Descubre cómo la antropología nos ayuda a entender el impacto humano en el planeta en tiempos del Antropoceno. ¿Quién es el «Homo Colossus» y cómo podemos evolucionar hacia un «Homo Continens»? En este artículo exploraremos la importancia de la antropología en la comprensión de la emergencia climática y su relación con esta era llamada Antropoceno.
La emergencia climática es una de las mayores amenazas a la que se enfrenta la humanidad. Muchos expertos consideran que es el resultado directo de las actividades humanas, que han provocado un aumento de 1,1 °C en las temperaturas hasta la fecha. Sin embargo, la pregunta que todos nos hacemos es: ¿cómo se convirtió la especie humana en un agente geológico y biológico capaz de competir con las grandes fuerzas de la naturaleza, hasta el punto de alterar sus equilibrios fundamentales?
La declaración final de la COP26, celebrada hace un año en Glasgow, advierte sobre la emergencia climática y su relación con las actividades humanas que han causado un aumento de 1,1°C en las temperaturas. Se ha superado los presupuestos de carbono destinados a cumplir el objetivo de temperatura del Pacto de París. Para entender cómo se ha llegado a esta situación, es útil abordar la cuestión desde un enfoque antropológico que se centra en la historia a largo plazo y en cómo la especie humana se ha convertido en un agente que altera los equilibrios de la naturaleza.
La bibliografía sobre el Antropoceno plantea la pregunta de quién es el Anthropos detrás de esta era. Aunque el concepto aún no ha sido validado por organismos geológicos internacionales, se han desarrollado nociones alternativas como el «Angloceno», «Capitaloceno», etc. para especificarlo. Este artículo busca aportar elementos para una antropología del Antropoceno y entender los retos actuales de la emergencia climática.
La evolución del ser humano desde Homo faber hasta Homo consumens
La evolución de la humanidad no solo se refiere a nuestro desarrollo físico y cognitivo, sino también a nuestro impacto en el medio ambiente y la forma en que consumimos los recursos del planeta. La transición del Homo faber, el hombre fabricante, al Homo consumens, el hombre consumidor, ha tenido un efecto masivo en nuestro mundo.
En «La ideología alemana», escrita junto a Engels, Marx sostiene que lo que distingue al ser humano de los animales es su capacidad de producir sus medios de subsistencia, transformando la naturaleza para satisfacer sus necesidades vitales. Esto lo convierte en un «Homo faber».
Sin embargo, la historia muestra que el modo de producción humano ha cambiado a lo largo del tiempo debido al crecimiento demográfico y la creación de nuevas necesidades. El modo de producción capitalista, en el que prevalece la carrera por la productividad, transformó al Homo faber en un «animal laborans» y dio lugar al desarrollo del maquinismo y la extracción masiva de combustibles fósiles, los principales causantes del calentamiento global, dando lugar al concepto «Capitaloceno».
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En el siglo XX, la crítica hacia el capitalismo incluyó también al consumo, que había sido menos analizado por Marx. Erich Fromm, de la Escuela de Fráncfort, acuñó en los años 60 el término «Homo consumens», que describe a un individuo cuya principal motivación es consumir más y más para compensar su insatisfacción emocional. El consumo es una parte integral del modelo capitalista, ya que rige lo que sucede después de que las mercancías salgan de la fábrica. Sin la frenética necesidad de consumir que caracteriza a las sociedades occidentales, la máquina capitalista y su enfoque en la producción se detendrían rápidamente.
Esta transformación ha llevado a un cambio en la forma en que interactuamos con el mundo natural, y ha tenido un impacto significativo en los ecosistemas y en la biodiversidad. El ser humano ha dejado de ser un mero fabricante de herramientas y se ha convertido en un consumidor insaciable, cambiando el equilibrio de la naturaleza y poniendo en peligro su propia supervivencia.
El impacto del Homo Colossus en la naturaleza
El concepto de la «sociedad de consumo» ha sido un tema recurrente en la segunda mitad del siglo XX y se ha vinculado con la degradación de la naturaleza y la formación de un séptimo continente de plásticos en el Pacífico. La tesis antropológica del Homo colossus fue propuesta por el sociólogo medioambiental William R. Catton en 1980 en su libro «Overshoot». Catton argumenta que desde el descubrimiento de los combustibles fósiles en el siglo XIX, el ser humano ha producido y consumido una cantidad de energía totalmente desproporcionada con respecto a su tamaño y necesidades.
Según Catton, la humanidad se ha convertido en un «detritívoro» debido a que se alimenta de residuos naturales como el carbón, gas y petróleo. La tecnología ha permitido a los seres humanos transformar su hábitat y prosperar a un ritmo mucho mayor que la evolución biológica, convirtiéndolos en un Homo colossus.
El Homo colossus es el resultado de la combinación de la tecnología y la capacidad humana para manipular el entorno natural a su antojo, sin tener en cuenta las consecuencias a largo plazo. Desde la deforestación, la contaminación, la pérdida de biodiversidad y la acidificación de los océanos, hasta la alteración del clima, la humanidad está ejerciendo un impacto negativo en la naturaleza.
