diciembre 10, 2024

De un hilillo pende la Verdad que dice Sombra… *

De un hilillo pende la Verdad que dice Sombra… *

Colaboraciones Pura López Colomé …como la savia que por el tallo asciende, vibra en su timbre y se enciende; apaga eso que estaba de más  esa carga de la vida; igual, cantando en otro sentido,  pende la hebra al aire de...Tomado de https://morfemacero.com/

Colaboraciones

Pura López Colomé

…como la savia

que por el tallo asciende,

vibra en su timbre

y se enciende;

apaga eso

que estaba de más 

esa carga de la vida;

igual, cantando

en otro sentido, 

pende la hebra al aire

de una bella telaraña rota,

previo reflejo del cosmos.

          Sutil bordado 

          de viuda negra

          llorando.

Sus lágrimas 

minúsculas

resbalan 

perfectas 

como el rocío,

mientras las notas

reverberantes                      

se disolvían sin querer,  

óvalos pálidos

en uno de tantos lechos;

y la sangre, ay la sangre 

          -sorda al desprendimiento

          del otro hilillo flotante-

seguía su cauce

con espesa lentitud

trasladando, 

sustanciando

la poderosa intención

de ancho río subcutáneo.

Demasiado peso, 

demasiada pena

para un cuerpo común y corriente

cuyas redes interiores 

habían soltado ya

tanta banalidad, tal indelicadeza.

Y yo instalada en el recuerdo de

la fuerza que por el verde tallo

mientras la viuda retenía

su misterio, 

encerrado a piedra y lodo:

alguien a las dos

nos observaba 

desde otra esfera

a punto de articular

el engañoso “aliento”

que me diría al oído:

          será primavera

          cuando esta luz

          nos atraviese.

[Me soñé despierta, vigilando tu respiración pausada, tu sonrisa involuntaria con los ojos cerrados. De la nada, comenzabas a hablar.  No entendía bien tus frases. Un remolino de palabras, sílabas sueltas, algo en torno a un tejido protector… un olvido de. Emisiones inconexas, eco vaporizando el ritmo de inhalación y exhalación.  Me acerqué y aspiré el dulce aire frío.  Principiaba el ciclo, según el calendario.]

Misterio encarna

la boca, 

el burdo músculo interior

cuyo nombre confunde

lengua

con multiplicación 

babélica y deseosa.  

Ella permite también 

cantar a coro

uno con uno,

en acrobacia   

sobre un hilillo

de voz.  

Que ahora lanzo a los cuatro vientos

suplicando al buen entendedor

al buen pastor

al buen misterio

a buen puerto llegar 

a la buena de Dios

a buena hora, 

que cure  

este dolor

anónimo, 

que nos toque la piel,

nos toque en suerte,

nos arranque 

los acordes 

que anuncien

el fin

dando fin

a esta falta atroz

de compasión.

[Sin la menor sombra de duda y comenzando por la sombra, la palabra, profeta en su tierra, se cierne sobre esta tierra adolorida.  Un recuerdo aislado, sumergido en la emoción adolescente, ahora me grita que la elegía de W. H. en memoria de W. B. concentraba todas las respuestas.  Me pone los cabellos de punta.  Recuerdo haber leído esellanto atronador, dejándome penetrar por su verdad sin religión: “la poesía no hace que algo ocurra”, haberlo sentido en carne propia:  no revive a mis muertos, deja en su lugar un canto fúnebre.  Ese verso, tan manoseado, lleva después, en las frases contiguas, el relámpago, la tangible profecía, esa que nadie cita ni recita, en la que muy pocos reparan: “sobrevive en el valle de su decir … fluye hacia el sur, entre granjas desoladas, rebosantes de congoja, pueblos toscos en los que creemos y morimos; sobrevive, una manera de ocurrir, una boca”.  En efecto, la poesía no hace nada (como se dice de un animal que parece violento y agresivo, pero también sabe llorar, echar cataratas de ternura por los lagrimales).  No hace “nada”, (su decir) no hace daño. Solamente hace creer, hace mirar, hace pensar, hace llorar.  Esta vox clamantis vaticinó lo que seguirá vivo.  Nos iremos yendo uno por uno, de diez en diez, de cien en cien, de mil en mil, este afónico concierto de las almas. Nos iremos yendo.  Con todo y lengua.  W.B. “desapareció en pleno invierno”, según el calendario. Como mis sueños.  O mis recuerdos.]

Mientras las cuerdas 

vocales

sean

Primavera

Mientras los hilos 

asciendan 

por el tallo de la flor

Verano

Mientras la miniatura

de estas vidas

alcance y conmocione

Otoño

Mientras llega el invierno.

Mientras se vaya yendo.

*Paráfrasis de Paul Celan

Poema tomado del libro Expósita (Fondo de Cultura Económica, México, 2024).

Tomado de https://morfemacero.com/