Dos años de oscuridad y hollín que complicaron la fotosíntesis: así describen estos científicos el apocalipsis de los dinosaurios

El ocaso de los dinosaurios se pareció al título de aquel poemario de Celso Emilio Ferreiro: una “larga noche de piedra”. Aunque los científicos saben desde hace décadas que la oscuridad que siguió al meteorito que impactó contra...

El ocaso de los dinosaurios se pareció al título de aquel poemario de Celso Emilio Ferreiro: una “larga noche de piedra”. Aunque los científicos saben desde hace décadas que la oscuridad que siguió al meteorito que impactó contra la Tierra hace 66 millones de años desempeñó un papel clave en la extinción de los dinosaurios, ha sido en los últimos tiempos cuando —gracias al uso de modelos— han podido hacerse una idea aproximada de cuánto duró y cómo de oscura fue la penumbra. Una investigación presentada durante la Reunión anual de la Unión Geofísica Estadounidense (AGU), celebrada en Nueva Orleans, arroja datos precisos y una conclusión sorprendente: la oscuridad causada por el asteroide podría haber persistido durante dos años.

Tras el impacto del asteroide, de alrededor de 12 kilómetros de diámetro, las nubes de roca pulverizada y el ácido sulfúrico oscurecieron los cielos y desencandenaron un descenso de las temperaturas, lluvia ácida e incendios forestales. El escenario —recuerda Live Science— se conoce desde hace más de tres décadas; pero la clave es… ¿Cómo afectó a la vida en la Tierra?

Como detalla a WordsDideKick.com Peter Roopnarine, de la Academia de Ciencias de California y participante en la cumbre anual de la AGU, una de las claves está en los incendios que siguieron al asteroide, que generaron un hollín que quedó en suspensión en la atmósfera superior. Su cantidad fue lo suficientemente abundante como para reducir la luz solar que llegaba a la Tierra y complicar así la fotosíntesis, clave para la vida. «La concentración durante los primeros días o semanas de los incendios habría sido lo suficientemente alta como para reducir la cantidad de luz solar entrante a un nivel lo suficientemente bajo como para evitar la fotosíntesis», abunda el experto.

Hell Creek, el «campo de pruebas»

¿Cuánto duró esa penumbra? Roopnaire y su equipo tomaron como modelo 300 especies de Hell Creek, una formación geológica rica en fósiles de la última parte del Cretácico situada en EE.UU. y especialmente bien documentada. Tanto, de hecho, que los investigadores “reconstruyeron la paleocomunidad de manera fiable” y desarrollaron varios escenarios para calcular cómo afectaban períodos de oscuridad de entre 100 y 700 días —más o menos, el equivalente a tres meses y dos años—. Su objetivo: determinar qué intervalo se correspondía con una tasa de extinción de vertebrados del 73%, que es la que se conserva en el registro fósil. El estudio partió de la base de que la oscuridad se generó con rapidez y se había extendido en solo unas semanas.

Las conclusiones del estudio son reveladores. Cuando la penumbra se prolongaba “únicamente» 150 días, los ecosistemas parecían recuperarse; pero la cosa cambia más o menos a partir de las 200 jornadas. Superado ese punto crítico, reseña Live Science, “algunas especies se extinguieron y los patrones de dominio cambiaron”. Si la simulación se alargaba hasta los 650 o 700 días de oscuridad, el índice de extinción rondaba ya una horquilla que va del 65 y 81%, lo que demostraría que las comunidades de Hell Creek se enfrentaron a alrededor de dos años de oscuridad.

“Las condiciones variaron en todo el mundo debido al flujo atmosférico y la variación de temperatura, pero estimamos que la oscuridad podría haber persistido en el área de Hell Creek hasta dos años”, aclara Roopnarine. Superado el punto de inflexión los ecosistemas pueden recuperarse con un nuevo equilibrio de especies que exige décadas. El mismo estudio concluye, por ejemplo, que una vez disipada la oscuridad el ecosistema tardó cuatro décadas en empezar a recuperarse.

Vía | Live Science

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