Un juez federal ha bloqueado temporalmente la orden del presidente Donald Trump que buscaba congelar la ayuda exterior de Estados Unidos, la cual se canaliza principalmente a través de la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID). Diego Chávez, del Instituto de Política Migratoria, explicó a nuestra compañera Angélica Pérez cómo los gobiernos de América Latina dependen de estos fondos, que podrían desaparecer si Trump decide desmantelar esta agencia.
El poder judicial en Estados Unidos se opone a las órdenes del presidente Trump, quien pretende eliminar la USAID. Este viernes, el juez federal Amir Ali detuvo la congelación de los fondos que la USAID utiliza para apoyar cerca de 1,300 proyectos en más de 40 países. Diego Chávez González, encargado de América Latina y el Caribe en el Migration Policy Institute, declaró a RFI que «USAID es la principal agencia que proporciona este tipo de financiamiento, con 1.9 billones de dólares destinados a gobiernos en América Latina que solicitan consultores para ministerios o agencias».
La decisión judicial señala que, por el momento, el Gobierno no puede suspender o cancelar la ayuda exterior que ya había sido aprobada antes de la llegada de Trump al poder.
Chávez advirtió que esta decisión puede impactar «a todos los países de la región, y ya hay programas que se han cerrado en áreas como el conflicto armado y la migración». Por ejemplo, Guatemala podría verse afectada por un programa de USAID que representa 150 millones de dólares. «Guatemala es el quinto país de la región que más fondos recibe. Aún existe incertidumbre respecto a las órdenes ejecutivas y sus posibles repercusiones. Los gobiernos locales a menudo no tienen la capacidad para enfrentar estos efectos», añadió Chávez en RFI.
Siguiendo la orden de Trump emitida a finales de enero, el secretario de Estado, Marco Rubio, publicó una directiva que detuvo toda la asistencia exterior, salvo el apoyo a Israel y Egipto, y limitó el envío de alimentos a situaciones de emergencia extrema.
Esta decisión ha generado preocupación en organizaciones humanitarias de todo el mundo que dependen de los contratos con Estados Unidos para continuar sus operaciones.
Según la ONU, Estados Unidos es, con diferencia, el mayor proveedor de ayuda exterior, habiendo invertido aproximadamente 72,000 millones de dólares en 2023, lo que representa el 40% de la ayuda humanitaria global.
Tomado de https://www.rfi.fr/
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