Las buenas personas siempre marcan la diferencia

Nunca seremos felices si no logramos antes ser mejores personas y la bondad, como todo en esta vida, se puede educar y entrenar

Las buena personas se merecen buenas personas; de las que quieren bonito y no a ratos, de las que no son tóxicas porque de esas ya hay bastantes. Te mereces alguien que haga mucho y hable poco, de las que les pides la mano y te dan el brazo entero

La bondad siempre paga


Hace mucho me enseñaron que ser bueno “siempre recompensa” y aunque no lo busques, la recompensa te encuentra. Sé esa persona que puede hacer de otros un día especial. Y finalmente dejar una huella que perdure con el paso del tiempo.

Algunas personas creen que la mejor forma de recordar a alguien es “imitando su ejemplo” y si lo piensas muchos seguimos el ejemplo de la bondad. No importa el contexto en el que te hayas desarrollado, cuando brindas apoyo, atiendes a los demás y lo haces con el corazón estás en un proceso de equilibrio y balance.

El propio acto de dar, de ofrecer, de ayudar y atender, debería ser por sí mismo un acto capaz de ofrecer felicidad y equilibrio interior. Sin embargo, no son muchas las personas que llegan a adquirir esta capacidad.

Las buenas personas son fáciles de identificar, no sólo son los detalles, es la educación y el saber que puedes contar con ellas.  Si buscas ser una buena persona, rodéate de ellas para que hagan tu mundo mejor y te darás cuenta de muchas cosas: cómo ven el mundo y cómo actúan en consecuencia.

Cuida a las buenas personas que te rodean como tus bienes más preciados.

Las buenas personas comparten detalles

Rodearse de “buenas personas” podría darnos felicidad, por que nos ayudan a comprender y entender lo que estamos pasando gracias a su experiencia.  Enriquecen tu día con palabras, humildad y con lecciones que nos impulsan a crecer

Los pequeños detalles hacen una enorme diferencia y nos alegran los días. Esas personas no acostumbran a lucirse por la sala y quizá podrían pasar desapercibidas para muchos, pero no para sus amigos ni su familia. En su esencia, está el poder ver el mundo como algo bueno que necesita más amor y bondad.

Las buenas personas no necesitan decir mucho, sólo estar; van por el mundo dándolo todo e integran a otros para que sean felices. Dicen que las buenas personas, nos dan felicidad y yo lo creo.

Ahora que ya lo sabes, es momento de salir, descubrir el mundo y compartir este conocimiento con otros. 

 

 

 

Si quieres saber cómo viajar más síguenos:

 

Te recomendamos leer:



Comments

comments

Tomado de https://viajeropeligro.com/