Denunciar a sus violadores “ha sido un calvario”, acusa víctima

Denunciar a sus violadores “ha sido un calvario”, acusa víctima

Tomado de https://www.jornada.com.mx/

▲ A la izquierda, Lozano, hijo del panista del mismo nombre que fuera secretario de Trabajo; al lado, Castañeda.Foto La Jornada

Sanjuana Martínez

Periódico La Jornada
Domingo 1º de junio de 2025, p. 10

La abogada Amarande Riojas Orozco dice que la violencia institucional del Poder Judicial que ha sufrido los últimos años le quema las entrañas y le recuerda todos los días la violación que sufrió hace ocho años, presuntamente por Javier Lozano Ponzanelli y Gabriel Castañeda Gómez-Mont.

Está convencida de que México es el paraíso de los violadores porque la impunidad judicial que los protege es una constante que lacera permanentemente a las víctimas. Las cifras señalan que 91 por ciento de estos delitos denunciados no llega a una vinculación a proceso ni a una sentencia.

Y remata: Cuando ya estas hundida en la violencia institucional, nada más te queda analizar cómo defenderte.

Historia de terror

La carpeta judicial de Amarande, 002/0847/2023-0, por el delito de violación equiparada, apenas se ha movido, pese a presentar elementos probatorios de diversa índole: He sufrido en mi proceso judicial todo tipo de situaciones turbias, corruptas e inadecuadas, debido al influyentismo de ambos violadores.

Todo comenzó en 2014, cuando entró a trabajar al bufete Nassar Nassar Abogados: Laboré durante seis meses. Me fui porque tenía conflictos por los criterios de mi jefa directa. No me sentía a gusto.

Sin embargo, el 16 de diciembre de 2016, Paulina Elizabeth Flores Martínez, una amiga y antigua compañera de ese despacho, la invitó a una comida en el hotel Camino Real. “Recuerdo que eran como las seis y media de la tarde y empecé a tomar unos tragos que trajo el mesero. A los pocos minutos fui perdiendo el conocimiento. No recuerdo casi nada. Sólo tengo flashbacks de ciertas escenas”.

Añade: Cuando vuelvo a recordar el sentido, por un momento estoy siendo violentada sexualmente por Javier Lozano Ponzanelli y Gabriel Castañeda Gómez-Mont, ambos abogados del despacho Nassar Nassar, en una habitación en el piso 12 del hotel Camino Real. Me drogaron, adulteraron la bebida.

En aquel momento intentó protegerse: Recuerdo que estaba siendo atacada sexualmente por ellos; traté de defenderme y recibí un golpe muy fuerte en la cara. Cuando vuelvo a abrir los ojos estoy acostada en la cama ya vestida, pero sabía que me habían quitado la ropa y me habían violado. Me sentía adolorida del cuerpo, sobre todo, con dolor en el cuello, brazos, la mandíbula y con una quemadura de cigarro entre mis senos.

Continúa: “No tenía mi bolsa ni mi celular. Seguía drogada, me arrastré hasta llegar a la puerta y bajé por un elevador. Estaba muy mal: gritaba, lloraba. Había personas que me vieron, era de madrugada. Me sigo preguntando por qué me hicieron eso. ¿Yo que les hice para que me hubieran agredido así?

No entendía lo que estaba pasando, estaba muy desorientada. Encontré mi bolsa y había una caja de condones y una pastilla. Llegué a mi casa toda rota. Mi mamá estaba en Guadalajara y una vez que regresó le conté, pero nunca le dije que había sido víctima de violencia sexual.

Luego, su amiga Paulina le contó que fue a tocar a la habitación porque vio cómo sus dos compañeros de trabajo se la llevaron a un cuarto del hotel: Afortunadamente, tengo una grabación de ella y ya la presenté a la fiscalía, porque ahora ella intenta cambiar su versión de los hechos.

Calvario institucional

Amarande explica que lo ocurrido le dejó un trauma difícil de asimilar y fue hasta mayo de 2021 cuando se animó a denunciar a sus agresores: No quería hacerlo porque tenía mucho miedo y estaba rota. Me decidí porque una amiga fue también víctima de violencia sexual. Cuando pregunté quiénes eran sus abogados supe que eran los violadores Gabriel y Javier. Me sentí culpable y me di cuenta de que por eso estaba tan deprimida y no podía avanzar, pues no me había atrevido a decir que fui víctima de violación.

A partir de entonces, pidió ayuda profesional y finalmente pudo contar su historia de terror a sus padres y a su pareja: Mi silencio estaba violentando a otras mujeres y provocando que estos abogados violentadores sexuales las representaran. Eso me dolió en lo más profundo, y por eso decidí denunciar.

Añade: Así empezó todo este calvario e infierno. He descubierto lo que es la violencia institucional. Este proceso ha sido horrible, espantoso.

