Dylan Penn, la hija rebelde de Sean Penn a quien su padre hizo así

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Actualizado Miércoles,
5
enero
2022

01:14

A sus treinta años es la protagonista absoluta de ‘El día de la bandera’ la primera película en que su progenitor dirige y actúa al mismo tiempo

Dylan Penn, junto a su padre Sean PennAP

¿Ser hija de actores famosos te facilita la vida o es una lata? Te la facilita, no le demos más vueltas. Y Dylan Penn, como su hermano menor, Hopper, son los vástagos de Robin Wright y de Sean Penn, a cual más célebre: él por tener un par de Oscar encima de la chimenea (Mejor Actor por Mystic River y Mi nombre es Harvey Milk), ella por haber sobrevivido al cancelado Kevin Spacey en la serie House of Cards. Entre otras muchas cosas, por supuesto. Pero este artículo no va de ellos, sino de Hopper y sobre todo de Dylan, que en abril cumplió 30 años. Ambos han estrenado El día de la bandera, aunque Hopper sale poco y Dylan es la absoluta protagonista. Incluso podría decirse que ha sido lo más aplaudido de una película que ha recibido críticas entre negativas y no demasiado buenas. Y eso que era la primera vez que Sean Penn actuaba en una película dirigida por él mismo. Todo para interpretar al padre de sus hijos. Es decir, a John Vogel, un famoso delincuente cuya biografía, Flim Flam Man (inédita en castellano), fue escrita por su propia hija, Jennifer, y ha sido la base de esta película.

Ser la hija del ladrón es sin duda peor que tener por padre a un actor famoso, aunque sea uno permanentemente enfadado con el mundo, amigo de El Chapo, Chaves y Castro, que incluso hizo algo más de 30 días de cárcel por romperle la crisma a un extra que se atrevió a hacerle una foto. Pero Dylan insiste en que no lo ha tenido fácil. Dice que rechazó interpretar a Jennifer Vogel a los 16 años, y que no lo aceptó hasta bien cumplidos los 27, porque sintió que tenía que ganárselo, y acumular la suficiente experiencia para estar a la altura de su personaje. Y se puso a trabajar. Agraciada por la lotería de los genes, Dylan se ganó la vida de modelo (aunque también repartió pizzas) y acabó debutando ante las cámaras interpretando a una mujer misteriosa en un clip de Nick Jonas (uno de los Jonas Brothers), para luego participar en un par de películas, como Condemned (2015), cinta de terror anodina en la que también participaba otra modelo hija de buena familia: nada menos que Lydia Hearst, hija de Patricia Hearst, la nieta del magnate W.R. Hearst que acabó en la troupe de John Waters.

Tanto Dylan como Hopper sufrieron de las muchas turbulencias registradas en el matrimonio de sus padres, que acabó en divorcio en 2010. Quizás para fastidiar a sus progenitores, Dylan apareció con un peludo bolso de marca como única prenda de vestir en la portada de la revista Treats! (en las páginas interiores posaba vestida con un collar de perlas). Más adelante, siguiendo los pasos del patriarca, acabó en una clínica desintoxicándose de drogas y alcohol. Nada comparado con cuando pillaron a Hopper, que debe su nombre a Dennis Hopper, conduciendo por Nebraska un coche cuyo maletero parecía el de Hunter S. Thompson al principio de Miedo y asco en Las Vegas: marihuana, setas alucinógenas, metanfetaminas… Hopper también hizo sus pinitos como modelo, y debutó en cine gracias a otra película de su padre, Diré tu nombre (2016), con Javier Bardem y Charlize Theron, pareja de Sean Penn en aquel momento. Volveremos a ver juntos a Dylan y Hopper en Signs of Love, el debut de la realizadora de videoclips Clarence Fuller, donde ella es la mala influencia que le impide salir de un submundo marcado por las drogas. Mal que bien, Dylan y Hopper parecen haber superado el trauma de ser hijos de sus padres.

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