Dos ciudadanos de Bayona

Dos ciudadanos de Bayona

“Creada en 1958 por radicales a quienes el Partido Vasco Nacionalista expulsó de sus filas, la agrupación conocida como ETA proclamó como objetivo constituir un Estado socialista independiente de España y Francia en los siete territorios de Euskal Herria”....Tomado de https://morfemacero.com/

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Jorge Pech Casanova

Hace casi cincuenta años, el 13 de septiembre de 1974, Beñat Oihartzabal Bidegorri y María Lourdes Cristóbal Elorga colocaron una bomba en el café Rolando, en el centro de Madrid. El estallido del explosivo causó la muerte de trece personas y dejó heridas a más de medio centenar en lo que se conoce como la masacre de la Calle del Correo.

Por entonces la organización separatista Euzkadi Ta Askatasuna (País Vasco y Libertad) comenzaba a desintegrarse debido a fuertes discordancias en su interior. Creada en 1958 por radicales a quienes el Partido Vasco Nacionalista expulsó de sus filas, la agrupación conocida como ETA proclamó como objetivo constituir un Estado socialista independiente de España y Francia en los siete territorios de Euskal Herria.

Para finales de la década de 1960 las escisiones en ETA llevaron a la creación de una rama llamada ETA V Asamblea que rompió con las tácticas de resistencia pacífica y, bajo el nombre de “etarras”, emprendió asesinatos, secuestros y extorsiones para cumplir sus fines. Se fijaron como objetivos a guardias civiles, policías y militares españoles, pero al final casi la mitad de sus víctimas mortales fueron más bien jueces, políticos, periodistas, empresarios y catedráticos, así como personas inocentes consideradas “daño colateral”.

El primer asesinato reclamado por ETA ocurrió el 7 de junio de 1968, y el último, el 16 de marzo de 2010. Hasta el año 2018 la organización —declaradamente terrorista desde 1973— asumió la responsabilidad por la masacre del Correo.

En 1971 integrantes de ETA lograron interesar en sus acciones al escritor comunista Alfonso Sastre y a su esposa, la también escritora y activista albertzale Eva Forest. Con la ayuda de estos intelectuales, los etarras establecieron una “red de apoyo” en Madrid. Algunos implicados ignoraban el alcance de su hospitalidad para el grupo, pero Forest y Sastre sabían que sus huéspedes eran parte de una guerrilla.

El asesinato del presidente Luis Carrero Blanco el 20 de diciembre de 1973 marcó el inicio de grandes acciones terroristas para ETA. Eva Forest escribió y publicó un libro acerca del atentado, defendiendo las acciones de ETA. Para abril de 1974, la agrupación comenzó a ejecutar policías, continuando sus ataques individuales durante septiembre de ese año.

Mientras ejecutaban la “Operación Ogro” que eliminó a Carrero Blanco, los etarras pensaron en atacar la Dirección General de Seguridad, en la plaza de Puerta del Sol.

El edificio oficial era inexpugnable, pero muchos de los agentes policiacos frecuentaban la Cafetería Rolando, número 4 de la adyacente calle del Correo. Enviados desde Francia por ETA, Oihartzabal Bidegorri y su novia María Lourdes examinaron el sitio. Concluyeron que era un blanco asequible, donde muchos guardias serían exterminados. La agrupación terrorista determinó colocar una bomba en el comedor.

Bernard Oyarzábal Bidegorri y María Lourdes Cristóbal Elhorga (así aparecen nombrados en el sumario que formó el tribunal español) llegaron a la cafetería con la bomba de tiempo. Estaba cargada con 30 gramos de dinamita, más tuercas que actuaron como metralla al reventar. Oihartzabal y Elhorga la dejaron bajo una mesa. Salieron del lugar. Eva Forest los llevó a una casa de seguridad.

