“Hoy se habla en congresos, entrevistas y en todas las posibles ocasiones que les tocan a los escritores y poetas. Sus planteamientos son absolutamente falsos. Cada uno tiene la obligación de preguntarse hasta qué punto puede justificar su trabajo, y en primer lugar, si puede justificarlo ante sí mismo. Y eso para mí se limita a dos o tres exigencias y es lo que alguna vez se llamó honradez intelectual. Y no hay que cargarse con pseudoproblemas que uno hace suyos superficialmente. A los problemas verdaderos se los asume de un modo completamente diferente. No se pueden discutir en reportajes, conferencias o congresos. Y cuando existe un problema verdadero, entonces es indiscutible en el mejor sentido. Y la única respuesta para él es el trabajo, la obra o el logro de esa obra.”
– Ingeborg Bachmann
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