#Entrevista De ovnis a luchadores: el arte de Alberto Ibáñez y su obsesión crítica por los alcances de la pintura

«Mi interés central es hacer una crítica de la pintura a través de mi obra, de la pintura figurativa y su papel en el arte contemporáneo, cuando se ha declarado su crisis», dice el pintor mexicano Alberto Ibáñez (1964). «Cómo podemos...

// Por: Concepción Moreno

Jue 10 junio, 2021

«Mi interés central es hacer una crítica de la pintura a través de mi obra, de la pintura figurativa y su papel en el arte contemporáneo, cuando se ha declarado su crisis», dice el pintor mexicano Alberto Ibáñez (1964).

«Cómo podemos seguir generando imágenes pictóricas cuando se ha declarado su pérdida de vigencia frente la fotografía y el video… viene el arte moderno, la fotografía y el arte figurativo parece volverse obsoleto».

Ibáñez presenta su colección de obras alrededor del fenómeno ovni, reunidas en la exposición La nave de los dioses. «La verdad es que el tema de los ovnis es un pretexto para hacer esa crítica. Es un interés por un tema generacional, cultural, como para muchos de los miembros de mi generación».

Abunda: «No es que yo sea ufólogo o conspiracionista o este muy clavado, mi interés por los ovnis es tangencial, es una fascinación por la idea de que hay algo más, hay algo allá afuera». El tema lo tomó cuando hace unos años se encontró viendo las fotos del suizo Billy Meier, él sí un obseso del tema ovni, que ha tomado placas («ya icónicas», acota Ibáñez) de supuestas naves extraterrestres y quien asegura que ha sido contactado por criaturas de otros planetas.

Pero así como el tema ovni es tangencial, el núcleo de la obra de Ibáñez es la cultura pop para hacer un comentario sobre los temas contemporáneos y un estudio sobre los alcances de la pintura. «Me interesa hacer una crítica de la representación visual a través de la pintura, un análisis de cómo se construye la imagen pictórica, tanto técnicamente como conceptualmente».

Inspiración en la cultura pop

A Ibáñez le interesa particularmente varias de las representaciones de la cultura popular mexicana. Por ejemplo, las imágenes de la película Santo y Blue Demon contra los Monstruos, pieza camp de nuestra filmografía nacional que inspiró una serie de Ibáñez. «He buscado imágenes y temas que me permitan hacer un comentario sobre la cultura de todos los días y hacer una crítica de análisis teórico, formal de las posibilidades de la pintura».

Pero Ibáñez tiene buena bolsa de inspiraciones: de Leonardo a Rembrandt, de los realistas franceses a los impresionistas. Esa mezcla de «alta y baja cultura» dotan la riqueza subtextual de la obra del artista.

La imagen en la obra de Ibáñez conforma una cadena crítica formalista que se construye así: el pintor encuentra una imagen que le interesa, por lo general una fotografía; él la plasma de manera realista en el lienzo, y esta se transforma en una experiencia visual en el imaginario en el que mira. El artista se pregunta: ¿cuál es la imagen real, la plasmada en el lienzo, la de la fotografía, la que mira el espectador a partir de esa pérdida de realidad a través de la representación? «Estamos acostumbrados a creer en las imágenes porque es lo que tiene el ser humano para reproducir el mundo.

«Pero cuando en el arte contemporáneo se declaró la supuesta muerte de la pintura, particularmente de la pintura figurativa, comencé a preguntarme cuáles serían las posibilidades conceptuales (de la pintura)». La pintura como un documento de la realidad, se entiende.

«Esto no es una pipa», como dice en el cuadro de René Magritte. «Esto no es un ovni», podríamos decir de las piezas de Ibáñez.

La nave de los dioses se presenta en la Galería Unión (Allende 96, interior 110, Centro de la Ciudad de México) hasta el sábado el 12 de junio. La visita es previa cita en este enlace: http://tiny.cc/2e8wtz.

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