Los últimos meses, el norte de Sonora ha sido el escenario de numerosos enfrentamientos armados entre civiles y efectivos de las fuerzas del orden público, lo que ha dado lugar a diferentes efectos secundarios, siendo uno de ellos el desplazamiento de personas que habitaban las pequeñas localidades de la región.
Ante la realidad que viven habitantes de los municipios donde la violencia e inseguridad se han acrecentado durante las últimas semanas, muchas familias han optado por desplazarse hacia destinos más seguros, pues los constantes enfrentamientos entre bandas criminales no les permiten desarrollar una vida plena en estas localidades.
A través de redes sociales, personas de la comunidad de “El Sásabe”, municipio fronterizo de Sáric, han dejado en evidencia las consecuencias que dejó el recrudecimiento de la violencia y los enfrentamientos en la zona Norte de Sonora, lo cual es bastante grave para muchas familias, ya que muchas son personas de la tercera edad y están huyendo hacia Estados Unidos.
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Usuarios de plataformas digitales han difundido videos donde se observa la desolación que se vive en dicho municipio tras los reiterados enfrentamientos, donde otros han manifestado su descontento con la poca protección al patrimonio que durante generaciones ha perdurado en tal municipio.
Se han filtrado videos donde se observan caravanas de vehículos abordados por hombres fuertemente armados circulando por los pueblos sin que alguna autoridad les haga frente en el municipio, que cuenta con aproximadamente mil habitantes, según el último censo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) del 2020.
No es el único
Así como Sáric, otros municipios y localidades donde la violencia se ha desatado son Benjamín Hill, Santa Ana, Magdalena, Ímuris, Nogales, Altar, Caborca, Sonoyta, San Luis Río Colorado, Tubutama, Pitiquito, Oquitoa y Átil, siendo estos últimos cuatro también un referente en cuanto a grupos de personas desplazadas por la violencia.
A pesar de esta situación el gobernador Alfonso Durazo Montaño niega enfáticamente que se estén presentando desplazamientos de personas en el Norte de Sonora y los municipios donde la violencia ha escalado de manera importante, por lo que calificó dichos reportes como “noticias falsas”.
“Se difundió información falsa, de manera muy insistente, y eso generó una preocupación innecesaria en la población, sin desestimar en este comentario, que efectivamente se presentaron hechos de violencia, pero no todos los que circularon en redes de comunicación», dijo.
Por su parte, Krimilda Bernal Hoyos, directora del Observatorio Sonora por la Seguridad, mencionó que los organismos que ofrecen cifras sobre desplazados son muy pocos, y rara vez se hace visible este problema, aunque puede resignificar las consecuencias de la inseguridad, pues no se consideraba un problema en la entidad.
Sin embargo, resaltó que para estas familias las afectaciones implican mucho más que solo la molestia de movilizarse, hay también una cuestión emocional y un daño psicológico que no es posible dimensionar.
“Es algo que debería visibilizarse, porque esto pasa por la violencia que estalla en los municipios, estos terminan por volverse pueblos fantasmas porque la gente se va, tanto a Estados Unidos, o si son de zonas rurales, se van a los municipios más grandes, cualquier parte donde se sientan con mayor seguridad y su integridad no corra riesgo”, agregó.
Violencia imparable
El pasado 31 de octubre, habitantes de Oquitoa reportaron durante la madrugada una serie de enfrentamientos armados que se presentaron entre las 3:00 y las 6:30 horas. Se trataba de criminales que atacaron a un convoy de elementos de seguridad, en cuyo saldo se presume la muerte de un militar y seis elementos heridos, así como un elemento de la Policía Estatal lesionado de bala.
Según información extraoficial, en el ataque murieron civiles, mientras que algunas unidades de Seguridad Pública fueron incendiadas. Desde entonces, la violencia no ha parado en la región Norte del Estado y los pobladores siguen siendo testigos involuntarios de ello, por lo que seguramente muchos estarán pensando en abandonar su hogar por el miedo a quedar atrapado en el fuego cruzado.
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Recientemente, el pasado 6 de diciembre, a 100 metros de la caseta de cobro de Trincheras, entre Santa Ana y Caborca, se reportó el hallazgo de dos cuerpos mutilados dentro de un par de hieleras, con una manta pequeña con una amenaza dirigida a integrantes de un grupo criminal, noticia que generó conmoción entre los habitantes y usuarios de redes sociales.
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