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La cueva de Oxtotitlán, en el del estado de Guerrero, es mucho más que una simple formación geológica; es un testimonio viviente del arte y la cosmovisión olmeca. Se trata de un sitio arqueológico, ubicado sobre la ladera del cerro antiguamente conocido como Quetzaloxtoc, que alberga un conjunto de pinturas rupestres que datan aproximadamente del 900 al 600 a.C., ¡tienes que conocerlas!
Un vistazo a la antigüedad olmeca
Visitar la cueva de Oxtotitlán y apreciar las manifestaciones gráficas en su interior es hacer un recorrido por un importante periodo de la historia mesoamericana. La civilización olmeca, a menudo considerada la «cultura madre» de Mesoamérica, dejó su huella a través de estas obras de arte rupestre. Al encontrarte frente a ellas verás la precisión y el simbolismo que estas pinturas ofrecen, lo que resulta como una ventana a sus creencias y prácticas.
Un aspecto central de las pinturas de Oxtotitlán es su conexión con motivos asociados al agua, la lluvia y la fertilidad. Para las culturas prehispánicas, el ciclo del agua era vital, especialmente para aquellas que desarrollaron sistemas de agricultura. Su representación en este arte rupestre subraya la importancia que le daban a estos elementos para la subsistencia y la prosperidad.
Figuras que se aprecian en la Cueva de Oxtotitlán
Las paredes de la cueva revelan una iconografía que incluye tanto figuras antropomorfas (con forma humana) como zoomorfas (con forma animal). Entre las representaciones animales, destacan jaguares, venados y víboras. La presencia recurrente del jaguar, un animal de gran significado ritual y simbólico en el mundo olmeca, es particularmente notoria. Se cree que estas figuras no son meras decoraciones, sino que probablemente formaban parte de narrativas míticas, rituales o registros de eventos importantes para estas comunidades.
¿Dónde se encuentra la cueva de Oxtotitlán?
La cueva de Oxtotitlán se localiza en la región de La Montaña, en la comunidad de Acatlán, municipio de Chilapa de Álvarez, Guerrero. En este sitio podrás apreciar pinturas rupestres de 2 mil 500 años de antigüedad.
Es un sitio de gran relevancia para la arqueología y el estudio de la cultura olmeca. Cada trazo y cada color en sus paredes hablan de un pasado lejano, de una sociedad que, a través del arte, buscaba entender y relacionarse con su entorno natural y espiritual.
¿Cómo llegar?
Desde Acatlán, puedes tomar un camino de herradura que conduce directamente a la cueva. También es posible acceder a la cueva mediante una vereda que se encuentra al este de la población de Acatlán.
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José Ángel Araujo Corredor, amante de los perros y apasionado de la comida. Escribo sobre comida, viajes y estilo de vida. Mi historia de amor con la comida comenzó cuando apenas era un niño, observando a mi mamá volando en la cocina como un colibrí. Amo los viajes que me dejan con el corazón contento, y unos kilitos de más.
Tomado de https://www.mexicodesconocido.com.mx/
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