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Desde 1800, ha habido un cambio en el modelo de vida humana, pasando de un modelo agrario a uno industrial basado en el uso intensivo de combustibles fósiles. Esto ha llevado a la creación del «Homo Colossus», un ser humano desproporcionado que necesita grandes cantidades de energía. Este concepto se relaciona con la figura de la «hibris», y refleja la idea de que la tecnología, que fue creada para mejorar la vida humana, ha terminado por causar su «rebasamiento».
El Homo Colossus encarna el aumento de la velocidad de producción y transporte en Occidente gracias a un suministro de energía cada vez mayor. Sin embargo, hay una distinción geográfica y histórica importante que se debe tener en cuenta. Mientras muchos países en desarrollo han quedado en una fase «precolosal», sufren las consecuencias del impacto del Homo Colossus en la naturaleza.
Este concepto subraya la importancia del problema energético en la relación humana-naturaleza y ha sido denunciado por periodistas y historiadores. A lo largo de la historia, la cantidad de energía consumida por los seres humanos ha ido aumentando, con un salto cualitativo en el consumo de energía durante la era del carbón y del petróleo. En un siglo, desde 1920 hasta la actualidad, la especie humana ha consumido más energía que en toda la historia humana.
Es importante destacar que este fenómeno no es exclusivo de algunos países o regiones, sino que es un problema global que requiere una solución colectiva. Como menciona en una entrevista el científico social y ambientalista Jared Diamond, «Los grandes problemas que encara la humanidad son problemas que nos causamos a nosotros mismos, y de igual modo podríamos dejar de causárnoslos. Las soluciones dependen de nuestras decisiones«.
El fin del Homo colossus y el ideal del Homo continens
El Homo continens se refiere a una figura del ser humano que es moderada y sobria en su consumo de recursos y energía, y que reconoce la importancia de mantener un equilibrio entre su bienestar y el cuidado del medio ambiente. En contraposición, el Homo consumens y el Homo colossus representan modelos de consumo desmedido e insostenible, que han llevado a la actual crisis ambiental.
La aparición del «Homo colossus» durante la Revolución Industrial es una criatura hipertrofiada del capitalismo, pero puede se puede modificar o sustituir. Por ello, la antropología de la humanidad como destructora de la naturaleza adquiere una dimensión normativa, conduciendo a una ética de la sobriedad y la modestia ecológica.
La idea es reconocer el fin de la «era de la exuberancia y la abundancia» y vivir sin aumentar la capacidad de carga del entorno, consumiendo recursos a un ritmo sostenible. Se propone un «Homo continens», un ser humano moderado y sobrio que frena su consumo y evita los impulsos compra y el reconocimiento social. Este concepto prescriptivo busca romper con el imaginario consumista y productivista de las sociedades modernas y es un nuevo ideal a alcanzar.
Es importante destacar que esta postura no es un ideal utópico o inalcanzable, sino una realidad tangible y alcanzable para cada uno de nosotros. Adoptar un estilo de vida y comportamiento Homo continens no significa tener que renunciar a una vida plena y satisfactoria. Al contrario, significa tener una perspectiva más equilibrada y consciente sobre nuestro impacto en el mundo que nos rodea, y buscar maneras de reducir nuestra huella de carbono y preservar los recursos naturales para las futuras generaciones.
La lucha contra el consumismo: ¿Otra ironía de la historia?
En la actualidad, vivimos en una época de incertidumbre y cambios constantes. La tecnología avanza a un ritmo acelerado, las sociedades se vuelven cada vez más interconectadas y el impacto humano en el medio ambiente se hace cada vez más evidente. En este contexto, es natural preguntarse si estamos presenciando una nueva ironía de la historia.
En el caso del Antropoceno, estamos presenciando cómo las acciones humanas destinadas a mejorar nuestras vidas han tenido consecuencias negativas para el medio ambiente y la biodiversidad. De alguna manera, podríamos decir que estamos viviendo una ironía de la historia en tiempos modernos.
Sin embargo, la historia también nos ha enseñado que es posible cambiar el curso de los acontecimientos. La aparición del Homo continens representa una oportunidad para romper con los patrones consumistas y productivistas que han llevado al Antropoceno. El Homo continens representa un modelo de ser humano que prioriza la sobriedad y la moderación en lugar del consumo excesivo y la hipertrofia. Este nuevo ideal podría ser una herramienta valiosa para prevenir una nueva ironía de la historia.
Es importante recordar que las acciones individuales pueden tener un impacto significativo en el mundo. Al adoptar un estilo de vida más sobrio y responsable, podemos ayudar a prevenir una nueva ironía de la historia. Además, al elegir productos y tecnologías sostenibles, podemos apoyar una economía verde que promueva un desarrollo más equilibrado y sostenible.
«¿Quieres saber más sobre la aproximación antropológica al Antropoceno? Echa un vistazo al artículo «Pour une anthropologie de l’Anthropocène» publicado en Le Grand Continent. Ahí encontrarás un análisis profundo y detallado de esta perspectiva, que concibe al ser humano como una especie dotada de disposiciones históricas, económicas y sociales. ¡No te pierdas la oportunidad de profundizar en este tema tan relevante y actual!
Tomado de http://Notaantrpologica.com/





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