La brecha del pensamiento: El fin de la lectura y el control de las masas

Por Alejandro Palma

31 diciembre, HERMOSILLO, SONORA

En las cafeterías del bulevar Kino o en las bancas de la Plaza Zaragoza, la imagen es la misma: cabezas inclinadas y rostros iluminados por el brillo azul de los teléfonos. Sin embargo, detrás de este hábito aparentemente inofensivo, se gesta lo que sociólogos y neurocientíficos llaman "desigualdad cognitiva".

Informes recientes, que han resonado desde el New York Times hasta los círculos académicos de nuestra región, revelan una estadística alarmante: casi la mitad de los adultos no leyó un solo libro el último año. Pero el dato más crudo no es la falta de lectura, sino quiénes sí lo están haciendo y por qué.

El lujo de estar "desconectado"

Resulta una ironía que los mismos ingenieros de Silicon Valley que diseñan las aplicaciones que consumimos en Sonora, prohíben esas mismas herramientas para sus hijos. Mientras que en muchas escuelas de nuestra ciudad la digitalización se vende como el único camino al "progreso", en las esferas de alto poder el verdadero lujo es hoy el entorno analógico.

En escuelas de élite mundial los libros de texto físicos, el arte manual y la concentración prolongada han desplazado a las tablets. La razón es sencilla: buscan formar líderes con capacidad de enfoque, no consumidores de contenido fragmentado.

Hermosillo: Entre el calor y la dopamina

En una ciudad donde las altas temperaturas nos obligan a pasar gran parte del día bajo techo, el consumo de redes sociales se ha disparado como una forma de escape. No es casualidad que sintamos una urgencia por revisar el celular cada pocos minutos; es ingeniería social pura.

Las plataformas están diseñadas para explotar el circuito de recompensa del cerebro, liberando dopamina con cada video corto. Esto ha provocado una atrofia en la capacidad de lectura profunda. Hoy, para muchos ciudadanos, terminar un solo capítulo de un libro parece una tarea titánica comparada con deslizar el dedo por la pantalla durante horas.

"Ya no es una brecha de dinero, es una brecha de atención. El que puede concentrarse tiene el poder; el que no, es solo un dato más para el algoritmo", comentan expertos sobre el impacto educativo actual.

Una sociedad de dos velocidades

La investigación advierte sobre la creación de dos clases sociales que no se dividen necesariamente por su cuenta bancaria, sino por su estructura mental:

  1. La Élite Cognitiva: Quienes preservan el hábito de la lectura, poseen pensamiento crítico y controlan su tiempo tecnológico.
  2. La Masa Dopada: Ciudadanos con atención fragmentada, alta susceptibilidad a la manipulación y dependencia emocional de los algoritmos.

Para una sociedad como la sonorense, el reto es recuperar el silencio y la profundidad. La desigualdad cognitiva sugiere que, en el futuro cercano, la verdadera libertad no será tener acceso a internet, sino tener la voluntad suficiente para apagar el teléfono y volver a abrir un libro.