El miércoles 22 de octubre llegaron a Madrid desde México más de 400 piezas de arte. Los camiones que las transportaban las repartieron de manera simultánea por el Museo Arqueológico Nacional (MAN), el Instituto Cervantes y el Museo Thyssen. A partir de ese momento, comenzó la cuenta atrás para el trabajo de desembalaje y montaje de La mitad del mundo. La mujer en el México indígena. Este es el nombre de una gran exposición que se inaugurará el 31 de octubre en estas sedes. En cada una de ellas se contará una parte del relato en femenino de las comunidades originarias del país latinoamericano. Y a la vez, esta muestra sin precedentes es la forma por la que ha optado el Gobierno de Claudia Sheinbaum, que desde diversas instituciones y museos ha cedido las obras, como acercamiento a España después de que las relaciones entre los dos países —con una historia de siglos compartida— quedaran congeladas después de que el expresidente Andrés Manuel López Obrador exigiese en 2019 al Rey que pidiese perdón por los desmanes de la conquista.
“El arte es un asunto de salud pública y eso significa curar el alma; y un alma curada tiene mucho menos odio”, dice Teresa Zacarías, una de las responsables de la organización de la exposición, en su cargo de ministra de la Embajada de México en España para Asuntos Culturales. “En estas exposiciones se refleja la grandeza de muchas naciones de Mesoamérica, no solo la mexicana. No eran pueblos incivilizados como los quiso retratar la Inquisición. Tenían grandes cosmogonías, grandes interpretaciones de su propia visión del mundo”.
El MAN será la sede principal de la exposición, con cerca de 250 piezas que ocuparán un espacio principal de 600 metros cuadrados. En esta muestra se podrán ver obras que saldrán de México por primera vez en la historia, algunas, explica Zacarías, llegan directamente de las comunidades indígenas que las custodian, el resto proviene de distintos museos y sitios arqueológicos.
En El ámbito humano, título de este capítulo, se relatará el contexto social de las mujeres indígenas en el periodo prehispánico. A la inauguración de esta parte de la muestra acudirá José Manuel Albares, ministro de Exteriores, según las fuentes consultadas. Su departamento ha estado directamente involucrado en la organización a través de la AECID, en colaboración también con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). “Esta exposición nace por el impulso conjunto de los Ministerios de Asuntos Exteriores de España y México, que entre otras muchas cosas compartimos la orientación feminista de nuestra política exterior”, se limitan a decir desde la agencia.
Luis García Montero, director del Instituto Cervantes, que albergará un muestrario de más de 90 piezas de distintos tejidos, ha estado vinculado a todo el proceso de negociación de la exposición como una parte más del trabajo que la institución que preside realiza desde hace años con México. “Del mismo modo que no considero sensato exigir un comportamiento parecido al nuestro, al del siglo XXI, a alguien del siglo XVI, me parece un disparate querer fundamentar un orgullo patriótico negando la violencia que pudo haber en una época marcada por exactamente eso, la violencia”, opina sobre la perspectiva de esta exposición. El arte textil, tantas veces desdeñado por vincularse a lo femenino, se convierte también en esta sede en un medio de reivindicación. “A través de los textiles, los pueblos, sobre todo las mujeres, han tejido su historia y sus sentires”, recuerda Zacarías. “La presidenta Sheinbaum ha reiterado muchas veces que las culturas originarias no son solo piezas de museo, son pueblos vivos. Ahí están junto a nosotros, son parte del ADN”, resume.
En la Casa de México en España se despliega El ámbito divino, una visión profunda de la espiritualidad y las prácticas rituales femeninas a partir de 98 piezas provenientes de culturas como la mexica, maya, zapoteca, mixteca, olmeca, huasteca, teotihuacana, entre otras, que se pueden visitar desde el 4 de octubre. Es la primera muestra del trabajo de comisariado que ha hecho la experta mexicana Karina Romero Blanco en todas las sedes.
El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza exhibirá en Señora Tz’aka’ab Ahaw, la Reina Roja de Palenque el ajuar funerario de esta figura histórica maya del siglo VII, ejemplo del poder y relevancia que llegaron a tener las mujeres de las élites gobernantes de la época. El nombre de Reina Roja se debe a la tintura de cinabrio, color bermellón, con la que fueron cubiertos sus restos, y que ha alcanzado incluso a sus huesos. En Madrid se podrá ver la máscara que cubría el rostro de la reina, realizada con piedras de jade, y diademas.