Comenta que el Poder Judicial ha protegido en todo momento a sus agresores, uno de ellos hijo del panista ex secretario del Trabajo Javier Lozano Alarcón: Es increíble que a ellos les permitan el acceso a mi carpeta y a mí, que soy la víctima, no. Una ministerio público me pidió datos de prueba, y mientras eso hacía, estaba solicitando el no ejercicio de la acción penal. Al final renunció porque descubrimos todo.

Dice que ambos presuntos violadores utilizan sus influencias, y denuncia que son beneficiados por el juez Édgar Agustín Rodríguez Beiza: Todo el tiempo les conceden todos los amparos. Me tocó un juez a modo que me llama mentirosa, me violenta y utiliza su fuero en mi contra; es un juez que siempre favorece a los imputados de violencia sexual.

Explica que al llegar la fiscal Bertha Alcalde las cosas han cambiado: Ahora están resolviendo con justicia. Ahora el problema son las otras autoridades, como el IMSS, que se niega a dar información laboral sobre los dos violadores. El sistema está corrompido y hacen todo para torcer la verdad.

Ahora, su amiga Paulina, la testigo de los hechos, ha cambiado su versión: Dice que sólo vio que yo estaba muy peda, y se fue y me dejó ahí esperando un Uber con otros compañeros que también mienten sólo para encubrir a los violadores, cuando tenemos pruebas de que existió una habitación a nombre de Gabriel; hay audios que grabé de Paulina diciendo lo que me hicieron, pero no se atrevió a decirlo ante la policía o al jefe del despacho. Era mi amiga.

Añade: Ambos violadores son muy influyentes. Llevan este proceso judicial de manera cochina, corrupta y contaminado, pero no me importa que me denuncien por daño moral, yo sé que estoy diciendo la verdad. Están presionando para que siga el juez con mi asunto. Quieren sobreseer mi caso. Es el plan que tienen. Ayudan a estas personas para que sigan violentándome.

Dice que desde hace años deberían haberles dado prisión preventiva oficiosa: Es lo que les corresponde, de acuerdo con el 19 constitucional y los nuevos criterios jurisprudenciales.

Las consecuencias de ocho años del trauma que sufrió Amarande le han dejado secuelas severas: “No he dormido, no he comido bien. Tengo pesadillas, me levanto con dolor de estómago, a pesar de que tengo herramientas para sobrellevar esto, gracias a mi red de apoyo de gente que me quiere. De todas maneras, eso no quita que, como víctima, se te olvide lo que te hicieron.

Odio pensar que más niñas sufran este tipo de violencia y luego que a ellas las violente el podrido Poder Judicial. La primera barrera para conseguir justicia es el tráfico de influencias. Hay quienes controlan el sistema como si fuera títere. Estoy sufriendo, sintiendo que, por más que he hecho, el esfuerzo de estar ahí, un juez me sigue lastimando, a pesar de haberlo denunciado públicamente. Tengo que estar defendiéndome constantemente de la institución judicial.

Deberían grabar a los ministerios públicos

Explica que al personal de las fiscalías y los juzgados les falta mucha perspectiva de género. Primero toman la presunción de inocencia de los violadores, existiendo elementos de prueba en la carpeta de investigación. Buscan una justificación para encubrir a violadores. Primero hay que ponderar a la víctima, no a los acusados. Hay suficientes pruebas para llevar un juicio, pero no hemos ni siquiera pasado el estándar probatorio de la vinculación a proceso. Eso es corrupción.

Para Amarande, el delito de violación sigue quedando en gran medida impune por la falta de preparación de las autoridades del sistema de justicia: “Las mujeres en México sufren no solamente por la violación perpetrada, generalmente por personas conocidas, sino también por falta de justicia, porque son revictimizadas, humilladas, cuestionadas de una forma ofensiva por la autoridad y terminan siendo acusadas –como es mi caso– de falsedad de declaración y finalmente perseguidas por el Estado mexicano, como si fuéramos brujas, sólo por haber tratado de defender nuestros derechos. Hay jueces como el que me ha tocado, que son capaces de liberar a violadores de niños”.

Afirma que espera que sus violadores recapaciten: Insisten en no permitir un proceso justo. Lo único que pido es equidad, igualdad de condiciones. Estoy segura de lo que me pasó y de lo que ha investigado la fiscalía, porque lo viví y lo siento todos los días. Y que ellos pretendan arruinar mi vida, es terrible.

Por eso considera fundamental la reforma al Poder Judicial: México necesita buscar tener en el Poder Judicial a personas con vocación de servicio. Eso nos va a ayudar a disminuir una corrupción extrema que ahora existe por falta de vigilancia y tecnología. Debería haber una cámara que grabara todo el tiempo a los ministerios públicos.

Amarande ahora ayuda a otras víctimas como ella: “Yo no me dedicaba a delitos sexuales, ni a la protección de mujeres. Ahora mi trabajo en favor de ellas me ha ayudado a humanizar mi carrera y a entender otra posición del derecho.

Añade: Espero que a los violadores les llegue un perdón a sus mentes. No voy a descansar hasta que se haga justicia. No voy a callarme. Ni voy a permitir que le hagan daño a otra mujer.

Tomado de https://www.jornada.com.mx/