El segundo piso de la cuarta transformación comienza a revertir los destrozos antinacionalistas de la Reforma Energética de Peña Nieto en la industria eléctrica nacional, que pusieron en riesgo nuestra soberanía energética.
La certeza de que México empieza a reencauzar el rumbo en el sector se confirmó con el anuncio que, hace poco más de una semana, hizo la presidenta Claudia Sheinbaum sobre la inversión inicial de 8 mil millones de dólares de recursos públicos para ampliar y modernizar el sistema de distribución eléctrica en el territorio nacional.
Durante su campaña y en su mensaje como presidenta electa en el Teatro Metropolitano, la doctora Sheinbaum pidió recapitular la entrega de los recursos energéticos –petróleo y electricidad– que, de forma paulatina, fueron cedidos a empresas privadas durante 36 años de gobiernos neoliberales.
Como lo denunciamos en su momento, el cierre de Luz y Fuerza del Centro, el 11 de octubre de 2009, tras emitirse de forma casi clandestina y en altas horas de la noche el Decreto de Extinción por parte del espurio narcopresidente Felipe Calderón Hinojosa, fue parte de una perversa estrategia de desmantelamiento de la industria eléctrica, al igual que el debilitamiento gradual de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para abrir las puertas de la generación de energía a firmas particulares, sobre todo extranjeras.
Tras aprobarse en el Congreso la reforma a la Ley Eléctrica, el 8 de noviembre del año pasado, la Jefa del Ejecutivo presentó de manera oficial la Estrategia Nacional del Sector Eléctrico como parte del Plan Nacional de Energía. Dijo que el objetivo es que la CFE mantenga el 54 por ciento de la generación eléctrica. Y se dejó el 46 por ciento al sector privado.
En una de sus conferencias mañaneras, la presidenta subrayó que entre los objetivos está recuperar la capacidad de planeación energética, perdida con la Reforma Energética del expresidente Enrique Peña Nieto.
Otro de los puntos establecidos en la estrategia, enumerados por la secretaria de Energía, Luz Elena González Escobar, es avanzar en la justicia energética, garantizar un sistema eléctrico robusto y confiable y fijar reglas claras para la inversión privada.
Para el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), resultó alentador que la presidenta incluyera entre sus objetivos garantizar el acceso a la electricidad para los mexicanos de menores recursos a precios accesibles.
Es un acto de justicia social que fue desoído por los diputados de las bancadas neoliberales, cuando nuestro sindicato presentó la iniciativa ciudadana que proponía elevar a rango constitucional el derecho a la electricidad como un derecho humano, así como establecer una tarifa social para los sectores más vulnerables.
El anuncio de la inversión de 8 mil millones de dólares, que contempla una inyección total de 32 mil millones hasta 2030, permitirá que el Estado tenga un papel dominante en el sector energético.
Estos recursos se destinarán, de manera prioritaria, al mejoramiento del sistema de transmisión de energía. Como detalló Luz Elena González, se construirán 277 nuevas líneas estratégicas que suman 6 mil 735 kilómetros de circuito.
El proyecto de fortalecimiento del sector eléctrico también incluye la construcción de 524 subestaciones de alta tecnología para disminuir las pérdidas y mejorar el abastecimiento eléctrico en el país.
En este mismo espacio dimos cuenta, en entregas anteriores, de la importancia de fortalecer los sistemas de transmisión y distribución, colapsados por los altos consumos durante la temporada de calor, que derivaron en costosos apagones para diversos sectores de la economía.
Los beneficios de esta renovación serán amplios. Se estima que 50 millones de usuarios resultarán beneficiados y, como han resaltado tanto la presidenta Sheinbaum como la Secretaría de Energía, las tarifas no registrarán aumentos por encima de la inflación.
El fortalecimiento del sistema eléctrico en México permitirá dar certidumbre a las nuevas inversiones derivadas de la relocalización –nearshoring–, que detonarán el desarrollo industrial y comercial en diversas regiones.
Un dato que refleja la magnitud del trabajo por realizar, como lo anunció la titular de la Sener, es que será necesario modernizar 111 mil kilómetros de infraestructura. Estas obras no se dejarán en manos privadas, ya que está en juego la confiabilidad del sistema.
La titular de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Emilia Calleja, informó que en esta primera etapa se requerirá la participación de más de cinco mil trabajadores. Desde aquí, los afiliados al SME y la Cooperativa Luz y Fuerza del Centro expresamos nuestra disposición de apoyar en la construcción y modernización del sector eléctrico nacional.
Defendimos este sector desde nuestra trinchera de resistencia cuando el PRIAN intentó desaparecer a nuestra centenaria organización como parte de la extinción de nuestra fuente de empleo.
Los electricistas del SME hemos demostrado nuestro compromiso con el pueblo al acompañar a miles de usuarios, madres solteras, jubilados y habitantes de colonias populares que enfrentaron las tarifas impagables impuestas por el gobierno de Calderón mediante sus llamados “recibos locos”, orientándolos en la defensa de sus derechos y luchando junto a la Asamblea Nacional de Usuarios de la Energía Eléctrica (ANUEE).
Por eso celebramos el proyecto energético del segundo piso de la Cuarta Transformación, que la presidenta Claudia Sheinbaum ya ha puesto en marcha, con el objetivo de recuperar la soberanía energética y garantizar electricidad a precios accesibles para millones de mexicanos.
Éstas son banderas de lucha que el Sindicato Mexicano de Electricistas ha defendido frente a los gobiernos neoliberales que pretendieron entregar el petróleo y la electricidad a las trasnacionales.
*Secretario general del Sindicato Mexicano de Electricistas
Tomado de https://contralinea.com.mx/feed/
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