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Un grupo de manifestantes entró al pleno del Senado y causó la suspensión de la discusión de la reforma al Poder Judicial. Horas después, en la Casona Xicotencatl; rodeados de policías antimotines, la reforma se aprobó cuando las marchas que la rodearon ya habían desaparecido.
Texto: Arturo Contreras Camero
Foto: Especial Senado de la República
CIUDAD DE MÉXICO.- Por todos los medios posibles se intentó detener la aprobación de la reforma al Poder Judicial, que abre a elección por voto popular los cargos de jueces, magistrados y ministros. Al inicio se quiso detener la sesión por presumir el secuestro de un senador, hubo mociones de suspensión y hasta el cambio de sede debido a la entrada de un grupo de manifestantes al pleno.
“Se presentó un intento de golpe, que buscaba generar un vacío en el ejercicio del Poder Legislativo, afectando de esta manera las a las instituciones democráticas del Estado Mexicano, situación que no puede ser tolerada de forma alguna” aseguró Gerardo Fernández Noroña, senador por Morena y presidente de la mesa directiva de esa Cámara.
Alrededor de las 4:20 de la tarde, un tropel de manifestantes traspasó las rejas del edificio del Senado, ocupó su explanada y entró por la fuerza a la sala del pleno, donde se encontraban sesionando 127 senadoras y senadores, argumentando a favor y en contra de la polémica reforma.
“Nos abrieron”, dijo uno de los manifestantes que entraron por la fuerza al pleno. “Empezaron a decir que iban a abrir, que nos pusiéramos listos para entrar”, comentó otro, desde el palco de la sala de sesiones.
Ante la llegada de los manifestantes, la bancada de Morena y sus aliados (PT y PVEM) dejaron el salón. Al interior se quedaron algunos senadores del bloque opositor, del PAN y de Movimiento Ciudadano.
“Estamos buscando el diálogo” dijo otro de los manifestantes, cuyo grupo entró por la fuerza al recinto legislativo. Horas después, cuando se retomó la sesión en una sede alterna, la bancada de oposición retomó ese argumento para defender al grupo de manifestantes.
La sesión se traslada a Xicoténcatl
La sesión se retomó a las 7:00 de la tarde, en la antigua sede del Senado, la Casona de Xicoténcatl, ubicada en el Centro Histórico. Cientos de policías antimotines con cascos y escudos cortaron el acceso a calles como Donceles, Tacuba, Allende y todas las demás que llevan al callejón de Xicoténcatl.
A esa hora, al lugar aún no llegaban varias senadoras y senadores, pero sí por algunos de los manifestantes que irrumpieron en la sede del Senado de avenida de la Reforma.
“Está la orden de que no pasa nadie más que senadores y sus acompañantes”, dijo uno de los policías mientras rechazaba la entrada de periodistas en uno de los cierres. Estos manifestantes permanecieron en la sede hasta las 10:00 de la noche, tras el discurso del senador panista Miguel Ángel Yunes Márquez.
Una traición cantada
Tanto en el pleno del Senado, como en las calles, el senador Miguel Ángel Yunes Márquez fue tildado de traidor. Desde un día antes al inicio de la sesión del Senado, Yunes ya era señalado por ser quien entregaría a la bancada de Morena el voto faltante para lograr la mayoría calificada y aprobar la reforma constitucional (que requieren dos terceras partes de los votos de las cámaras para aprobarse).
Por la mañana, Yunes Márquez anunció que pediría licencia del cargo para ausentarse de la sesión, por lo que en su lugar, entraría su suplente. Nada más y nada menos que Miguel Ángel Yunes Linares, su padre. Por la tarde, Yunes Márquez retomó su cargo en la sesión que se retomó en Xicoténcatl y cerca de las 9:00 de la noche confirmó lo que temía la oposición: votaría a favor de la reforma constitucional.
“Quieren hacerme responsable del destino de México, como si en mis manos estuviera y no está en mis manos. Está en manos de todos”, dijo durante su exposición. “Con base en amenazas y agresiones han querido que me pronuncie a favor de una reforma sin analizarla, sin preguntar. Sólo porque se decidió ir en contra de la mayoría. La mayoría legislativa representa a la mayoría de los mexicanos, nos guste o no. No estoy de acuerdo en doblarme ante la necedad”.
Mientras Yunes hablaba, el grupo de manifestantes que buscaban impedir que se aprobara la reforma empezó a presionar a los policías que les impedían el paso. Empezaron a empujar y a patear la formación de los granaderos, quienes esparcieron un gas irritante entre los manifestantes. A partir de ese momento, los cientos de manifestantes fueron dejando poco a poco el cruce de Eje Central con Tacuba.
Cuando llegó la hora de la votación de la reforma, los carros ya habían vuelto a circular sobre el Eje Central, que había cerrado su circulación y no quedaba ninguno de los cientos de trabajadores del Poder Judicial o de los estudiantes de diversas universidades de Derecho que desde el domingo se plantaron afuera del senado para manifestarse en contra de la reforma.
A la media noche, después de tomar los votos de 127 senadoras y senadores presentes pasando lista por cada uno de ellos, como se hacía en esa antigua sede, la reforma fue aprobada en lo general con 86 votos a favor, 41 en contra y ninguna abstención. Cuatro horas después, todas las reservas presentadas por Morena fueron retiradas y las que realizó la oposición fueron rechazadas, por lo que con la misma votación no se admitió ninguna reserva.
Qué sigue
Al cierre de la sesión, el presidente del Senado pidió que se notificara a los 32 congresos de cada una de las entidades federativas de la República. Para que la reforma siga su aprobación deberá ser aprobada por 17 de esos congresos. Después, será tarea del Congreso de la Unión diseñar los reglamentos y las leyes secundarias que harán posible esta reforma.
Se espera que en esas leyes secundarias se perfeccione el método de votación para que no se vote por miles de nombres desconocidos en boletas interminables, señalaron desde Morena.
Tomado de https://piedepagina.mx/
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