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La Secretaría de Marina entregó una concesión a un particular para que instalara una tirolesa en el cerro del Crestón, símbolo del puerto que, durante los últimos años, ha vivido un acelerado proceso de turistificación y gentrificación. Ahora, el temor es latente: que el turismo dañe el patrimonio de la gente de Mazatlán
Texto: Alejandro Ruiz
Foto: Especial
CIUDAD DE MÉXICO. – La Administración del Sistema Portuario Nacional en Mazatlán, Sinaloa, administrada por la Marina Armada de México, otorgó un contrato de concesión a una empresa privada en el cerro del Crestón, el emblema del puerto de Mazatlán.
El contrato faculta a la empresa Operadora Turística Observatorio 1873 S.A de C.V. a que, durante 20 años, pueda instalar y usar una tirolesa de 1.2 kilómetros de longitud que cruzará el Océano Pacífico hasta la cima del cerro del Crestón.
La tirolesa alertó a vecinos y ambientalistas del puerto de Mazatlán, quienes en los últimos años han visto un proceso acelerado de gentrificación y turistificación, donde las empresas turísticas o inmobiliarias se apropian, por ejemplo, del espacio público para privatizarlo y seguir impulsando sus negocios. Y no se equivocan.
Por ejemplo, de acuerdo a un reportaje de Revista Espejo, Mazatlán es el cuarto punto turístico más importante en el Pacífico mexicano. Inclusive, sólo en 2023, esta ciudad recibió a 5.4 millones de turistas.
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Este aumento del turismo ha acarreado una serie de problemáticas que se concentran, principalmente, contra las colonias populares de Mazatlán y el medio ambiente: cortes de servicios, tala de selva y aumento en costos de la vivienda, son sólo algunos de éstos, mientras que los negocios siguen creciendo. Muestra de ello es que de 2016 a agosto del 2023 se otorgaron 935 permisos de construcción para edificios de departamentos, muchos de ellos, de lujo o con fines turísticos.
En este contexto, la tirolesa y las irregularidades con las que la Marina Armada justificó el contrato de concesión levantan sospechas, y sobre todo: indignación.
¿Un negocio premeditado?
La duda de si la Secretaría de Marina influyó en la concesión para construir la tirolesa cada vez es más grande, y también razonable. La historia es así:
El 27 de julio de 2023, el cerro del Crestón dejó de ser un parque natural manejado por un patronato municipal. Se incorporó a una de las áreas concesionadas a la Administración del Sistema Portuario Nacional Mazatlán SA. De C.V. (Asipona), una de las empresas de participación estatal mayoritaria sectorizadas a la Secretaría de Marina.
En el caso del puerto de Mazatlán, desde el 19 de octubre de 2023, según una modificación al Título de concesión que amplia la delimitación y determinación del puerto, la Asipona puede “construir, operar y explorar terminales marinas, obras e instalaciones portuarias, náuticas, pesqueras, turísticas, deportivas, recreativas, acuícolas, comerciales e industriales en las áreas concesionadas”.
Estas decisiones favorecieron la entrada de la empresa Observatorio 1873 a hacer actividades en el cerro del Crestón, algo que, al menos, intentaban desde 2020.
Ese año, la empresa, sostenida por el Grupo Redppetroil (donde el empresario Armando Guzmán es el accionista mayoritario) presentó una Manifestación de Impacto Ambiental para operar un proyecto de tirolesa en el entonces Parque Natural Cerro del Crestón.
En marzo de 2021, la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales aprobó la Manifestación de Impacto Ambiental, pese a que ésta no contaba con estudios de impacto geográfico o de manejo de residuos autorizados por la dirección de Protección Civil de Sinaloa y otras autoridades competentes, según pudo constatar Pie de Página en una respuesta emitida por la autoridad a una solicitud realizada vía transparencia por colectivos en defensa del cerro del Crestón.
Pero, aunque la empresa Observatorio 1873 ya contaban con esta autorización, aún faltaba otro obstáculo: que la dejaran entrar.
La disputa por el cerro, interviene la Marina
Hasta antes de 2023, el cerro del Crestón era un Parque Natural administrado por un patronato municipal, quienes se encargaban de la conservación y administración del espacio. Éste patronato se financiaba por los ingresos recibidos en cobra de entradas al parque.
El patronato se opuso a la construcción de la tirolesa, y después después de alertar los daños ecológicos y patrimoniales que podrían ocasionarse al cerro del Crestón, la Asipona entró a la disputa, y el 27 de julio de 2023, se legalizó la salida del patronato.
El 1 de agosto, 5 días después de la salida del patronato, el Comité de Otorgamiento de Contratos de la Asipona avaló el contrato de cesión parcial de derechos y obligaciones por un periodo de 20 años a favor de Observatorio 1873 quienes, en los hechos, ahora administrarán y protegerán el cerro del Crestón. El contrato lo firmó el Almirante Mariel Alquileo Ancona Infanzón, director general de Asipona Mazatlán.
En medio de todo esto, ciudadanos organizados interpusieron amparos y denuncias ante el municipio, la Semarnat y otras instituciones, pero ninguna rindió frutos. Inclusive, un día, protestaron en las inmediaciones de Observatorio 1873, dejando consignas que denuncian ecocidio y privatización del espacio público. La empresa acusó que éstos fueron actos vandálicos, amenazó con demandar a los manifestantes y aseguró que “no van a privatizar nada”.
El proyecto de tirolesa, que cuenta con una inversión inicial de 20 millones de pesos, planea inaugurarse a mediados de septiembre. Entre tanto, la ciudadanía organizada exige que la Conanp declare el espacio como una Área Natural Protegida para evitar los daños a su patrimonio histórico.
Tomado de https://piedepagina.mx/
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