El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) es una de las instituciones más queridas de nuestro país, pues nació como una respuesta a las demandas de la clase obrera mexicana durante la Revolución Mexicana. Su misión no se reduce exclusivamente a la salud, pues a lo largo de sus ochenta años de historia ha servido en otros rubros como lo son la vivienda, el sistema de pensiones y el cuidado de la infancia.
Todo lo anterior ha hecho que el IMSS sea percibido como símbolo de humanismo y de solidaridad entre los mexicanos. Por ello, en su octogésimo aniversario, el IMSS está siendo conmemorado con diversas acciones, que incluyeron un boleto especial de la Lotería Nacional.
El “cachito”, como es popularmente conocido el boleto del sorteo, fue develado en enero de 2023 por el director del IMSS, Zoé Robledo, quien informó que el mismo se reprodujo dos millones cuatrocientos mil y se distribuyó en 12 mil puntos de venta. El Premio Mayor fue de 17 millones de pesos.
El corazón del IMSS, una obra de Lucy Ovilla
Uno de los aspectos que más sobresalió del “cachito” fue el diseño, mismo que en su centro posee un corazón, obra de la artista Lucy Ovilla. La imagen trascendió por ilustrar fielmente los sentimientos que despierta el IMSS entre los mexicanos, pues se trata de algo relacionado íntimamente con la vida.
Lucy Ovilla es originaria de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, y se formó en la licenciatura de Administración de empresas en la Universidad Autónoma de Chiapas (UNICACH). Sin embargo, muy rápidamente se dio cuenta que su espíritu de libertad era incompatible con los trabajos de oficina, así que, sin pensarlo, vendió todos sus bienes materiales y decidió vivir como nómada. A la par, Lucy decidió responder a su verdadera vocación y comenzó a dedicarse al arte, pues consideró que “no se puede vivir sin pasión“.
En entrevista para México desconocido, Ovilla relata que la rigidez de la academia no es de su gusto, por lo que su formación artística ha sido primordialmente autodidacta, aunque también ha pasado por escuelas reconocidas como el Museo Nacional de la Acuarela “Alfredo Guati Rojo” y la ENAP Xochimilco, actual Facultad de Artes y Diseño de la UNAM.
Aunque Lucy siempre se encuentra de viaje, en los años noventas regresó a Chiapas en el marco del movimiento zapatista. Poco después entró a los talleres de la UNICACH, donde comenzó a enseñar diversas disciplinas como pintura experimental, escultura en piedra, modelado en barro, dibujo de desnudo y experimentación gráfica. Actualmente lleva 29 años como docente, en lo cuales, insiste, “siempre ha apostado por lo experimental”.
En su larga trayectoria como artista, Lucy Ovilla ha tenido nueve exposiciones individuales y ciento cincuenta colectivas. Asimismo, ha tenido residencias en Japón y Austria, y ha recibido numerosos premios en concursos y bienales. Con respecto a su trabajo en la imagen representativa de la Conmemoración de los 80 años del IMSS, Ovilla relata:
“Se abrió una convocatoria para artistas para diseñar la imagen conmemorativa del IMSS. Envié tres propuestas y gané en el discurso visual”.
La obra, que consiste en un corazón con una familia al interior, un árbol creciente al exterior pero con raíces profundas, expresa lo que para Lucy es la seguridad social en México: “un corazón que cobija al vulnerable”.
El IMSS es un derecho universal de las y los trabajadores; todos deberían poseerlo como se posee un corazón
Retomando la historia de las y los trabajadores por obtener derechos sociales tras el Porfiriato y en la actualidad, Lucy menciona que la idea de un árbol creciente representa que aún tenemos alas para alcanzar nuestros anhelos a través de la lucha.
Sin embargo, también menciona que el retratar al IMSS con un corazón también procede de su propia experiencia con la institución. “Cuando tuve una fractura fui atendida en el IMSS, aún cuando no estaba afiliada”, relata para luego celebrar que la institución se esté transformando con el objetivo de garantizar el derecho universal a la salud.
La elección del corazón no se trata de algo azaroso, ya que Lucy Ovilla ha trabajado ampliamente los corazones en sus obras. “Es un ícono universal. Es un lenguaje que no necesita palabras porque la humanidad procede del amor y el corazón”, afirma.
En esa misma sintonía, Lucy colabora actualmente con el IMSS dando talleres de arteterapia y neuroartes, pues considera que el arte y la ciencia, en este caso la salud física y mental de los pacientes infantiles ,están íntimamente ligados. Próximamente volverá al oncológico de Tapachula para impartir un taller de arte para los niños que ahí reciben tratamiento.
“Arte y salud son un binomio fundamental, ya que conducen al despertar neuronal, fortificando sistema inmunológico y generando salud física. También se posibilitan condiciones para la construcción y transformación de nuestros interior y, como consecuencia, la creación de un mundo, más justo, inclusivo y solidario.”
Menciona.
Asimismo, menciona que pronto conocerá la intervención de su obra a mano de pacientes y trabajadores del IMSS, pues el corazón se imprimió en grandes dimensiones y se convirtió en el lienzo para que otros corazones plasmen sus deseos.
“Me encanta que los trabajadores del Seguro Social contacten con esa parte humana, que todos podemos perder con la rutina de tantos años de trabajo. Renace la postura humana de compartir. El seguro se está convirtiendo en una institución muy humana, con energía poderosa y limpia con el deseo de apoyar al otro, que en muchos casos proviene de los jóvenes que ahí laboran”.
menciona Ovilla.
Lucy Ovilla, lo humano es irremplazable
Con respecto a su trabajo docente, comenta que éste comienza a extenderse a las comunidades migrantes provenientes de Centroamérica. Como artista, continúa experimentando, incluso con herramientas como la Inteligencia Artificial. Sin embargo, aclara que es consciente de que nada que haga la Inteligencia Artificial supera lo humano, pues no tiene corazón, y sólo se trata de una herramienta.
“La Inteligencia Artificial es sólo una herramienta, no tiene corazón como lo seres humanos. A diferencia de la programación, los seres humanos sí cometemos errores y qué bueno que los tengamos, eso nos distingue. Nosotros tenemos corazón y eso nos posibilita para sentir amor y compasión, algo que la Inteligencia Artificial no puede”.
concluye.
[embedded content]
Tomado de https://www.mexicodesconocido.com.mx/
Más historias
Cacahuatole o agua de barranca, tesoro culinario
Narcoterrorismo: construcción ideológica para una geopolítica de dominación
Las dos perspectivas de Tijuana ante el regreso de Trump