Cuando leí el artículo de Natasha Martín Ortiz Carta de despedida a una parte de mí me quedé atrapada. Sentí una gran empatía con una enfermedad que ni he padecido he vivido de cerca. Los trastornos de la conducta alimentaria los sufren muchas personas en silencio y fue esa identificación a la que se refiere Natasha con la enfermedad, que, en su caso, está asociada a una imagen física de persona muy delgada, lo que me chocó. Decidí, casi al instante, convertirlo en un capítulo de La Mecedora, con el permiso previo de la autora, claro. Sus palabras tenían que adquirir otro recorrido y así se han convertido en el relato narrado que guía el pódcast.
Las redes sociales y el instinto de Natasha me condujeron hasta el psicólogo Adrián Gimeno, que lleva más de una década trabajando con hombres y mujeres que conviven (o malviven) con un trastorno de la conducta alimentaria. “Cuando hablamos de trastornos alimentarios no se trata de una decisión que la persona toma, sino de un cambio en la función de la comida, que empieza a sustituir otros mecanismos. En el momento en que alguien dice que no quiere comer, por ejemplo, recibe más atención, anque sea en forma de enfado, y ese reacción es, precisamente, una de las cosas que busca”.
Para Adrián, la presión social es una de las causas principales de los TCA, que afectan también a los hombres, aunque se hable poco. “En los hombres, los problemas derivados de emociones como la tristeza o el miedo no se verbalizan y adquieren formas diferentes a las de las mujeres. En su caso suele buscarse una imagen de fortaleza, un cuerpo musculoso, lo que implica un cambio en el tipo de alimentación, que se centra en moldear el cuerpo. Esto también es un trastorno y está muy escondido”. El psicólogo hace hincapié en el papel que pueden jugar plataformas como Instagram para conectar personas con experiencias similares, siempre que no se pierda la perspectiva y el sentido crítico, ya que las informaciones compartidas son muy diversas y hace falta ponerles filtro. ”Si no, a la semana ya estaremos confundidos y perdidos”.
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