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A pesar de la aparente calma del Porfiriato, durante este periodo de la historia de México hubo muchos disconformes. No solo había disidentes políticos que se movían en la clandestinidad. También había artistas y escritores cuyo estilo de vida estaba siempre en los límites de lo convencional. Julio Ruelas, un prodigioso ilustrador, grabador y pintor, fue uno de ellos. Él y sus amigos de la Revista Moderna, cambiaron para siempre las artes en nuestro país.
Orígenes y primera educación
Julio Ruelas Suárez nació en la ciudad de Zacatecas, el 21 de junio de 1870. Su padre, Miguel Ruelas, fue diputado en múltiples ocasiones, director de la Escuela Nacional de Jurisprudencia y ministro de Relaciones Exteriores del gobierno de Porfirio Díaz. Precisamente, gracias a las labores paternales, Julio y su familia tuvieron que trasladarse a la Ciudad de México en el año de 1875.
Tanto la madre de Ruelas, Carmen Suárez, como su papá, aprobaban el acercamiento de todos sus hijos a las artes. De hecho, siempre alentaron la precoz vocación artística de Julio. El futuro ilustrador primero curso estudios en el Instituto Científico de Tacubaya y después en el Colegio Militar. En ambas instituciones estuvo con un querido amigo: el poeta José Juan Tablada.
Julio Ruelas, la Escuela Nacional de Bellas Artes y su viaje a Alemania
Sin embargo, tanto Julio Ruelas como José Juan Tablada abandonaron el colegio castrense. Para el año de 1880, su padre falleció. Sin embargo, el político logró dejar una sustanciosa pensión para su viuda. Hacia 1886, cuando Julio tenía 16 años, ingresó a la Escuela Nacional de Bellas Artes. En aquel entonces la institución se alojaba en el famoso edificio de la Academia de San Carlos, el cual no estaba muy lejos del hogar de los Ruelas, ubicado en la calle del Indio Triste del Centro Histórico.
Poco después, en 1892, completó sus estudios artísticos en la Academia de Arte de Karlsruhe, Alemania. Esto fue un momento significativo para la vida de Julio Ruelas, ya que él era un ferviente admirador del arte alemán. Fue en aquella época que Ruelas se fascinó por la obra del pintor simbolista suizo Arnold Böcklin. Todo el ambiente gótico y bohemio de Karlsruhe, así como el potente imaginario decadentista y tétrico de Böcklin, influenciaron de forma definitiva a Julio.
Regreso a México e ingreso a la Revista Moderna
En el año de 1895 regresó a México, más que nada por falta de dinero. En 1896 realizó algunas ilustraciones para la Revista Azul. Dos años después, en 1898, el artista ingresó como ilustrador al equipo de la Revista Moderna. En la famosa publicación escribían varios queridos amigos, entre ellos José Juan Tablada. Allí el oriundo de Zacatecas vería la cúspide de su trabajo artístico.
Julio Ruelas desplegó toda su imaginación en las ilustraciones de la Revista Moderna. Los temas que solía plasmar en sus trabajos eran visiones fantásticas de la realidad, cargadas de crudeza. A pesar de su preparación, se mostró contrario a la academia y totalmente entregado a la pasión bohemia. La muerte, el erotismo, fueron temas centrales en cada imagen que trazó Ruelas. Era evidente la influencia de las corrientes metafísicas de la época así como el hedonismo intelectual propio de los modernistas. Todo esto resulta más claro cuando notamos como la eterna melancolía, la angustia de la vida, la locura, entretejen el eje trágico de las ilustraciones de Julio.
La mujer-serpiente, esqueletos, centauros, faunos, arácnidos y Pierrot, fueron tan solo algunos de los personajes recurrentes de los trabajos de Julio Ruelas. Es también notorio como los cabellos de las féminas que dibujaba Ruelas eran una suerte de fetiche gráfico y temático: constituían un signo de belleza, horror y muerte.
Estancia en París y muerte. El legado de Julio Ruelas
Bohemio empedernido, Julio Ruelas junto a sus amigos modernistas llevó una vida poco convencional en las calles de la Ciudad de México. Era disolutos incorregibles. Fue amante de diversas mujeres, pero nunca tuvo una relación estable. A pesar de esto, su excelso trabajo destacó muchísimo en la época, llegando a recibir elogios incluso de Justo Sierra.
Gracias precisamente al ministro de educación de Porfirio Díaz, entre 1905 y 1906, pudo ir a vivir y trabajar en París, ya que se le otorgó una pensión para ello. Sin embargo, el extravagante tren de vida que llevaba consumió por completo su existencia. El 16 de septiembre de 1907 falleció de tuberculosis en la capital francesa. Fue enterrado en el famoso cementerio de Montparnasse, próximo a la barda del sitio, tal como pidió el artista en su lecho mortal. El motivo de ello era que desde la tumba, quería seguir escuchando los tacones de las mujeres.
El legado de la obra de Julio Ruelas ha sido más que importante. No solo ilustraba una revista, sino ilustraba el espíritu artístico de la generación modernista. Podría decirse que mientras José Guadalupe Posada retrató la vida cotidiana de los sectores populares el país en aquella época, Ruelas encarnó con sus trabajos el desdén de un grupo de poetas y escritores que estaban pocos conformes con la realidad.
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Tomado de https://www.mexicodesconocido.com.mx/
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