El infortunio de una madre

El infortunio de una madre

“Robert Kolker, autor del libro Chicas perdidas: un misterio estadounidense sin resolver, escribió: ‘La vida de Mari, transformada por la muerte de una hija suya, fue terminada por otra de sus hijas. No era una persona perfecta y se confrontaba. En...Tomado de https://morfemacero.com/

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Jorge Pech Casanova 

Mari Gilbert tuvo cuatro hijas: la mayor, Shannan, desapareció en 2010 y cuando su cuerpo fue hallado por la policía un año más tarde, se le dictaminó muerte accidental. Mari estaba convencida de que la muchacha fue asesinada. Durante seis años libró una batalla pública para que las autoridades encontrasen al criminal. 

Los reclamos de Mari Gilbert nunca lograron que el fallecimiento de su hija fuese reconocido como un crimen. Sin embargo, la insistencia de la madre de cuatro hijas condujo a descubrir una serie de asesinatos de mujeres que terminaron en 2023, cuando el consultor arquitectónico Rex Heuermann fue arrestado por los asesinatos de cuatro mujeres: Megan Waterman, Melissa Barthelemy, Amber Lynn Costello y Maureen Brainard-Barnes. 

Juzgado y declarado culpable, Heuermann fue procesado de nuevo por los asesinatos de Jessica Taylor y Sandra Costilla. También lo declararon culpable. En 2024, el individuo fue acusado de asesinar a una séptima muchacha, Valerie Mack. 

Mari Gilbert no pudo ver el arresto de Heuermann y el fin de sus crímenes. En 2016 su hija menor, Sarra, quien quedó muy afectada por la muerte de su hermana mayor Shannan, en un brote sicótico apuñaló a su madre y le causó la muerte golpeándola con un extintor. 

Mari había demandado a su hija para quedarse con la custodia de su nieto. Sin embargo, cuando la joven le llamó para decirle que estaba oyendo voces, la señora Gilbert no dudó en acudir a visitarla. Fue directo a su muerte. Sarra había planeado matarla desde que su madre la hizo arrestar meses antes por ahogar a la mascota de su hijo. 

La joven fue dictaminada como esquizofrénica y pasará en la cárcel de 25 años a toda su vida. El triste destino de las mujeres Gilbert, sin embargo, hizo que la serie de asesinatos cometidos por Heuermann fuese investigada de nuevo, y años después la policía al fin detuvo al feminicida. 

El caso puso en evidencia a la policía del condado de Suffolk porque durante más de treinta años evitó investigar las muertes de las siete víctimas de Heuermann, debido a que las siete mujeres eran jóvenes dedicadas al trabajo sexual. La muerte de Shannan Gilbert fue desestimada porque la joven se había salido de su casa para dedicarse asimismo al trabajo sexual. 

Mari Gilbert se convirtió en una activista pública para denunciar el pobre desempeño de la policía en la serie de asesinatos de mujeres cometidos en la playa Gilgo, cercana a Long Island, donde Heuermann vivía y asechaba a sus víctimas. Cuando Gilbert logró reactivar las investigaciones, el caso fue conocido como “Las Cuatro de Gilgo”, y los deudos tuvieron que esperar más de diez años a que el criminal fuese atrapado. 

Shannan Gilbert fue vista por última vez con vida cuando salió huyendo de la casa de un cliente al que la había llevado un taxista. Aunque el servicio de emergencias 911 recibió una llamada de auxilio de la muchacha, quien gritó que estaban tratando de matarla, los oficiales decidieron que padecía algún tipo de delirio y no intentaron buscarla. Su cuerpo fue hallado en la playa Oak un año después. A causa del tiempo transcurrido, sus restos poco pudieron revelar sobre la causa de su muerte. 

En 2015, mientras Mari Gilbert seguía denunciando la inactividad de la policía del condado de Suffolk con respecto al caso de su hija, el jefe policiaco James Burke fue acusado por la golpiza que le propinó a un presunto ladrón que se llevó de su auto una bolsa con materiales pornográficos. Culpable de violar los derechos humanos del detenido y de obstruir la investigación que le sobrevino, Burke fue condenado a 46 meses de cárcel. 

Al día siguiente de que el ex policía fue puesto en prisión, el FBI anunció que se unía a la investigación de los asesinatos de mujeres en la playa Gilgo. Al año siguiente, Mari Gilbert encontró la muerte en manos de su hija menor, y les tocó el turno a sus hijas Sherre y Stevie de reclamar que el caso de su hermana Shannan no quedase en el olvido. La justicia todavía se tardó otros seis años en alcanzar a Heuermann. 

Robert Kolker, autor del libro Chicas perdidas: un misterio estadounidense sin resolver, escribió en 2013: “La vida de Mari, transformada por la muerte de una hija suya, fue terminada por otra de sus hijas. No era una persona perfecta y se confrontaba. Pero en sus años finales se convirtió en la cuidadora de otra hija suya, enferma. En sus años finales creció como persona y halló un modo de vivir pese a tan terrible pérdida. Mari entendió que una manera de hallar al menos un poco de sentido a su pérdida fue que la desaparición de su hija condujo al descubrimiento de aquellas cuatro víctimas, y que de no ser por Shannan nadie haría caso ni buscaría al asesino”.

Tomado de https://morfemacero.com/