▲ En México es como si alguien defendiera a Victoriano Huerta, señaló ayer la jefa del Ejecutivo.Foto Presidencia
Alonso Urrutia y Alma E.Muñoz
Periódico La Jornada
Miércoles 17 de diciembre de 2025, p. 3
Aun cuando el nuevo mandatario de Chile, José Antonio Kast, fue elegido democráticamente por el pueblo chileno, sí llaman la atención sus reivindicaciones al régimen del general Augusto Pinochet, caracterizado por su represión y autoritarismo, aseveró la jefa del Ejecutivo, Claudia Sheinbaum. “Y esperamos, evidentemente, cuando llegue el nuevo presidente, que se actúe democráticamente, como llegó”.
Por otro lado, ante las denuncias de la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, sobre el riesgo de un golpe de Estado que prevalece en esa nación, Sheinbaum expresó que su gobierno permanece atento a través de las comunicaciones que mantiene la Secretaría de Relaciones Exteriores con el gobierno hondureño.
Durante su conferencia, aseveró que “estamos atentos a lo que está pasando en Honduras (donde Castro no reconoce los resultados electorales). El presidente Donald Trump dijo por quién había que votar, igual que en otros casos lo ha hecho. Nosotros creemos que cada país tiene que tomar sus propias decisiones y que no haya injerencia extranjera”.
–María Corina es una política de derecha que no reconoce las elecciones en su país, Castro es una política de la izquierda y tampoco reconoce las elecciones en su país…
–Es distinto, porque una de ellas está llamando a la intervención extranjera. Nosotros, por convicción y por Constitución, estamos contra el intervencionismo y el injerencismo. Estamos a favor de la autodeterminación de los pueblos, de la democracia, que se elija lo que el pueblo decida.
Sheinbaum destacó que, con independencia del régimen que haya en cada país, si hay un conflicto interno, debe buscarse una solución pacífica –como lo establece la Constitución–, por eso no estamos de acuerdo.
En una nueva referencia al proceso electoral chileno, la presidenta recordó el golpe de Estado contra Salvador Allende que llevó al poder a Pinochet y la secuela represiva que se instauró en esa nación andina.
Fue un régimen “caracterizado por una represión y aniquilamiento brutal a todos aquellos que habían pertenecido al gobierno de Salvador Allende y a todos aquellos que fueron parte de esta movilización popular. Hay escenas muy difíciles de olvidar, terribles, de asesinatos en un estadio, en donde iban colocando los cuerpos de aquellos que habían detenido y los aniquilaban sin juicio, por el solo hecho de pensar distinto, más allá del modelo económico”.
Por eso, no se puede reivindicar a Pinochet, porque es como si en México alguien defendiera a Victoriano Huerta, quien perpetró el asesinato de Francisco I. Madero.
Tomado de https://www.jornada.com.mx/





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