Cuando nació Latinus, lo presentaron como un medio “binacional” que atendería lo noticiosos para los mexicanos tanto en México como en Estados Unidos. Incluso hoy lo sigue indicando: “Somos LatinUs, la primera plataforma binacional 100% digital, diseñada para generar y distribuir contenido de alto valor para las audiencias en México y EUA”.
Los promocionales mostraban a un Carlos Loret de Mola renovado, que aspiraba a hacer un periodismo equilibrado. Así se manejaba: como el “renacer” de un presentador de noticias que, durante años, estuvo en Televisa y se prestó a montajes de los gobiernos en turno.
Además, el medio pretendía conquistar internet, que estaba ocupado ya por medio nativodigitales con varios años de existencia y por los “youtuberes” de temas políticos.
Desde un principio, Latinus mostró que tenía dinero. Promocionales y más promocionales. Viajes a Estados Unidos. Los sueldos de Carlos Loret de Mola primero y después de Brozo y varios famosos más. Aparecía en todas las redes sociales con el famoso “promocionado”. Fue una inversión bastante alta la que hicieron.
Uno se preguntaba, muy al principio: ¿será el medio de Loret de Mola y él está invirtiendo sus ahorros de Televisa y de tantos años de ser tapete del régimen?
Nunca se dijo de quién era el medio. Nunca se mencionó quiénes eran los inversionistas. Nunca se indicó quién estaba detrás. Y eso siempre se suele hacer cuando un medio nace: es tal empresario, es tal grupo de empresarios, son tales periodistas.
No, con Latinus nunca se dijo nada. Y comenzó a gastar mucho dinero. Se mencionaba que pertenecía a una empresa, pero no más.
Pronto, la promesa de ser un medio “binacional” quedó en el olvido. Lo que hubo fue un medio que sirvió para que Carlos Loret de Mola primero, y Brozo después, atacaran un día sí y otro también a Andrés Manuel López Obrador.
¿Está mal que existan medios que critiquen a AMLO? Por supuesto que no Es parte de la democracia, y también de la libertad de expresión y la pluralidad. La cuestión es que, en el caso de Latinus, esas críticas, que ya no estaban en la palestra periodística, no mostraban su origen. No indican de quién y el por qué.
El reportaje de ayer de Álvaro Delgado, junto con las investigaciones que ya había realizado Julio C. Roa, lo que hicieron es que vinieron a quitarle las máscaras a Latinus, y a colocarlo en las coordenadas a donde pertenece: es un medio financiado por políticos que odian a Andrés Manuel López Obrador y que durante años han intentado que no gobierne.
¿Tiene derecho a existir Latinus y a ser lo que hasta ahora ha sido? Por supuesto que lo tiene. Vivimos en una democracia y hay libertad de expresión.
Lo que los reportajes de Delgado y Roa hacen es que le quitan el manto de “pureza periodística” e “independencia editorial” al medio, y lo dejan como lo que es: un instrumento de un grupo de poder que detesta a AMLO y quiere que se vaya lo más pronto posible. Y exhiben también a Loret a Brozo no como periodistas independientes y críticos, sino como simples empleados de ese grupo de poder.
Ahora bien, ¿Latinus recibe recursos públicos? Seguramente sí. La cuestión es saber por qué vía: ¿vía publicidad? Si es así, debemos saber, pues son recursos públicos. Y si es por otra vía, ¿estamos hablando de desvío de recursos?
Cada día que pasa Latinus se muestra más como lo que es: un medio que se ideó, se creó y existe sólo para atacar a AMLO. Y eso -el evidenciarse el medio no como lo que dice ser, sino como lo que en realidad es- significa su debacle.
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Tomado de https://polemon.mx/
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