Las caricaturas de Benito Juárez: entre la sátira política y la libertad de expresión

Las caricaturas de Benito Juárez: entre la sátira política y la libertad de expresión

Tomado de https://www.mexicodesconocido.com.mx/

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Sin lugar a dudas, el triunfo de la República tras la Guerra de Reforma (1857-1861) y la Segunda Intervención Francesa (1862-1867) asentó un ambiente social muy distintivo. Después de las turbulencias y episodios de autoritarismo, al fin se dispuso del pleno ejercicio de los principales valores liberales: la crítica y la libertad de expresión. Por ello, no debe sorprendernos la abundancia de caricaturas de Benito Juárez durante este periodo histórico. Y como buen liberal, el Benemérito respetó la feroz sátira de conservadores y correligionarios radicales.

Caricatura de Santiago Hernández de 1870 que satiriza la lucha entre los liberales para congraciarse con Benito Juárez. © INAH.

La crítica y la sátira política en la segunda mitad del siglo XIX

Para contextualizar, hay que comentar que la crítica y la sátira política durante los años que comprendieron tanto la Guerra de Reforma (1857-1861) como la Segunda Intervención Francesa (1862-1867), fueron particularmente feroces. Desde los primeros enfrentamientos políticos entre liberales y conservadores tras de la Revolución de Ayutla de 1854, se volvieron habituales la editoriales y notas críticas en los periódicos de cada bando.

Uno de los mayores ejemplos fue la aguda pluma de Guillermo Prieto, quién criticaba con pasión a sus adversarios conservadores. Y no solo eso, hasta compuso una copla satírica que se volvería del dominio popular y un auténtico himno de lucha: «Los cangrejos». Así mismo, las caricaturas políticas ridiculizaron a destacados personajes de uno y otro partido, evidenciando el enconado enfrentamiento de estos proyectos políticos.

La caricatura política durante la Guerra de Reforma (1857-1861) y la Segunda Intervención Francesa (1862-1867) fue fundamental. © INAH.

Benito Juárez: uno de los favoritos de los caricaturistas

Dentro de toda aquella batalla en periódicos y cartones, uno de los personajes más satirizados fue Benito Juárez. Tras ser una de las principales cabezas del Partido Liberal, el autogolpe de Estado de Ignacio Comonfort en 1857 lo puso no solo al frente de su grupo político, sino también de la misma presidencia de la República. Por ello, al ser el líder de los liberales y de su gobierno, fue el principal blanco de los periódicos y caricaturistas conservadores, quienes hacían énfasis en su origen zapoteca así como su pertenencia a una logia masónica.

No obstante, inclusive dentro de su propio partido recibía enconadas críticas. La facción encabezada por el general Jesús González Ortega solía cuestionar su inflexibilidad y sobre todo, su insistencia en extender su presidencia dadas las condiciones de guerra civil. Y aunque se llegaba a reconocer su inteligencia y perspicacia, siempre había una nota de escepticismo sobre su figura. Esta situación se extendió inclusive a la Segunda Intervención Francesa, momento en que se reconoció a Juárez como un auténtico estadista.

En esta caricatura de 1863, Constantino Escalante reconoció la envergadura política de Juárez enfrentando la intervención del Segundo Imperio Francés. © Raíces. INAH.

Las caricaturas de Benito Juárez: el héroe y el autoritario

Una vez restaurada la República en México en el año de 1867, se iniciaría el periodo de mayor crítica política hacia Benito Juárez. Y es que una vez vencidos definitivamente los conservadores y los monarquistas, los enfrentamientos se darían ahora dentro del mismo liberalismo. Por una parte, se encontraban Juárez, Sebastián Lerdo de Tejada y sus afines desde el gobierno federal; por el otro, se ubicaron como oposición Porfirio Díaz y el sector más radical de los liberales.

Con las dos victorias en las elecciones presidenciales de 1867 y 1872, al Benemérito de las Américas se le empezó a caricaturizar como un abyecto y decadente personaje que solo anhelaba el poder. Derivado de ello, también se le retrataba como un político bastante astuto, capaz de manipular para su beneficio. Otra cuestión que los caricaturistas satirizaron de Juárez fue su estrecha relación con los hacendados de la grana cochinilla, ya que la familia de su esposa, Margarita Maza, se dedicaba a ello.

A pesar de todo, Benito Juárez nunca ordenó censurar o cerrar los periódicos donde aparecían las notas y caricaturas que lo cuestionaban. Esto demostraba la congruencia de su ideario liberal, el cual ponderaba sobre todas las cosas la crítica y la libertad de expresión. Tras su fallecimiento en 1872, los propios caricaturistas que lo satirizaron reconocieron el respeto que manifestó el finado presidente a sus trabajos gráficos.

Las caricaturas de Benito Juárez hacían énfasis en su destreza política y la capacidad de manipular a sus adversarios. © Mediateca INAH.
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Aldo Vicencio Poeta y ensayista. Historiador de formación. México es sus misterios.

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