Largas filas se vieron en el último día para contar con la credencial de elector en todas las oficinas del INE a nivel nacional, ya es una broma y de mal gusto decirlo, que así somos, que siempre todo lo dejamos a última hora, que es verdad, pero es algo propio de muchos países y no sólo de los mexicanos, así que no hagamos de las malas prácticas parte de nuestra identidad.
Estas filas, esta fiebre, este revuelo por participar en las próximas elecciones, me dan mucho que pensar, pero vamos por partes.
Un primer pensamiento positivo es que existe un gran interés de participar en el proceso electoral, de repente de forma responsable miles y miles de ciudadanos consideran que son parte fundamental de la democracia por lo que es fundamental contar con su documento electoral y hacer válido su voto en el día que se conoce como la fiesta de la democracia.
En segundo lugar, los operadores electorales están haciendo su trabajo, así que han movilizado a su mercado electoral para que puedan recibir lo prometido a cambio de su voto, por lo que si no votan no tendrán premio, así que todos a tramitar su credencial, para ser registrados en las listas de los operadores, ser movilizados el día de la fiesta y posteriormente recibir su recompensa.
A pesar de que una gran cantidad de trámites están ligados a la credencial de elector, todavía como lo vimos, miles de personas desdeñan el documento, salvo cuando reciben un estímulo adicional para tenerlo, estímulo que al parecer llega con cada proceso electoral.
Es nuestro INE, nuestra credencial, uno de los documentos más preciados, es básicamente el único documento que nos da identidad como ciudadanos, tanto que se abre el debate de la urgente necesidad de un documento de identidad que incluya también a los menores de edad.
Lamentablemente considero que los avances democráticos que se han tenido, entran al mercado electoral y me parece que estas largas filas obedecen más al interés de los operadores que al fervor democrático y el resultado puede ser una prueba de lo que es nuestra débil democracia.
Bueno, sí, todos por la credencial de elector, pero por compromiso, no por intercambio comercial.
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