México está lleno de una gran diversidad de paisajes de todos los tonos y relieves, sin embargo, uno que es característico de nuestro país es el que está ornamentado por nopales. Tal es la importancia de esta planta, que incluso aparece en nuestro Escudo Nacional. No obstante, hay un bello elemento de este cactus que suele pasar desapercibido: la flor de nopal.
Amarillas, rosas, anaranjadas, verdosas o rojas, estas maravillosas flores nacen en la parte superior de las areolas de los nopales. Su forma es única, pues aparecen reminiscencias de ser la flor de una planta espinosa. Pueden llegar a medir hasta 10 cm y no tienen olor.
Su nombre científico es Opuntia ficus-indica, aunque no hace referencia sólo a la flor del nopal, sino a la totalidad de la planta, perteneciente a la familia Cactaceae.
Con su característica forma de corona formada por una gran cantidad sépalos y pétalos, la flor del nopal florece una vez al año para posteriormente transformarse en tuna, como se le conoce al fruto que alcanza la madurez en la temporada de lluvias.
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La flor de nopal es comestible
En México existen cerca de cien especies de nopal, la mayoría de las cuales crece en regiones áridas o semiáridas y con temperaturas elevadas. Debido a ello, también aparece una gran diversidad de flores con variaciones en forma y color, cada una de las cuales posee su particular forma de belleza.
Las características de la flor también influirá en aspectos como el color y el sabor de la tuna. Sin embargo, no es necesario esperar a que se transforme en baya para poder comerla, ya que la flor de nopal también es comestible.
Existen muchas formas de preparar la flor, desde sopas sencillas con ajo y cebolla, hasta platillos más elaborados como mole. También puede comerse asadas o infusiones para extraer sus propiedades medicinales que benefician padecimientos como el cáncer de próstata.
Tomado de https://www.mexicodesconocido.com.mx/
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