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Después de tomar protesta como la primera presidenta de México y de recibir la banda presidencial, Claudia Sheinbaum Pardo se dirigió al pueblo congregado en el Zócalo, desde ahí, como hizo el expresidente, Sheinbaum enumeró los 100 compromisos de acción que regirán su gobierno
Texto: Arturo Contreras Camero
Fotos: Isabel Briseño y Jesús Almazán
CIUDAD DE MÉXICO.- En la Plaza de la Constitución la multitud aún corea “es un honor estar con Obrador”, hay quienes esperan que el expresidente salga a despedirse del pueblo, pero frente a ellos, hay una nueva presidenta, Claudia Sheinbaum Pardo. Las únicas imágenes que hay de Obrador, son las botargas, los peluches y las máscaras que llevan sus asistentes.
En respuesta a la consigna, algunas mujeres intentan cambiarlo, sin resultado, gritan: “Es un honor estar con Claudia hoy”, pero pocas personas lo siguen. Incluso,durante el discurso de la presidenta, ella misma se refirió a López Obrador como presidente.
“Como ya saben vamos a mantener todos los programas del presidente!, dijo antes de iniciar a enumerar los cien compromisos que regirán su gobierno. “Y digo del presidente, porque es el mejor presidente que ha tenido el país”, se apuró a corregir.
“El día de hoy, además, el segundo piso (de la transformación) )significa, como lo mencioné en el Congreso, un paso más. Por primera vez, no en 200 años, por lo menos en 503 años, no había habido una mujer presidenta de México”, dijo antes de recibir el bastón de mando.
Hace seis años, el mismo López Obrador recibió un bastón de mando, como símbolo de la autoridad que los pueblos originarios reconocieron en él y después emitió un mensaje a la multitud reunida frente a él. Este primero de octubre, Sheinbaum repitió el símbolo y el acto que parece ser, podría sumarse al protocolo de la toma de posesión del poder Ejecutivo.
“¿Y qué significa el Segundo Piso de la Cuarta Transformación? Significa mantener nuestros principios, nuestras causas, las que dieron origen a nuestro movimiento. Vamos a gobernar con los principios de la Cuarta Transformación” dijo antes de enunciar una serie de fórmulas hechas populares por su predecesor:
– Por el bien de todos– dijo Sheinbau,
– Primero los pobres– respondió la multitud
– No puede haber gobierno rico
– Con pueblo pobre
– Con el pueblo todo
– Sin el pueblo nada
El reto de ser presidenta
Entre la multitud que corea las arengas de Sheinbaum, está Josefina Ordóñez, que pertenece a un grupo de trabajo social y de base partidista de Ciudad Nezahualcóyotl. Celebra que, como Obrador, la nueva presidenta haya salido a dirigirse al pueblo.
“Es que es con quién tiene el compromiso. Con todos los que venimos luchando junto a ella, ahora ella tiene el reto de proteger su legado. Ya tomó protesta con los diputados y senadores, pero lo más importante es que venga con quien la llevó al cargo”, comenta la señora Ordóñez
También reconoce que la presidenta, tiene un reto importante, que es luchar contra el machismo que aún permea la sociedad. Ella, que recorrió casas para promover el voto por la presidenta, lo reconoce. “Había compañeros que no querían votar por ella, pero como era lo que había pedido el presidente, pues ya no decían más, pero les costó aceptarlo”, comenta sobre las resistencias que observó.
A ella., como a muchas otras mujeres, su papá no la dejó continuar con sus estudios después de terminar la primaria, pero por obstinada, a los 15 entró a la secundaria y eventualmente, cuando se inauguró el Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos cerca de su casa, pudo entrar a estudiar Trabajo Social porque hacían falta estudiantes para llenar las aulas.
“Yo creo que conforme vaya avanzando su mandato, los va a ir convenciendo, porque mire, hoy hay mucha gente mayor, pobre, que vienen a verla, y eso significa que se pueden cambiar muchas cosas, pero todo eso se va a ir cambiando poco a poco”.
Una plaza llena, en espera de la continuidad
Desde el centro del Ombligo de la Luna, en la plaza donde se erigió México-Tenochtitlán, un grupo de mujeres indígenas están listas para entregar a Sheinbaum el bastón de mando, un nuevo símbolo del compromiso que tendrá la presidenta con los pueblos originarios y con todos los habitantes de este país.
Después de recibirlo, como hizo López Obrador hace seis años, Sheinbuam repite la fórmula que empleó López Obrador al tomar posesión, hizo un listado de cien compromisos, del cual, reconoce haber incuplido solo uno: La verdad y justicia en el caso Ayotzinapa.
A diferencia de los cien compromisos de Obrador, Sheinbaum no mencionó nunca el no aumentar los impuestos, ni tomar medidas sobre actividades extractivas muy nocivas, como la minería, no tampoco sobre las deudas en cuestiones de Derechos Humanos, como la búsqueda e identificación de miles de personas desaparecidas en el país.
Dentro de las promesas que se empezarán a instrumentar a la brevedad, está retomar las conferencias de prensa matutinas, que iniciarán a las siete y media de la mañana; delinear la estrategia de seguridad pública para reducir los delitos de alto impacto y hacer una revisión de los títulos de concesiones de agua en el país, que actualmente son opacos y favorecen la corrupción.
Tomado de https://piedepagina.mx/
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