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El Congreso de la Unión aprobó en lo general la reforma que cede el control administrativo y operativo de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional. Ahora, la discusión pasará al Senado
Texto: Alejandro Ruiz
Foto: Duilio Rodríguez
CIUDAD DE MÉXICO. – La Cámara de Diputados aprobó en lo general la reforma que traspasa el mando operativo y administrativo de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional.
La votación fue así: 362 votos a favor del bloque de Morena, Partido del Trabajo y Verde Ecologista; 133 en contra del bloque opositor: PRI, PAN y Movimiento Ciudadano, y cero abstenciones.
La reforma ha sido criticada no solo por la oposición, sino por organizaciones de Derechos Humanos, quienes argumentan que esto implicaría un retroceso en la atención de la crisis de seguridad pública que actualmente viven algunas regiones del país.
Esta es la historia de la reforma.
Cambio de prioridades
Antes de que López Obrador llegara a la presidencia de la República, una de sus promesas centrales fue que, en cuanto asumiera el poder, las Fuerzas Armadas regresarían a sus cuarteles.
Su promesa era para diferenciarse de sus antecesores, Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón, cuando éste último, durante su sexenio, decidió combatir al crimen organizado sacando al Ejército de sus cuarteles, elevando en un 200 por ciento la tasa de homicidios y registrando más de 80 mil desapariciones entre 2006 y 2012. De acuerdo con el informe 2012 de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, en ese miso periodo de tiempo la CNDH registró 8 mil 1 quejas en contra del personal militar.
López Obrador, sin embargo, no cumplió con su promesa, pues hasta la fecha las Fuerzas Armadas siguen realizando operaciones en campo. El motivo, según afirmó el presidente en una de sus conferencias de prensa, fue porque la situación de violencia e inseguridad no permitía barrer de tajo con esta estrategia de seguridad. Sin embargo, para modificarla, propuso crear una estructura intermedia: la Guardia Nacional, la cual quedaría a cargo, en un inicio, de la Secretaría de Seguridad Pública. En 2022, sin embargo, el presidente envió una iniciativa de reforma constitucional para que la Guardia pasara bajo el control de Sedena, esto, porque la Secretaría de la Defensa blindaría a esta corporación de la corrupción.
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La reforma fue anulada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación en 2023, bajo el argumento de una violación en el procedimiento legislativo. En 2024, el presidente López Obrador insistió en volver a enviar la iniciativa al Legislativo. Actualmente la reforma sigue en el Congreso, y muy probablemente sea aprobada por la mayoría calificada del oficialismo.
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«El pueblo uniformado»
No es un secreto, durante todo su sexenio el presidente López Obrador ha defendido a las Fuerzas Armadas en reiteradas ocasiones argumentando que ahora el Ejército ya no reprime, y que son «el pueblo uniformado».
Y aunque durante este gobierno no hay registro de una represión como las del pasado, también es cierto que las Fuerzas Armadas no han colaborado en el esclarecimiento de graves violaciones a los derechos humanos cometidas por sus integrantes, como en la Guerra Sucia y Ayotzinapa.
Inclusive, y aunque en los hechos la Guardia Nacional sigue teniendo una instrucción y formación castrense, las Fuerzas Armadas han ido abandonado las tareas de seguridad interior en algunos estados de la República.
En vez de eso, la Secretaría de la Defensa y la Marina Armada han asumido la tarea de construir y administrar los megaproyectos del sexenio, como el Tren Maya, los aeropuertos Felipe Ángeles y Felipe Carrillo Puerto, el Corredor Interoceánico, el Banco del Bienestar, además de encargarse de las operaciones de seguridad para garantizar la distribución de hidrocarburos y medicamentos.
De hecho, el 26 de abril de 2023, en una sesión maratónica, los legisladores aprobaron la creación de cinco empresas paraestatales a cargo de la Sedena. Una de estas empresas es Olmeca-Maya-Mexica, a través de la que construyeron el Tren Maya y los aeropuertos Felipe Ángeles, Chetumal, Palenque y Tulúm.
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Todo esto es evidente en este último desfile, pues en los últimos años los contingentes de la Secretaría de la Defensa Nacional y la Marina Armada inician con carros alegóricos que presumen su participación en todos estos proyectos.
Sin embargo, aunque ahora parecen más empresarios, las denuncias de violaciones a los derechos humanos cometidas por militares continúan. Por ejemplo, de acuerdo con la organización Causa en Común, de 2019 a 2024 las Fuerzas Armadas (incluida la Guardia Nacional) acumularon 4 mil 800 quejas por cometer presuntas violaciones a derechos humanos, esto, en base a Sistema Nacional de Alerta de Violación a los Derechos Humanos de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
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Tomado de https://piedepagina.mx/
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