En 2022 atropellaron e hirieron al ocelote Pedro Pardo. Hoy, corre libremente otra vez en la selva de Costa Rica
En diciembre de 2022, Alturas Wildlife Sanctuary y Osa Conservation liberaron a Pedro Pardo, el ocelote que había sido atropellado y herido gravemente el año pasado. La veterinaria del centro de vida silvestre, Sandy Quirós, se aseguró de curarlo, rehabilitarlo y de que pasara todas las pruebas para su liberación. Por su lado, Cristina Azzopardi, la supervisora del santuario, lo monitoreó a través de plataformas de geolocalización, con la ayuda de collar GPS. Además, conseguió colaboradores como Osa Conservation para que Pedro pudiese volver a la vida silvestre en la península de Costa Rica.
Para saber más de la historia de Pedro Pardo puedes leer: El ocelote que sufrió un accidente automovilístico y habla por su especie en Costa Rica
En camino a la libertad
Alturas compró un collar GPS de Telonic que funcionaba en conjunto con un satélite. El dispositivo colecciona los puntos de localización y muestra los datos en tiempo real, procesados por la voluntaria Larissa Thelin y sus habilidades de mapeo y geolocalización. El collar mandaba información sobre sus paraderos cada 5 horas y lo guardaba dentro de él mismo. Si había una conexión correcta entre el collar y el satélite, les mandaba sus ubicaciones vía software cada 5 días. Ligaron el collar a una aplicación llamada Animal Tracker, en donde podías ver sus movimientos de las semanas pasadas.
Los parámetros para localizarlos estaban limitados a la batería del equipo, pues sólo tenía una duración de 6 meses. El equipo resolvió que para casos futuros, no utilizaría tantos puntos de localización para poder seguir al individuo por más tiempo. Pardo sobrevivió durante 6 meses, evadiendo el peligro, encontrando espacios seguros y cazando de manera exitosa. Dichos procesos eran las metas que se habían establecido desde el inicio de la misión.
Un felino en la selva
Ahora que los especialistas de Alturas Widlife Sanctuary tienen un mejor entendimiento de los felinos y su uso de espacio, pueden entender su distribución, movimientos, presas y áreas preferidas de caza. Con estos puntos clave, pueden ayudar de manera indirecta y directa a preservar las especies, poniendo todos los esfuerzos en impulsar regulaciones más estrictas.
Pedro Pardo logró recuperarse de manera milagrosa al haber sobrevivido su accidente automovilístico, lo cual fue bastante motivador para Cristina Azzopardi y Sandy Quirós. Muchas veces, las personas que creen que los animales no sobreviven los accidentes o que no se recuperan de ellos; sin embargo, Pedro Pardo ha brindado esperanza para todos.
Liberar es también aprender
El equipo del santuario no ha tenido la oportunidad de monitorear más felinos, pues el material es bastante costoso y el proceso requiere de un gran esfuerzo. La liberación del ocelote se logró gracias a una donación bastante generosa.
Cristina afirma: “No obstante, en el futuro, aplicaremos a becas de monitoreo post-liberación, esperando que podamos monitorear todas las especies clave que hayan estado bajo nuestro cuidado.”
Igualmente aprendieron que los detalles específicos necesitan ser estudiados arduamente antes de liberar a una especie en la naturaleza, especialmente si es una animal territorial.
Liberaron a Pardo en un bosque muy denso con una gran variedad de presas, lejos de las molestias humanas; lo cual, atrajo a una población amplia de ocelotes. Es importante recordar que no sólo estaban liberando al felino, sino que también, lo estaban relocando desde otra parte del país. No lo podían liberar dónde lo habían encontrado, como lo hacen con otras especies, ya que lo habían atropellado cerca de un pueblo en la carretera y necesitaban un espacio más apropiado.
Los esfuerzos de Alturas Wildlife Sanctuary
Alturas Wildlife Sanctuary está colaborando con otras organizaciones públicas y privadas para establecer mejores precauciones de seguridad para el cruce de la vida silvestre en las carreteras. Por ejemplo, instalando puentes para animales salvajes que cruzan las carreteras donde más animales son lastimados o electrocutados. También, están aplicando a becas. Con esos recursos buscan implementar estrategias de mitigación de daños como puentes subterráneos en las carreteras. Ganar fondos significa igualmente instalar signos educativos para recordarle a las personas que bajen sus velocidades al manejar a través de corredores biológicos.
“Siempre ha sido nuestra meta monitorar animales que han sido rescatados y liberados. El monitoreo post-liberación es una parte fundamental de la rehabilitación y no podemos ni siquiera considerar que un animal está sobreviviendo de manrea exitosa hasta que cumpla con todos los requisitos como cazar o reproducirse,” dice Cristina con esperanza.
Agrega que muchos de los centros no tienen los fondos para monitorearlos, comprar el equipo necesario y el software adecuado. “Gracias a nuestro donativo, pudimos cuidarlo durante 8 meses. Esperamos que en el futuro podamos alocar un porcentaje más amplio al monitoreo para contribuir al entendimiento global de la supervivencia de los animales rehabilitados y liberados en la naturaleza.”
Una misión existosa
Sandy Quirós dice felizmente que: “El exitoso monitoreo post liberación de Pardo marca un precedente para los demás felinos silvestres de Costa Rica y probablemente de Latinoamérica, ya que se logró determinar ciertos parámetros de movimiento de este particular felino, así como establecer un protocolo para el manejo medico de los felinos que son candidatos a liberación.”
La meta de este programa de monitoreo es que en un futuro próximo se pueda desenvolver con otras especies de felinos, así como continuar aprendiendo de los ocelotes que se rehabilitan en el centro de rescate Alturas.
Sandy afirmó que: “Cada día que monitoreamos un animal aprendemos cosas nuevas que van a ayudar a los próximos animales que sean candidatos para liberación. Nuestro fin es asegurarnos que el trabajo que se realiza aquí es efectivo y que los animales que estamos liberando no serán condenados a un final incierto.”
Alessandra de Zaldo es una fotógrafa mexicana que colabora con National Geographic en Español. Estudió en la Escuela Activa de Fotografía. Fue interna en Alturas Wildlife Sanctuary, donde confirmó su pasión por la conservación de especies amenazadas. En el santuario se encariñó de animales como el ocelote Pedro Pardo.
Tomado de https://www.ngenespanol.com/
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