Lejos de los grandes

Lejos de los grandes

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El fin de semana, Saúl Álvarez sumó un nuevo triunfo en su importante carrera, ganando otro combate por campeonato mundial para, así, seguir dando fuerza al argumento de quienes lo ubican como el mejor kilo por kilo de la actualidad, así como uno de los grandes campeones de todos los tiempos. Yo lo veo de otra manera, como una nueva razón para poner en duda el lugar histórico que muchas personas le quieren dar.

Lo sucedido en Arabia Saudita fue una verdadera vergüenza para el boxeo. La pelea entre el tapatío y el cubano William Scull fue una mancha al pugilismo, con un peleador que corrió mucho y con otro incapaz de imponer su condición de megaestrella del boxeo. Sumando un nuevo triunfo de ruta completa; en total, solamente ha ganado 5 de sus últimas 16 peleas por knockout, incluyendo siete decisiones consecutivas.

No pretendo decir que lo hecho durante años en el profesionalismo por parte del Canelo ha quedado irreparablemente manchado, por supuesto que no, mi punto es que, con lo sucedido pude constatar una vez más lo lejos que está de las leyendas del boxeo.

Su incapacidad para poder acorralar a Scull y conectar golpes de poder fue evidente, no mostró rapidez en el cuadrilátero, nunca encontró respuestas. Claro que no es culpa del mexicano que su rival decidiera evitar un verdadero combate, pero no es la primera ocasión que a un campeón le toca enfrentar una pelea así y, en este caso, a él le fue imposible descifrarla.

Pero eso no es todo lo que me lleva a ratificar lo que llevo años pensando acerca de su legado. De nuevo le ha ganado a un rival que seguramente con el paso de los años no será recordado como uno de los grandes de su generación.

Sin importar récords, un importante número de oponentes de Álvarez son peleadores que no tendrán un gran legado; obvio, no es su culpa que en las categorías en las que ha conseguido la mayoría de sus triunfos relevantes hoy no tenga a grandes figuras como en antaño, pero al menos uno esperaría a un campeón dominante. Realmente son pocos los triunfos memorables que ha tenido y pocos los grandes campeones a los que ha vencido.

Tampoco pretendo afirmar que no ha tenido una muy buena carrera, no cualquiera gana tantos combates y consigue tantos cinturones como campeón mundial. Pero una cosa es conseguirlo y otra es que eso lo coloque entre los principales pugilistas de la historia. Porque, además, entra la cuestión de cómo ha ido eligiendo a sus más recientes oponentes, justificando la decisión en que se ha ganado el derecho de hacerlo así y claro que está en su derecho, pero eso, en mi opinión, también le resta valor a su carrera.

Los números son fríos, nadie le podrá quitar lo conseguido ni que se ha convertido en imán de taquilla e ídolo de muchos mexicanos. Al mismo tiempo, el cómo lo ha logrado importa y a quiénes ha vencido, también. Así, al verlo en el triste espectáculo en Riad, mi sensación es que, salvo que suceda algo extraño en la recta final de su carrera, difícilmente podrá ser considerado uno de los más grandes del boxeo.

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