Un día de 1986, mientras la entrevistaban en The Wall Street Journal, a la experta en hábitos de consumo Faith Popcorn se le ocurrió una palabra. Fue «de repente». El término era nidificación y capturaba la vuelta al hogar. A las mujeres les apetecía volver a casa, hornear pasteles y llevar una vida doméstica. Las estadísticas no decían que las mujeres estuviesen abandonando en masa el mercado del trabajo para encerrarse en sus hogares, pero Popcorn lanzó la palabra al mundo e hizo fortuna. La nidificación se convirtió en una de las tendencias favoritas de las marcas y los medios de comunicación estadounidenses. Según Popcorn, se trataba solo de una predicción. Pero la esencia de lo que transmitía era lo que importaba: la liberación de la mujer había fracasado. Esta es una de las historias que Susan Faludi cuenta en Backlash. La reacción ultra contra el avance del feminismo.
En su clásico ensayo de principios de los años 90, Faludi analizaba qué había pasado con los derechos de las mujeres en los años 80 en Estados Unidos. Así, se convirtió en un hito al asentar el concepto del backlash («reacción», en su traducción al castellano, aunque la popularidad del libro ha hecho que se use el término en inglés).
Si los años 70 habían sido una época de grandes avances en la igualdad y de una elevada popularidad del movimiento feminista, los años 80 se habían convertido en su reacción. El boom de la llamada nueva derecha y la era Reagan no solo habían eclipsado el éxito del feminismo, sino que incluso habían frenado o invertido los avances logrados en términos de igualdad. Como escribe Faludi, se repetía que las mujeres habían conseguido demasiado. Por ejemplo, en el ámbito académico los catedráticos se quejaban de que ahora mandaban ellas (en realidad, las profesoras universitarias no habían logrado pasar del 10% del cuerpo de profesores).
Pero lo cierto es que las etapas de reacción han sido una constante desde que el feminismo victoriano empezase a luchar por el derecho a voto. Y esa es posiblemente la más perenne de las conclusiones de Faludi.
En los años 80 se repetía que las mujeres habían conseguido «demasiado» con los avances de los años 70
La nidificación era, entonces, un revival del movimiento de vuelta al hogar de los años 50 que a su vez era una vuelta de tuerca al ángel del hogar victoriano. Entre quienes aseguraban en los años 80 que las solteras tenían más posibilidades de morir sepultadas por un meteorito que de encontrar marido después de los 30 años y quienes hablaban de la crisis matrimonial de finales del siglo XIX no había así tantos grados de separación.
Y quizás los actuales cottagecore o las tradwifes de las redes sociales son un nuevo acercamiento al mismo concepto.
Eso es lo que hace que Backlash siga siendo interesante incluso más de 30 años después de llegar al mercado y lo que ha llevado a que su reedición sea una de las novedades de esta rentrée literaria. Desde Península, la editorial que lo ha vuelto a traer a las librerías, confirman que estaban percibiendo un «gran interés» por el libro. «Se citaba continuamente en prensa, estaba muy presente en la conversación, los ejemplares de [la edición de los años 90 de] Anagrama estaban a precios desorbitados en el mercado de segunda mano y teníamos a autoras, colaboradoras y amigas pidiéndonos que los reeditáramos. No hubo mucha duda al respecto», explica Oriol Alcorta, director editorial de Península.
Leer ahora a Faludi implica una suerte de disonancia: la ensayista habla de programas de radio y primeras páginas de periódicos de papel en un mundo actual de redes sociales y clickbait, pero sus ejemplos resuenan como algo que podría haber ocurrido ayer. Como se pregunta en el prólogo de esta nueva edición Mar García Puig, «¿está Faludi de verdad hablando del siglo pasado o tenía una bola de cristal que le permitía mirar a nuestros días?».
«Faludi había escrito un prólogo nuevo en 2016 para una reedición del original en inglés, pero en estos diez años había quedado ya obsoleto por la ola reaccionaria y necesitaba otro más actualizado», explica Alcorta.
Las crisis económicas y los de cambio de ciclo convierten a la igualdad de género y al feminismo en un chivo expiatorio
¿Estamos entonces en una fase de reacción? Faludi explica en su ensayo que la reacción llega cuando parece que las mujeres van a conquistar ciertos derechos (no necesariamente cuando los han conquistado) y en períodos complicados. Por ejemplo, ella fecha en los años 30 en Estados Unidos un período de reacción, justo después del crack del 29. Las crisis económicas, los períodos de destrucción de puestos de trabajo o los de cambio de ciclo convierten así a la igualdad de género y al feminismo en un chivo expiatorio.
Hacer análisis siempre requiere cierto margen de separación en el tiempo para ver las cosas con perspectiva, pero los titulares del presente y, sobre todo, los contenidos que circulan por las redes sociales están llenos de reminiscencias de aquello que Faludi encontraba en los años 80. Incluso, en zonas como Estados Unidos, el retroceso de derechos de las mujeres se ha integrado ya en la política o la justicia.
«Ojalá me hubiera equivocado con aquel libro», dice ahora Faludi en El País. Estados Unidos se ha convertido, asegura, «en El señor de las moscas», un momento lleno de miedo en el que «se ha estancado la idea de progreso». «En los 80 las fuerzas reaccionarias actuaban como si vinieran al rescate de las mujeres. Nos decían: “Oh, todos tus problemas se deben al feminismo”», explica a El Periódico. Ahora, advierte, nadie quiere rescatar a las mujeres. «Vienen a castigarnos», asegura.
Tomado de Ethic.es





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