La Sedena, a cargo de Luis Cresencio Sandoval González, presume constantemente el aseguramiento de armas, cartuchos y equipo táctico de los narcotraficantes en todo el país, pero al interior de la institución tienen un problema de robo de material de guerra que están tratando de corregir desde hace un par de años.
Se han incrementado las acciones en donde se infringe la disciplina militar en los últimos años, destacando la detención de militares en posesión ilícita de armamento, cartuchos y granadas de diferentes tipos. “Extracción ilícita y robo de material de guerra de uso exclusivo de este instituto armado”, dice en una directiva para incrementar las medidas de seguridad en los Almacenes y Depósitos de Materiales de Guerra la Secretaría de la Defensa Nacional.
En su edición del 2021, el documento dice que la directiva es de observancia y aplicación obligatoria para quien se desempeñe como comandante, directora o director, jefa o jefe del organismo correspondiente y órganos de ejecución del servicio de materiales de guerra, depósitos regionales, depósitos de zona militar y en las instalaciones del Ejército y Fuerza Aérea que cuenten con armas.
“Se ha detectado que los empaques al alto vacío con sellos y fleje de fábrica, que deberían tener cartuchos o granadas, al momento de abrirse por primera vez se encuentra en su interior materiales como arena, ladrillos o envases de yogur rellenos de cemento que simulan el peso del material de guerra, lo que denota una nula aplicación de las medidas de seguridad física y de control administrativo por los mandos en todos los niveles y el personal del servicio de materiales de guerra”, dice el documento.
La Dirección General de Materiales de Guerra ha detectado en los depósitos donde se resguarda el armamento que no cuentan con bitácoras de registro de entrada y salida de armas. No tienen registro del personal que ingresa, o no están actualizadas las listas. No cuentan con documentos que hablen del movimiento de las armas. No se encuentran actualizados los inventarios generales de armamento y municiones. No cuentan con la documentación que justifica su consumo. El personal de la guardia en prevención que funge como vigilante del depósito no realiza la inspección física del personal que entra o sale de las instalaciones.
Resalta que algunos militares tienen que darle seguimiento hasta en redes sociales a los soldados. Deben llevar a cabo el monitoreo permanente de internet, redes sociales y plataformas como Facebook, TikTok, Telegram y WhatsApp, a efecto de detectar indicios que evidencien conductas ilícitas por parte del personal, así como actividades de compra y venta de material de guerra.
“Los empaques únicos, cajas y cofres que contienen municiones (cartuchos y granadas) deberán contar por lo menos con cuatro flejes, cinchos de plástico en las esquinas y precientos con firmas de quien funja como depositario y comandante de la unidad y sello en original”, ordena el documento. “La alarma sonora se encuentre sincronizada con la puerta de acceso y de activación inmediata por medio de sensores de movimiento y magnéticos de apertura. La clave de seguridad será de conocimiento exclusivo de la o el jefe del servicio de materiales de guerra del organismo, asimismo, deberá ser cambiada una vez al mes”.
El problema es escandaloso.
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