La mataron, eso ya todos lo sabíamos, lo sabía su padre, su familia, lo sabía prácticamente todo el país, sólo eran las autoridades responsables de investigar el caso los que al parecer “no sabían”.
Debanhi, que dejó antes de morir como en el cuento de los niños en el bosque, un caminito de migajas de pan para que pudiéramos seguirla hasta su lamentable final. Así como los niños del cuento fue dejando rastros para que la encontráramos.
Resultado de la última autopsia, que dio un giro que, insisto, ya sabíamos todos: Debanhi Escobar, murió por asfixia por sofocación entre tres y cinco días antes de ser encontrado su cuerpo.
Entonces hablamos de todo un sistema que no funciona, que no es capaz primero de proteger, en segundo lugar, de investigar y en tercer lugar de castigar.
Debanhi, todos la vimos, sola, defendiéndose como podía, en una sociedad que mata, estigmatiza, juzga y necesita urgentemente volver a rehacer el llamado tejido social.
Vimos a esta extraordinaria mujer caminar sola de noche, defenderse ante las agresiones, correr desesperada, lo que nunca vimos fue a una autoridad cuidándola, defendiéndola, tampoco vimos a una sociedad solidaria y empática.
Cuando dejamos de ver a Debanhi, la encontramos sin vida y se nos dijeron, un montón de mentiras, parecía que había urgencia de cerrar el tema y pasar a otra cosa. Pero no, un padre amoroso y valiente siguió adelante y hoy sabemos que todo falló, que todo operó en contra de una persona que pudo ser cualquiera.
¿Habrá consecuencias para sus agresores, para las autoridades?
Nos queda una gran y poderosa imagen de una mujer viendo al infinito, en una noche de viento que con suavidad parecía acariciar su falda, dejando al descubierto sus tenis juveniles. Una fotografía donde Debanhi portaba un cubrebocas, lo que nos dice con claridad que quería vivir, quería seguir en este mundo, quería enfrentar a la pandemia y vencerla.
Estoy seguro que enfrentó a sus agresores con dignidad, ahora hace falta que llegue la justicia, para que ese viento que la toca en esa fotografía la levante en vuelo y su recuerdo sea eterno.
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