Estalló la bomba. 13 de septiembre de 1974, 14:35 horas. Los comedores de la zona estaban llenos de gente. El techo de la cafetería Rolando se derrumbó sobre los comensales. El vecino restaurante Tobogán resintió asimismo el estallido. Ochenta personas sufrieron heridas y doce murieron al instante. Un herido más, miembro de la policía, sobrevivió durante algunos años. En 1977 falleció.

Los muertos por el atentado fueron civiles sin relación con cuerpos policiacos o militares. ETA declaró que el exterminio era una maniobra de la dictadura. Negó su responsabilidad en el atentado hasta 2018. El gobierno español capturó a varios terroristas, entre ellos a los que llevaban los apodos de “La Pompadour” (María Lourdes) y “El Albert” (Begnat). Los sometió a proceso, pero tuvo que dejarlos libres por la amnistía de 1977, tras la muerte del dictador Francisco Franco. Oyarzábal y Elorga se beneficiaron del indulto.

Alfonso Sastre y Eva Forest fueron acusados de apoyar a ETA en Madrid y facilitar la cobertura de los atentados contra Carrero Blanco en 1973 y el de la calle del Correo en 1974. Sastre pasó ocho meses y medio en la cárcel de Carabanchel y Forest permaneció en prisión preventiva hasta 1977. No fue juzgada porque se le aplicó la Ley de Amnistía.

Arainfo, diario de Aragón, recordó en 2007, al morir Eva Forest a la edad de 79 años: “En 1974, escribió Operación Ogro con el pseudónimo Julen Agirre, entrevistándose con el comando Txikia, que había ejecutado el atentado contra el almirante Luis Carrero Blanco. Ese mismo año, sería detenida y acusada de colaboración con ETA. Pasaría casi tres años en prisión preventiva en la cárcel de mujeres de Yeserías, pero antes soportaría el infierno de la tortura y la incomunicación durante diez días. La traumática experiencia se reflejaría en Una extraña aventura y en otros textos redactados durante su encierro”.

Sastre, mientras estuvo preso y al salir de la cárcel, sostuvo su labor como dramaturgo disidente hasta morir en 2021 con 95 años de edad.

Gabriel Beñat Oihartzabal Bidegorri, tras ser liberado, cursó en la Universidad de Burdeos el doctorado en filología vasca. Ahora es parte de la Academia de la Lengua Vasca. Nacido en 1949, dirigió hasta 2008 el Centro de Investigación sobre la Lengua y los Textos Vascos (IKER). Es escritor, lingüista especializado en sintaxis, morfología y traslación de códigos. Vive con su esposa María Lourdes en Bayona, Francia.

Manuel Cerdán, de Tele Madrid, recordó este crimen en un reportaje de 2014, “Calle del Correo, tras la pista de los asesinos”. Encontró el domicilio de Oihartzabal en Bayona. Logró cruzar unas palabras con el académico, quien se limitó a responder las preguntas del reportero con la frase “No quiero hablar de eso. He dejado la política”.

Las víctimas del atentado fueron: Antonio Alonso Palacín, mecánico, y su esposa María Jesús Arcos Tirado, de 28 años, telefonista; Francisca Baeza Alarcón, de 45 años, maestra; Baldomero Barral Fernández, de 24 años, panadero, y su esposa María Josefina Pérez Martínez, de 21 años; Antonio Lobo Aguado, ferroviario de 55 años; Luis Martínez Marín, agente comercial de 78 años; Concepción Pérez Paíno, de 65 años, administrativa en la Dirección General de Seguridad; María Ángeles Rey Martínez, estudiante de 20 años; Gerardo García Pérez, cliente de la cafetería; Francisco Gómez Vaquero, de 31 años, cocinero de la cafetería; Manuel Llanos Gancedo, camarero de 26 años.

Félix Ayuso Pinel, inspector de policía de 46 años, sufrió graves heridas en la cabeza por la explosión. En el hospital lograron curarlo y sobrevivió durante dos años y cuatro meses, hasta fallecer en enero de 1977.

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