febrero 10, 2025

Democracia y debate | López-Gatell

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Algunos voceros suman credibilidad, otros sin embargo contagian desprestigio a quienes representan.

El hablar a nombre de alguien es complicado, tiene que ver principalmente con algunas condiciones que se tienen que tener presentes. Por ejemplo, el titular o el responsable por alguna razón es conveniente que no salga, que no se exponga, que no hable o que hable lo menos posible, esto derivado de lo delicado de los asuntos que se manejan, también puede ser porque no tenga las suficientes habilidades para comunicar correctamente, otro motivo es que se tiene que cuidar al titular de los conflictos y poner una especie de muro que detenga los embates o condiciones complicadas que intentan desacreditar el trabajo o responsabilidad del actor principal o simplemente para cubrir más espacio de comunicación con otra voz u otras voces.

Los voceros tienen que reunir características importantes, la primera condición necesaria es que tengan habilidades para comunicar; En segundo lugar, que cuenten con credibilidad, que en su historia personal no tengan hechos o actos que les resten confianza. Estas dos condiciones iniciales pueden por lo menos al principio dar certeza a quien lo escucha; En tercer lugar, contar con conocimiento del tema, saber los elementos mínimos indispensables, no necesariamente como especialista, pero sí contar con los conocimientos necesarios para comunicar el tema de que se trate, sumando a esto la habilidad de traducir en caso de que sea un lenguaje muy técnico y así poder por lo menos intentar hablar en un lenguaje de fácil acceso a todos. Estos elementos son, considero los mínimos.

Pasemos de los mínimos a otros elementos o condiciones que suman en beneficio del que no puede dar la voz. La vocera o el vocero, tendrá que construir en caso de que no lo tenga ya una buena relación con los intermediarios entre su función y el gran público, estos son los medios de comunicación, la prensa, los reporteros y los comunicadores de los medios tradicionales, convencionales o novedosos. Hablamos de construir lazos de confianza entre el, ella y ellos. No mentir, no engañar. Si se daña esta relación el mensaje puede ser ignorado. Otro elemento o condición es tejer una red de vinculación con otros actores sociales, miembros de la sociedad civil, jóvenes, mujeres, organismos nacionales o internacionales, según el tema o materia de que se trate, pero así la voz llegará por diferentes medios y suma oídos que escuchen, será un buen punto ganado.

López-Gatell se ha convertido en un pararrayos, un vocero que enfrenta una pandemia, es la voz del ejecutivo, ni más ni menos, en un tema para el cual el mundo no estaba preparado, una situación sanitaria que ha costado vidas, incertidumbre, ha provocado miedo, crisis económica, la evidente crisis de salud y tantas otras consecuencias negativas que todavía no alcanzamos a ver.

Para todo lo anterior y mucho más, López-Gatell es la voz, el muro y el responsable, de contener, informar, dar confianza y certeza.

Su voz es constantemente evaluada y calificada, pero será con más tiempo, cuando se vea con claridad cuales objetivos logro y cuáles no.

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