La creación del Estado de Israel siempre ha sido un proyecto de borrar/reemplazar: borrar a los palestinos y reemplazar a los palestinos con inmigrantes judíos importados de todo el mundo. Esta es la razón por la que Israel siempre ha hecho todo lo posible para destruir pueblos, aldeas, hogares y comunidades palestinas; por qué cambiaron los nombres de los lugares; por qué plantaron árboles europeos (no deseados) y por qué no tienen problema en volar colinas para dar paso a asentamientos israelíes feos o escarificar el paisaje con un muro de ocho metros (casi 27 pies) de altura. Pero para hacer todo esto se necesita dinero, mucho dinero, y se necesita complicidad. Resulta que también es muy, muy rentable.
Ese hecho se subraya en un informe mordaz, publicado esta semana por la relatora especial de la ONU, Francesca Albanese, que documenta más de 45 entidades en todo el mundo (entre una base de datos de 1.000 entidades corporativas) a las que acusa de ser cómplices de las violaciones de derechos humanos y los crímenes internacionales de Israel en Palestina. Estas entidades, aunque ejercen más poder que muchos estados, explotan las lagunas del derecho internacional.
Tomado de https://zeteo.com/



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