PulpMaker es una impresora 3D totalmente mecánica, que no requiere energía eléctrica. Su propósito es ayudar a niños en zonas de desastre a recuperar su educación y creatividad. Funciona transformando papel de desecho en objetos tangibles, fomentando el reciclaje y la autosuficiencia.
- 3D printer mecánica.
- Sin electricidad.
- Usa papel reciclado.
- Diseñada para niños en crisis.
- Creatividad + aprendizaje STEM.
- Inspirada en terremoto en Turquía.
- Totalmente sostenible.
PulpMaker – Impresora 3D de Pulpa Mecánica
PulpMaker es una impresora 3D totalmente manual que convierte papel usado en objetos tridimensionales para el aprendizaje y la expresión creativa, sin depender de energía eléctrica. Su diseño está pensado para contextos donde los recursos son escasos, como zonas afectadas por desastres naturales o crisis humanitarias.
Más que una herramienta educativa, es una propuesta transformadora: reutiliza residuos, enseña principios de ciencia y tecnología, y permite a los niños recuperar el juego y la imaginación en medio de la adversidad. Además, fomenta una relación directa con los materiales, la mecánica y el entorno, despertando curiosidad y sentido de la autosuficiencia.
La chispa detrás de PulpMaker fue el terremoto de Turquía en febrero de 2023, una tragedia que dejó a millones de personas sin hogar y obligó a miles de niños a crecer entre carpas, escombros y escasez. Durante una fase de investigación en terreno, surgió una constante en los testimonios de voluntarios y trabajadores humanitarios: los niños no solo necesitaban comida o refugio, sino también estímulos creativos y espacios para aprender.
En esos campamentos temporales, el cartón y el papel eran residuos abundantes, mientras que la electricidad era un lujo. Con esos datos en mano y bajo el enfoque de Diseño para el Impacto Social, nació la idea de crear una herramienta simple, mecánica y educativa que aprovechara lo que sí había para compensar lo que faltaba.
Cómo funciona
El funcionamiento de PulpMaker es directo, intuitivo y completamente mecánico. Primero, se prepara una pulpa mezclando papel triturado, agua y un aglutinante natural como almidón o cola de arroz. Esta mezcla se vierte en una tolva, donde una rosca sin fin movida con una manivela empuja la masa hacia una boquilla.
Según el modo de uso, se pueden crear formas simples en el Modo Giratorio, ideal para cilindros y estructuras simétricas, o piezas más complejas guiando el cabezal manualmente en el Modo Libre. No hay motores, ni sensores, ni software: todo se mueve con engranajes, correas y poleas, lo que convierte el proceso en una experiencia didáctica en sí misma.
Una vez impresa la figura, se deja secar al aire hasta que adquiere rigidez. El resultado es un objeto funcional, sólido y completamente biodegradable.
Anatomía de PulpMaker
En el centro del sistema se encuentra el tornillo transportador (screw conveyor), un componente clave que garantiza el flujo constante y homogéneo de la pulpa de papel. La tolva (material hopper) es el depósito donde se carga esta mezcla, elaborada a partir de papel reciclado, agua y un aglutinante natural.
El usuario acciona la máquina mediante una manivela lateral (crank handle), que activa la extrusión del material a través del cabezal de impresión (print head), depositándolo capa por capa sobre la superficie de impresión (print bed). Esta base puede girar o mantenerse fija, según se seleccione uno de los dos modos de operación:
- Modo giratorio (Revolve Mode): ideal para formas cilíndricas, en el que la cama gira mientras el usuario da forma con pasadores.
- Modo libre (Free Mode): permite mayor libertad de diseño al mover manualmente los ejes X e Y con la manivela izquierda (left handle).
El esquema también muestra detalles como el interruptor de parada, los pasadores (pins) que se usan para dar forma al alambre guía y el sistema de engranajes y correas que transmite el movimiento sin necesidad de electricidad.
En la parte inferior de la imagen podemos ver los siete pasos de uso: desde la preparación de la pulpa, la carga en la tolva, la formación del alambre guía, la operación del sistema, la adición de material adicional si es necesario, el secado del objeto y, finalmente, la limpieza del dispositivo.
Este diseño no solo explica el funcionamiento técnico de la impresora, sino que convierte cada paso en una experiencia educativa tangible: desde principios básicos de física hasta nociones prácticas de fabricación y reutilización. Una verdadera clase de ingeniería mecánica… sin cables.
Proceso de diseño
El desarrollo de PulpMaker fue un camino de ensayo y error, con cada etapa alimentada por el contacto con la realidad de los campamentos y los usuarios potenciales. La primera versión se inspiró en impresoras 3D de cerámica, pero se encontró con obstáculos técnicos importantes: los pistones expulsaban el agua, bloqueando el sistema.
La solución vino tras muchas pruebas: una rosca transportadora personalizada que mueve la pulpa suavemente sin separarla ni resecarla. Para los mecanismos, se descartaron engranajes complejos a favor de sistemas de correa más estables y fáciles de reparar. Todo el diseño se centró en la facilidad de uso, seguridad para niños y visibilidad del proceso: el cuerpo transparente permite ver cómo fluye la materia, generando un efecto de “magia visible” que atrapa la atención.
El prototipo final fue afinado durante un trabajo de tesis de maestría en la University of the Arts London en 2024, con un fuerte componente de fabricación manual y adaptación a diferentes condiciones.
Qué lo hace diferente
A diferencia de las impresoras 3D tradicionales que dependen de electricidad, filamento plástico y software especializado, PulpMaker funciona sin enchufes ni pantallas. Es una herramienta de bajo coste y alto impacto, diseñada para contextos donde otros dispositivos no tienen sentido.
Además, se aleja de los kits educativos prefabricados: no impone formas, invita a imaginar, experimentar y construir desde cero. Su estructura transparente convierte el mecanismo en una lección de física, y su enfoque circular —papel reciclado, sin residuos, sin energía— lo convierte en un ejemplo potente de tecnología regenerativa.
Este enfoque se alinea con iniciativas globales que buscan integrar sostenibilidad y educación práctica, como el movimiento STEAM for Good o los laboratorios móviles en zonas rurales impulsados por UNESCO.
Planes para el futuro
La visión para PulpMaker va más allá del prototipo. El objetivo es distribuir la impresora en contextos reales donde pueda marcar la diferencia: escuelas improvisadas, zonas sin red eléctrica, programas de emergencia infantil.
Para ello, se está trabajando en alianzas con organizaciones humanitarias y educativas, y en ajustes clave como reducir el peso, mejorar la portabilidad y adaptar los materiales a recursos locales. También se planea crear manuales multilingües y talleres de formación, para que cualquier persona pueda aprender a usarla, repararla y replicarla.
Uno de los próximos pasos es probar la impresora en regiones como el Cuerno de África, el sudeste asiático o zonas de América Latina con desafíos similares. El objetivo: no solo entregar una herramienta, sino sembrar autonomía creativa.
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Vía: PulpMaker | James Dyson Award
Más información: PulpMaker
#Sonora #Expresion-Sonora.com Tomado de http://ecoinventos.com/
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