El viaje de estas piezas prehispánicas comienza, en realidad, en noviembre de 2024. La Feria Internacional del Libro de Guadalajara tenía a España como país invitado, pero las relaciones diplomáticas estaban rotas. Ningún representante del Gobierno mexicano tenía previsto acudir a la feria. No obstante, el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, se reunió con su homóloga, Claudia Curiel, en Ciudad de México la víspera de la inauguración de la cita literaria. Aquel encuentro no era solo un acercamiento cultural, sino una reunión al más alto nivel diplomático de dos emisarios que contaban con el beneplácito de sus gobiernos para comenzar a acercar posturas, según las fuentes consultadas.
Pedro Sánchez declinó cualquier representación española en la investidura de su homóloga si no era la del Rey.
De aquella cita salieron rubricados convenios de colaboración en materia expositiva “sobre la historia compartida que une a ambos países y las influencias cruzadas que han definido su tradición artística durante siglos”, comunicaron en aquel momento los titulares de Cultura. El resultado, por ahora, se ha traducido en dos premios Princesa de Asturias para la fotógrafa Graciela Iturbide y el Museo Nacional de Antropología; y la participación destacada del Gobierno de México en la celebración de la Conferencia Mundial de Políticas Culturales y Desarrollo Sostenible de UNESCO, Mondiacult, en Barcelona.
Ya entonces, los titulares de Cultura remarcaron en su acuerdo que estos proyectos planeados para 2025 tendrían “una perspectiva decolonial sobre la rica historia cultural mexicana” como destacaron en un comunicado conjunto. Es decir, que el 31 de octubre, en importantes instituciones culturales españolas, las mujeres indígenas van a contar su historia en primera persona, sin la mediación de sus conquistadores.
Sheinbaum fue muy clara en la carta que le entregó a Diego Prieto hace unas pocas semanas. El hasta hace poco director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), y uno de los responsables de la exposición, la leyó en su nombre en la inauguración a inicios de octubre del primer capítulo de la muestra en la Fundación Casa de México de Madrid: “La conquista fue un proceso brutal, de violencia, imposición y despojo. Se intentó destruir no solo territorios, sino culturas enteras, saberes milenarios, lenguas, modos de vida. Las mujeres indígenas sufrieron especialmente ese embate: fueron silenciadas, desplazadas, violentadas. Sin embargo, resistieron. […] Honrar este legado implica reconocer los abusos del pasado y del presente”.
La actual presidenta mexicana no ha hecho una petición directa de perdón a España, pero siempre ha defendido la que hizo su antecesor en el cargo y mentor, López Obrador, y ha criticado la falta de respuesta por parte tanto del Gobierno como de la Casa Real. En 2019, el exmandatario envió una carta a Felipe VI en la que sugería la celebración de una ceremonia conjunta en la que la monarquía asumiera la responsabilidad de las atrocidades cometidas en la conquista de México y los años de virreinato. El Gobierno mexicano interpretó el silencio como un desprecio de la monarquía española y el asunto se ha quedado atorado en las relaciones hasta ahora que los dos países han encontrado en el arte un mecanismo alternativo de acercamiento. Desde el Gobierno de México confían en que haya algún mensaje, bien del Gobierno o de la Casa Real, a raíz de estas inauguraciones.
En esta tarea está Urtasun desde inicios de 2024. Cultura lleva más de un año mirándose las costuras coloniales de sus museos. “Nos hemos propuesto […] establecer espacios de diálogo e intercambio que nos permitan superar un marco colonial o anclado en inercias de género o etnocéntricas. Existen compromisos internacionales asumidos por España […] que se traducen en un proceso de revisión de las colecciones estatales dependientes del Ministerio de Cultura”, dijo en julio de 2024 el ministro cuando presentó en estrecha colaboración con el Museo de América y el Nacional de Antropología, dos comités asesores para actualizar ambas instituciones. Los dos grupos elaboran desde entonces un informe técnico.
La coalición de Gobierno en España siempre ha contado con la oposición de PP y Vox en esta materia. Ambos partidos acusan directamente a Urtasun de reescribir la historia y manchar la imagen del país. “No hubo colonias en España. Estamos haciendo una revisión del siglo XVI con ojos del XXI. Hubo un mestizaje que hizo que fuéramos mejores. Todo lo que sea abrir un debate estéril en la cultura es quitarle energía y presupuesto”, resumía a este diario María Soledad Cruz-Guzmán García, portavoz del PP en la Comisión de Cultura del Congreso, en 2024.
Desde México, fuentes oficiales siempre han considerado que España debería tener una postura mucho más progresista de la que tiene y se espera, según las mismas fuentes, de un Gobierno de izquierda.
Tomado de https://feeds.elpais.com/





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