La consulta popular: ejercicio desincentivado por el INE, válido para la formación de ciudadanía

Por Lic. Armando Saucedo Monarque  @saucedomonarque  Ha pasado el ejercicio de la consulta popular sobre la aceptación o no de enjuiciar a personeros del pasado, responsables de la depredación de los bienes públicos y del menoscabo de la soberanía nacional, con...

Por Lic. Armando Saucedo Monarque  @saucedomonarque

 Ha pasado el ejercicio de la consulta popular sobre la aceptación o no de enjuiciar a personeros del pasado, responsables de la depredación de los bienes públicos y del menoscabo de la soberanía nacional, con resultados poco alentadores sobre el número de participantes y los efectos vinculantes de su resultado, en ese sentido no fue sustantiva y procedimentalmente lo que se esperaba, en consecuencia, eso debe de ser una premisa para tener una mirada nítida y una lección cierta, sobre este ejercicio.

Sin embargo, es válido abordarlo desde distintas aristas para comprender sus consecuencias en el futuro y así tenemos que:

La realización de la consulta en sí misma resulta un triunfo del sector más consecuente de la sociedad que fue capaz de reunir las firmas necesarias, la aprobación legislativa, la sanción de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y la maltrecha implementación por parte del Instituto Nacional Electoral, todo un desafío ante los requisitos que se imponen a quienes deseen consultar, por lo tanto, por ahí se abre una ventana de oportunidades sobre cualquier tema de la agenda social que se quiera someter al escrutinio popular, ya se vio que si se puede.

La consulta, independientemente del resultado, es un paso al empoderamiento del ciudadano, pues fomenta la cultura de la legalidad no como un ejercicio de obediencia ciega a la ley, sino como un mecanismo de apropiación del destino de los asuntos públicos en base a la democracia participativa que debería de ser vinculante a la autoridad competente de una manera simple y fácil, eliminando las trabas burocráticas sin sentido que obstruyen, más que facilitar este diálogo social.

Predominó la presencia activa de la población adulta y adulta mayor en este ejercicio porque son los que han vivido la diferencia abismal entre los gobiernos de corte neoliberal y el actual y han sido los principales beneficiarios de las políticas focales de corte asistencial del actual régimen que, a diferencia de los pasados, los ha puesto en el centro de su atención por encima del mercado y de los grupos de interés, además de que, ellos, nosotros, hemos vivido en carne propia lo que significa en la vida diaria los resultados de las políticas neoliberales y su cauda de corrupción e impunidad.

Efectivamente el INE hizo cuanto pudo y en el caso mucho, para evitar que la consulta popular fuese un éxito en toda la extensión de la palabra, aduciendo cuestiones financieras y operativas pues fue palpable la falta de difusión y la desorganización que privó en la recepción del voto ciudadano, de esto hay innumerables denuncias debidamente documentadas que se han abordado ampliamente en otros espacios.

Ahora bien, si bien es cierto que la poca participación en la consulta en gran parte se debió a la confusión y desorganización propiciada por el INE, al silencio omiso y cómplice de los medios de comunicación y a la campaña mediática en contra de ese ejercicio ciudadano, también hay otros elementos que son necesarios tomar en cuenta para una sana reflexión, como fueron los que a continuación se citan.

Se pagó el coste de dejar a un lado la formación política partidaria y privilegiar la actividad electoral bajo una mirada de acceder al poder sin mayor trascendencia, de tal manera que la mayoría de quienes participan en las elecciones representativas lo hacen incentivados por la obtención de un puesto o a manera de lotería ocupacional, por lo tanto, los ejercicios de democracia participativa no son suficientemente atractivos para quienes buscan en la política una forma de vida, de ahí el bajo nivel de participación en la promoción organizativa de la consulta popular.

En ese orden de ideas, la promoción de la consulta por parte de los cuadros dirigentes de Morena, en todos los niveles pecó de tibia y desangelada y ni que decir de quienes ocupan cargos de elección o fueron electos, su participación fue mediática ayuna de trabajo de campo organizativo, quizá porque sobrestimaron su capacidad de convocatoria que, por lo visto, no es mucha, en otras palabras faltó trabajo de base, incentivar y motivar la participación de la gente y tomar en serio este momento político, dejando la confianza para otra cosa.

Sin duda lo más preocupante es que se dejó sin una primera línea de defensa la campaña que viene el año que entra cuando esté en juego la revocación de mandato de presidente Andrés Manuel López Obrador, pues en lugar de dejar claro desde ahora con una consulta exitosa que las intentonas regresivas no tienen la menor posibilidad de prosperar, se ha dejado despejado y al descubierto el campo de acción a las fuerzas conservadoras, los medios y los grupos de interés, quienes capitalizarán los resultados, con campañas de largo alcance.

La responsabilidad en el resultado no es menor y hay responsables, es necesario y es sano un ejercicio de autocrítica pues, de lo contrario, la soberbia cobra.

Guaymas, Sonora,  a 2 de agosto de 2021.

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