Diablos de Juxtlahuaca: las coloridas máscaras y danza de la región mixteca en Oaxaca

Diablos de Juxtlahuaca: las coloridas máscaras y danza de la región mixteca en Oaxaca

Tomado de https://www.mexicodesconocido.com.mx/

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Tradición y arte son elementos que suelen entrecruzarse con fuerza en el estado de Oaxaca. A lo largo de sus ocho regiones, cada una de las comunidades que las habitan poseen una cultura tan vasta y compleja que rebasa cualquier tipo de temporalidad o frontera. Un excelente ejemplo de ello son los diablos de Juxtlahuaca. Estas vistosas máscaras son parte de una costumbre ancestral de esta población enclavada en la Mixteca, y es tanto su arraigo, que hasta los migrantes las han llevado a los Estados Unidos.

Máscaras de los diablos de Juxtlahuaca, Oaxaca. © Fotografía: Zurisaday Galicia. INAH.

¿Qué son los diablos de Juxtlahuaca?

Los diablos de Juxtlahuaca son máscaras que se utilizan en la fiesta patronal de Santiago Juxtlahuaca, Oaxaca, en la región mixteca de la entidad. El día principal de esta celebración es el 25 de julio, fecha en la que tiene lugar la presentación de danzas a cargo de dos mayordomías: la del barrio de Santo Domingo y la del Centro. En ellas, los participantes usan dichas caretas y se caracterizan como demonios, usando vistosos abrigos y pantalones de cuero forrados de pelaje. Actualmente, hombres, mujeres e infancias forman parte de estos danzantes.

Las máscaras, como su nombre lo dice, son rostros de demonios. Cada una es diferente y está hecha de acuerdo a la imaginación y destreza de cada artesano. Hay desde diablos más tradicionales hasta más modernos, basados en personajes de la cultura popular. Sus ornamentas suelen ser grandes y variadas, ya que van desde cuernos de chivos hasta cuernos de buey, carnero o venado.

Archivo Digital de las Colecciones del Museo Nacional de Antropología. MNA-INAH-CANON Los diablos de Juxtlahuaca tienen su origen en la evangelización del siglo XVI.

Origen y significado

El origen de los diablos de Juxtlahuaca se encuentra en la evangelización del siglo XVI. Y es que la concepción del demonio como una entidad maligna formaba parte del pensamiento cristiano traído por los frailes españoles que llegaron a la Nueva España. Es así que durante su catequesis sobre los pueblos mesoamericanos, los religiosos hicieron que se incorporara esta idea en dichas comunidades. Fue así que surgió una peculiar dualidad del bien y del mal, en la cual ambas naturalezas conviven en las actividades cotidianas y las celebraciones.

Con el pasar de los siglos, los pueblos indígenas adoptaron la figura del diablo como propia de su cosmovisión. Es por ello que en las comunidades mixtecas de Oaxaca se utilizan diversas máscaras con su imagen en varias fiestas. Cuando se realiza la Danza de Los Diablos en Juxtlahuaca, se representa una batalla entre «cristianos» y «moros». Estos últimos, al ser derrotados, invocan, reclaman y reiteran su fidelidad al profeta Mahoma “aunque se los lleven los diablos”. En ese momento del baile aparecen los danzantes disfrazados de los seres infernales, los cuales se llevan «muertos» a los vencidos. También en Semana Santa aparecen estos enmascarados de demonios; al son de música fúnebre se llevan a Poncio Pilatos.

La Danza de Los Diablos es una tradición de Juxtlahuaca y otras poblaciones de la Mixteca Oaxaqueña. © Fotografía: Juana García.

Importancia y arte de los diablos de Juxtlahuaca

Los diablos de Juxtlahuaca son una parte fundamental de la vida e identidad de los pobladores de esta comunidad. En los días principales de la fiesta patronal, numerosas personas (tanto mujeres como hombres) se enmascaran y se dirigen a las casas comunales donde se organizan los festejos. Es una tradición tan arraigada, que realmente nadie se preocupa por invitarlos ya que ellos llegan solos. Por otra parte, mucha gente de esta población ha tenido que ir a trabajar a los Estados Unidos, pero llevan consigo esta costumbre. En la actualidad, la enorme comunidad migrante mixteca de California realiza la Danza de Los Diablos en suelo norteamericano.

Gracias a la enorme difusión de la tradición de los diablos de Juxtlahuaca es que los maestros mascareros de la localidad han logrado prosperar con creces. Para realizar las máscaras endemoniadas, se lleva a cabo un proceso que dura dos años. Inicia con el cortado del bloque de madera de ahuehuete, el cual se deja secar y reposar durante un bienio entero. Después de ese tiempo, se talla, se pinta, se sella y se barniza la máscara. Una parte importantísima de su manufactura son sus cuernos, ya que se utilizan astas naturales. Por ello vemos caretas que llevan cuernos de chivos, bueyes, carneros e inclusive venados.

La elaboración de las máscaras de los diablos de Juxtlahuaca es un proceso que lleva dos años. © Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca.
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Aldo Vicencio Poeta y ensayista. Historiador de formación. México es sus misterios.

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