‘Creación’, acuarela de Diego Rivera: obra inspirada en el Popol Vuh

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La creación es una acuarela de Diego Rivera, que forma parte de las piezas más simbólicas del periodo estadounidense del pintor mexicano. La obra se realizó durante el verano de 1931 en San Francisco, como parte de un proyecto editorial que buscaba ilustrar una traducción al inglés del Popol Vuh, libro sagrado de los mayas k’iche’.

Pese a que el proyecto nunca vio la luz como publicación, el artista mexicano dejó un legado visual de gran riqueza y poder narrativo. En la acuarela La Creación, Diego Rivera representa el momento mitológico en que los dioses crean el mundo y todo lo que contiene: seres humanos, animales, plantas, peces y elementos naturales.

La imagen es una síntesis estética del universo maya, combinada con el estilo monumental y sintético que caracterizó al pintor en su madurez. Aunque se trata de una obra sobre papel, no pierde la fuerza ni el dramatismo que Rivera proyectaba en sus murales.

Los colores están distribuidos con equilibrio, y las figuras conviven en un plano simultáneo, como si flotaran dentro de un relato cíclico del origen del cosmos.

Rivera, Diego, and Jay I. Kislak Collection. Creation. Photograph. Retrieved from the Library of Congress, . Creación, una acuarela de Diego Rivera para ilustrar una traducción del Popol Vuh al inglés. Library of Congress.

Creación, acuarela de Diego Rivera y el proyecto Popol Vuh

La creación, fue una acuarela de las 21 piezas que Diego Rivera produjo para este encargo editorial. En total, Diego ilustró una selección de escenas recogidas del Popol Vuh, texto indígena que narra la historia de los dioses creadores, los gemelos heroicos, la creación del maíz y la configuración del mundo humano. Las acuarelas no formaban una serie mural ni estaban pensadas como conjunto monumental, pero cada una mantiene un equilibrio entre lo pictórico y lo narrativo.

Vera Alleman Los héroes gemelos del Popol Vuh. Acuarela que, al igual que Creación, formaba parte de las ilustraciones de Diego Rivera. Pexels.

El encargo surgió de su estancia en San Francisco, en una época en que Rivera gozaba de enorme prestigio en Estados Unidos, tras el éxito de sus murales en el City Club y la Bolsa de Comercio. El interés por la iconografía indígena mexicana en el ámbito académico anglosajón coincidió con la figura pública de Rivera como muralista del México revolucionario.

Por eso, cuando se le propuso ilustrar el Popol Vuh para una nueva edición norteamericana, aceptó sin reservas. La obra estaba pensada para un público internacional, pero en cada acuarela se percibe el profundo respeto que el pintor tenía por los pueblos originarios.

Un universo narrado con tinta y color

Las 21 acuarelas, hoy resguardadas en colecciones y archivos especializados, muestran una interpretación libre del Popol Vuh. Rivera no pretendía ser literal. Su intención era visualizar el espíritu del relato maya, destacando la cosmogonía, la lucha de los dioses, el valor del maíz y la conexión entre el mundo humano y el sagrado.

Vera Alleman El sacrificio y auto sacrificio ante el dios Tohil. Pinterest.

Aunque se inspiró en el texto original, el pintor incorporó también elementos iconográficos tomados de códices prehispánicos y esculturas mesoamericanas. Muchas de las figuras que dibuja poseen una estética que recuerda tanto al arte mexica como al maya clásico. Diego Rivera no era arqueólogo, pero dominaba con maestría el lenguaje simbólico de Mesoamérica.

En varias de las composiciones aparecen elementos acuáticos, cuerpos en movimiento, rostros dobles y plantas germinando, todos signos de vida y transformación. El color, por su parte, cumple una función simbólica: azules intensos para el agua, ocres y rojos para la tierra, verdes para el maíz y dorados para la divinidad.

Un proyecto sin publicación, pero no sin legado

El libro nunca se publicó. Se desconoce con certeza por qué el proyecto editorial fue cancelado, aunque se sospecha que razones económicas o editoriales influyeron en ello. Sin embargo, las acuarelas sobrevivieron, y hoy forman parte de los testimonios menos conocidos pero más sugerentes del corpus riveriano.

En 2010, la editorial Turner y el Instituto Nacional de Bellas Artes publicaron por primera vez las reproducciones completas en el volumen Popol Vuh. Las antiguas historias del Quiché con los textos de Adrián Recinos, lo que permitió redescubrir este conjunto excepcional.

Con las ilustraciones del Popol Vuh, Diego Rivera propuso una lectura visual del mundo indígena como una fuente viva de sabiduría, símbolo de resistencia y raíz de identidad. En medio de un mundo que se modernizaba a pasos agigantados, el pintor volvió la mirada a los relatos ancestrales para afirmar que la historia de América no comenzó con la Conquista, sino mucho antes, en los cantos, los símbolos y los colores de los pueblos originarios.

De este modo, Creación, la acuarela de Diego Rivera es la síntesis de una visión del mundo en la que el arte, la espiritualidad y la naturaleza coexisten como un todo inseparable.