Por Mario Campa
Circulan versiones sobre una elección más cerrada de lo previsto en Sonora… pero entre el segundo y tercer lugar. El debate fue atizado recientemente por la encuesta de El Heraldo de México publicada la semana pasada, misma que situó a Alfonso Durazo en la delantera en intención de voto con 40.9%. El estudio de opinión puso en un lejano segundo lugar a Ernesto Gándara con 26.4%; pero la sorpresa fue el crecimiento de Ricardo Bours y su 10.4%. La equidistancia primero-segundo (15 puntos) y segundo-tercero (16 puntos) destapó una caja de Pandora: La alianza PRI-PAN podría ser relegada al sótano.
Varios elementos confirman una auténtica carrera de tres por la gubernatura. Además de las encuestas, las búsquedas de Google de los siete últimos días previos a la publicación de esta columna ponían a Alfonso Durazo con una ventaja de casi 3-a-1 sobre Gándara y a su vez este aventaja por menos de 2-a-1 a Bours. Las “gugleadas” suelen ser un buen aproximador del interés y la atención que reciben los candidatos y típicamente son buenas predictoras del desenlace electoral. Aquí también el tercer lugar ha ido recortando brecha.
Una tercera señal de debilitamiento en la alianza PRI-PAN son las fugas de cuadros. David Figueroa (PAN) optó por encabezar una candidatura en Movimiento Ciudadano, despreciando a Ernesto Gándara. Es particularmente inquietante el caso de Ernesto de Lucas, dirigente estatal del PRI, que flirtea ahora mismo con la posibilidad de unir esfuerzos con Ricardo Bours. El solo hecho de ofrecimiento al mejor postor revela creciente insatisfacción con los métodos de selección aliancista, un desgaste de imagen y una mermada confianza en la posibilidad de triunfo del candidato a Gobernador.
La cuarta sirena fue la presencia de Claudia Pavlovich en la toma de protesta de Ernesto Gándara. Contra las recomendaciones del Presidente y del INE, la Gobernadora parece dispuesta a respaldar de lleno a su candidato. Si la elección del 2015 sirvió de antecedente, la entonces candidata se enfrascó aquella vez en una guerra sucia con el PAN que devino en la elección más polarizada en la historia reciente de Sonora. El intento de una elección de Estado sugiere un debilitamiento de confianza en las filas priistas.
Finalmente, el quinto foco de nerviosismo es la propia retórica de Ernesto Gándara. En sus discursos de toma de protesta acusó a Alfonso Durazo de presentar una propuesta “academicista”. Y en una entrevista con Proyecto Puente denunció que Ricardo Bours está tentando a Ernesto de Lucas y al resto de su militancia. Un candidato confiado suele centrarse más en su oferta política que en la de los demás. Puede ser otra señal de pánico.
A menos de cuatro meses de la elección, la sorpresa es que el tercer lugar haya recortado desventaja. Más que una campaña estelar de Ricardo Bours (todavía arrastrando su apellido y ex partido), persiste un amplio rechazo al PRI y al PAN. En esta columna se advirtió hace meses que el desconocimiento relativo de Bours y Durazo les daba un mayor margen de crecimiento frente a Gándara, ya de sobra conocido. Y es lo que hemos visto: Su estancamiento a costa de una carrera de tres.
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