.
GE: Exactamente.
MGL: En términos de coherencia conceptual, “The price” es por mucho el mejor episodio de la temporada. La idea del amor tóxico se refuerza con la muerte de Eugene (Joe Pantoliano), a quien no le importa poner en riesgo a Joel y Ellie con tal de ver a Gail, su pareja, por última vez. Eugene primero les dice que la necesita ver porque necesita decirle varias cosas antes de morir, pero después confiesa que simplemente quiere que su amada sea la última imagen que registra en este mundo. Suena muy romántico, pero el egoísmo del asunto raya en el delirio asesino. A Eugene no le importa convertirse en un monstruo y arriesgar varias vidas, incluida la de su esposa, con tal de morir en paz. ¡Esa idea de amor es peor que el hongo!
GE: “The price” también gira sobre la importancia de la comunicación. De expresar la vulnerabilidad y escuchar al otro. La escena del porche funciona como un espejo de la del padre de Joel. En ambas, el adolescente obliga al padre a tomar conciencia de su naturaleza violenta. Y el padre, en respuesta, explica que esa violencia es parte del amor paterno. La secuencia en el porche es el momento histriónico más potente de Pascal y Ramsey. Hasta ese instante, Ellie estaba atormentada por no haber cumplido su propósito de vida: morir para salvar la humanidad. En ese pasaje, sin embargo, desarrolla una mayor inteligencia emocional al sentir la importancia que tiene en vida de Joel. Quizá Ellie no se tenga en alta estima, pero ahí comprende que su existencia es central para alguien más.
MGL: Ahí recordamos el juego de miradas cuando muere Joel. Ellie ve la devoción que Joel siente por ella y descubre que quizá eso era más importante que cumplir su supuesto propósito de salvar a la humanidad. Joel muere viendo lo que más ama, lo que conecta armónicamente con lo que le sucede a Eugene. ¿Qué tan reales o inventadas son estas percepciones? ¿Son positivas o negativas? No lo sé. Al final vemos lo que queremos ver. Joel cree que la polilla de los dibujos de Ellie representan evolución, cambio, esperanza. En realidad, como le explica Gail, la polilla es sinónimo de muerte. Ellie tiene un alma oscura. Esto está resaltado de manera lúdica en los gustos musicales de los personajes. Ellie se la pasa escuchando Nirvana en su cuarto, mientras que Joel canta “Future days”, una de las rolas más azucaradas y esperanzadoras de Pearl Jam. Joel es dad rock, Ellie es punk.
GE: Dios, ¡hemos caído en el agujero de conejo! Ellie es cobainesca. Las camisetas de leñador grunge, la actitud temeraria, los converse gastados, la pulsión autodestructiva. El síndrome de impostor eterno de Ellie, parecido al del Cobain, quien no entendía cómo alguien como Freddie Mercury disfrutaba tanto haciendo música. Joel con sus botas de clase obrera, la dinámica folk acústica estilo Neil Young. Podría seguir por horas.
MGL: El tema de Ellie, sobre todo en la etapa que se avecina, bien podría ser All Apologies. What else could I say? / Everyone is gay / What else could I write? / I don’t have the right.
GE: Ahora espero con todo mi corazón que la tercera temporada revele que Abby es fan de Soundgarden y en una secuencia destruya todo con “Never the machine forever” de fondo. ~
Los invitamos a leer las Marcas personales a los tres primeros episodios de esta temporada, así como la de los episodios de la primera temporada: Long, long time, ¡Malditos hongos! y Fatalidad, mentiras y jirafas. En su momento, Grégory Escobar reseñó también el videojuego original: The last of us Part II, una odisea de venganza, empatía y roles de género.
Tomado de https://letraslibres.com/
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