La política de inmigración del segundo mandato del presidente Trump está resultando muy lejos de la prometida «operación de deportación más grande de la historia». A pesar de la retórica agresiva y el despliegue de fuerzas del orden federales para ayudar al ICE, las deportaciones se quedan muy por debajo de su ambicioso, y en última instancia poco realista, objetivo de un millón por año. Esta deficiencia ha llevado a una nueva estrategia: incentivar la autodeportación.
Implementada mediante orden ejecutiva, la nueva política ofrece a los inmigrantes indocumentados una opción. Salir voluntariamente usando la aplicación «CBP Home», y recibir un billete de avión a casa y un estipendio de $1,000. Negarse, y enfrentar arresto, detención, deportación, enjuiciamiento, multas e incluso decomiso de bienes civiles.
Si bien el concepto de pagar a los inmigrantes para que se vayan no tiene precedentes – existen precedentes históricos en la Gran Depresión y en programas internacionales en curso – esta iniciativa federal es única en su escala y enfoque. Los $1,000 ofrecidos son una suma insignificante para muchos residentes a largo plazo, poco probable que supere el costo y el costo emocional de dejar vidas establecidas, trabajos y familias.
El mensaje de la administración en torno al programa está lleno de confusión y desinformación. Las sugerencias iniciales de una posible reentrada futura han sido contradichas por la estipulación explícita de salida permanente de la orden ejecutiva. Esto, junto con las prohibiciones de reingreso de 10 años existentes para muchos inmigrantes indocumentados, hace que la promesa de regreso sea hueca. Además, irse podría poner en peligro otras vías legales para permanecer en los EE. UU. Se recomienda encarecidamente buscar asesoramiento legal antes de aceptar la oferta.
Simultáneamente, la administración está aprovechando una ley de la época de la Segunda Guerra Mundial que exige que todos los no ciudadanos lleven consigo una prueba de registro. Esto crea un dilema difícil: registrarse y arriesgarse a la deportación inmediata, o enfrentar un proceso penal por incumplimiento. Ya se están presentando cargos bajo esta ley.
El impacto de estas políticas se extiende más allá del número de salidas. Un clima de miedo e incertidumbre se está extendiendo por las comunidades de inmigrantes, alimentado por acciones de aplicación agresivas y una campaña publicitaria masiva que insta a la autodeportación. Si bien algunos pueden considerar que el incentivo ofrecido es suficiente, muchos otros serán empujados aún más a la clandestinidad, exacerbando su angustia.
Aunque la autodeportación puede parecer más barata que la deportación formal, el costo de fomentar un clima de miedo es inconmensurable. La estrategia de Trump, aunque apunta a una demostración dramática de poder, corre el riesgo de tener consecuencias sociales significativas a medida que millones de personas se retiran de la vida pública, incluso si no abandonan permanentemente el país.
Más historias
El expresidente Joe Biden diagnosticado con una forma agresiva de cáncer de próstata
El expresidente Joe Biden diagnosticado con una forma agresiva de cáncer de próstata
Pobreza made in USA