#CultureClub: Los ambientes incómodos de Denisse Noriega, una artista de estéticas oscuras

Cuando Denisse Noriega pinta pone el playlist más largo, «nunca sé cuánto me voy a tardar, pongo música y siempre me doy cuenta al final que la pieza resultante tiene que ver con alguna de las canciones que escuché esa tarde”....

// Por: Concepción Moreno

Jue 11 marzo, 2021

Cuando Denisse Noriega pinta pone el playlist más largo, «nunca sé cuánto me voy a tardar, pongo música y siempre me doy cuenta al final que la pieza resultante tiene que ver con alguna de las canciones que escuché esa tarde”. ¿De que van sus elecciones? Son ambiguas, dice, “me gusta la música, nunca voy a decir que toda, no soy versátil ni mucho menos, de hecho detesto esa palabra, soy dark wave, rock, techno, experimental, pero ahora, a diferencia de algunos años más clavados, me permito conocer algún nuevo género”.

Noriega es una pintora de estéticas oscuras, perturbadoras. En su obra, abundan los rostros que escrutan, la bocas que besan a la nada. Muchos de estos elementos las toma de revistas, hace collages que poco a poco van combinado con pintura. Agrede el lienzo, es la mejor forma de ponerlo: se puede comparar su estética con un desangrado de pintura derretida. Sangre caliente, estéticas lóbregas. Los ambientes incómodos de Denisse.

Una inspiración para la pintora es el arte de diferenciar el horror del terror. A Denisse Noriega le gustan los ambientes incómodos, de puede ver en piezas como “Pinky’s Dream”; siluetas que se desdibujan y aparecen de nuevo para sorprender a quien mira. Son sus piezas obra directa de sus influencias al paso del tiempo, entre ellas David Lynch.

“Estoy planeando una feria de arte, mexicana, poderosa, en la que muchos espacios estén relacionados con la estética de Lynch”. Quiere una exposición donde se exciten varios sentidos, no solo la vista: “música generativa, ambientes incómodos donde no entiendas porque, pero te seduzcan a entrar… (La imagino) de un lado a otro, pero siempre manteniendo esta línea estética”. Muy a la Lynch, pues.

Se pueden imaginar los personajes de las piezas de Denisse Noriega en Black Lodge, el reino de pura maldad de Twin Peaks, donde vive El hombre de otro lugar, un demonio que acecha al protagonista del programa. Como la serie de Lynch, pinturas como ‘Illusion of Truth» o ‘Repeat a Lie Often Enough and It Becomes the Truth’ son sofisticadas en su horror: de aire femenino, pero también agresivas. El espectador las mira y tiene la sensación de que están vivas y esperando a atacar.

Muchos de los rostros de los cuadros de la artista son tomados de publicaciones. Siempre regresa al collage que la inspiró al principio de sus tanteos en el arte. En muchos de sus cuadros se pueden reconocer las sonrisas falsas de la cortesía ensayada de las revistas de moda.

No solo se puede leer a Lynch en la obra de la pintora: también se encuentra la influencia del cine slasher como Texas Chainsaw Masacre: se intuye al asesino Leather Face en ‘Evil II’. El gore le interesa a Denisse Noriega. Vaya: ¿qué secretos guarda con lebreles el inconsciente de un artista?

Dos o tres pinturitas y un pincel prestado

En plena crisis existencial Denisse tomó prestado un pincel, tenía algunas pinturas y se puso frente al lienzo. El resultado es su exploración creativa en la pintura. «En este momento el mundo está increíble, para cualquiera se quiera dedicar al mundo creativo», dice la pintora.

Dicho y hecho: hace dos años, con esas «dos o tres pinturitas» y el pincel prestado, comenzó su exploración creativa en este momento histórico en el que el arte está en pleno cambio. Primero se fue con el arte abstracto, pero un día se dio cuenta que rostros y figuras le respondían en el lienzo: se dio cuenta que eso era lo que quería pintar. Adquirió un estilo, una voz propia, proceso tan difícil del arte. Puede ser expresionista, puede inspirarse en las tinieblas, pero tiene una forma muy personal de crear. Prefiere eso a inscribirse en corrientes que muchas veces ya no dicen nada.

¿Por qué este es un momento particularmente fascinante para crear? El mudo, en crisis, está transformándose en un caldo de cultivo de ideas creativas para lograr un renacimiento.  Los artistas están mudando de plataformas analógicas a las digitales. Sin embargo, este no es el caso de Denisse: no se encuentra a sí misma con apps plásticas o de diseño. Piensa que es preferible mancharse de pintura si con eso se logra una relación orgánica con la obra.

Su relación con su obra es espontánea, y eso se nota. La sorprenden a ella misma los resultados: «Soy súper ‘manitas’, no hay cómo ver qué va pasando (con la pieza) y tú mismo experimentes lo que sucede», dice de su proceso, «puedes buscar que el resultado final sea de una manera, pero al final resulta súper inesperado».

De finales inesperados trata la obra de Denisse Noriega. De historias que dan vuelcos en una sola imagen: drama, oscuridad, mensajes catatónicos. Ella surgió de una crisis, y su obra es el reflejo de ese encuentro con verdades que la artista lleva muy hondas. Intriga pensar de dónde viene esa obsesión con lo incómodo.

No es una artista fácil, pero ¿a quién le pueden interesar hoy, justo ahora, las ideas sosas, los lugares comunes? Si algo requiere un cliché es porque no está diciendo nada. Y Denisse dice mucho: lyncheana, posmoderna, con una fascinación por lo que su pintura puede aportarle a lo preexistente. Albricias por su cosmos de caos y miradas inquietantes.

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Tomado de https://warp.la/