▲ Atención a migrantes en las nuevas instalaciones de la Comar, en la colonia Granjas San Antonio, Iztapalapa.Foto Germán Canseco
Jessica Xantomila
Periódico La Jornada
Sábado 7 de septiembre de 2024, p. 12
Con la esperanza de obtener un trabajo que no sólo les permita mantenerse, sino que sea formal y con el que se sientan a gusto para incluso desarrollarse profesionalmente, alrededor de 450 personas refugiadas y solicitantes de esta condición en México acudieron a la Feria del Empleo, organizada por la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), el Servicio Nacional de Empleo y la Agencia de la Organización de Naciones Unidas para los Refugiados.
A las instalaciones de la organización civil Casa Refugiados (también convocante) en Mixcoac llegaron personas originarias de Haití, Cuba, Colombia, El Salvador y Venezuela, entre otras nacionalidades, quienes recibieron información de alrededor de 40 firmas que ofrecieron puestos en ventas, construcción, enfermería, supervisión de almacenes, telemarketing y como ayudantes de chofer y operadores de transporte, entre otros.
Uno de los primeros en arribar fue el cubano Alaín Martínez, quien compartió que cuando se enteró de esta convocatoria, hace una semana, decidió dejar su trabajo como cargador en una bodega ubicada en el Centro Histórico para buscar vacantes como responsable de cajero en una tienda departamental, ya que es en lo que trabajaba en la islas.
Contó que llegó a México el 7 de julio pasado, al verse obligado a dejar su país por la situación económica que padece por el bloqueo de Estados Unidos y otras causas del gobierno
.
En entrevista, destacó que para los migrantes y refugiados que no tienen información sobre las empresas en las que se pueden emplear en México, les es más complicado tener acceso a un trabajo mejor remunerado. Muchos somos profesionales y queremos un trabajo digno acorde a lo que estudiamos. Yo soy licenciado en estudios socioculturales
, destacó.
A la feria también acudió Andrea, nombre ficticio para resguardar su identidad, quien tiene cinco años viviendo en México. La mujer, refugiada salvadoreña, expresó que ha sido muy difícil
su integración social y laboral, puesto que ha sufrido discriminación y hasta extorsiones.
Señaló que salió de El Salvador por persecución política
, dejando atrás las empresas de la familia, entre ellas una agencia de viajes, así como su trabajo como promotora en la banca nacional.
Es muy difícil, porque allá teníamos todo y luego vienes acá sin nada
, lamentó Andrea, quien dijo que en estos años en México ella y su esposo han trabajado en hoteles: él en mantenimiento y yo en limpieza y recamarera
.
Gerardo Talavera, director general del Programa Casa Refugiados, expuso que quienes ya tienen esta condición y los que están en trámites en muchas ocasiones enfrentan obstáculos para conseguir empleo por desinformación de las compañías y por la falta de documentos.
Tienen que contar con documentos válidos para primero romper ese proceso de que haya discriminaciones y malos comentarios de gente que, si bien no tiene que ser experta en migración o refugio, sí tendrían que tener la capacidad de entender que la certeza jurídica de las personas existe y es válida
, sostuvo.
Tomado de https://www.jornada.com.mx/
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