Cómo la investigación sobre salud integral responde a la crisis del manejo del dolor

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El dolor no es algo simple ni sencillo, y tampoco lo es su tratamiento. El dolor crónico es una de las razones más comunes por las que se busca atención médica, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).

El uso de medicamentos opioides fuertes para el tratamiento del dolor intenso en adultos (en inglés) se ha más que duplicado desde 1998, según datos recientes del Centro Nacional de Salud Complementaria e Integral (NCCIH, por sus siglas en inglés), que impulsa la investigación sobre el dolor en los Institutos Nacionales de la Salud (NIH, por sus siglas en inglés) junto a otros centros e institutos.

Como parte de la iniciativa HEAL (Helping to End Addiction Long-term, o “Ayudar a terminar con la adicción a largo plazo” en español) de los NIH, el NCCIH está estudiando cómo aliviar el dolor crónico y reducir la necesidad de medicamentos opioides gracias a tratamientos como la atención plena, la acupuntura y el masaje. La Dra. Helene Langevin, directora del NCCIH, habla sobre la importancia de esta investigación y de por qué un plan de tratamiento del dolor a menudo requiere más que una pastilla.

¿Qué es la salud complementaria?

“Buscamos una investigación que básicamente conecte todas las partes de la experiencia del dolor, física, emocional y conductual”.

– Helene Langevin, M.D.

Los tratamientos complementarios no son consideros alternativas a los tratamientos convencionales. Están pensados como un complemento, es decir, ser usados como parte del plan general de atención médica.

Muchos de estos tratamientos entran en la categoría de lo que llamamos “mente y cuerpo”. Algunos tienen una base principalmente psicológica, como la meditación. Otros se basan más en la parte física, como la fisioterapia manual o la acupuntura. Algunos son una combinación de ambos. Por ejemplo, el yoga tiene un fuerte componente mental, pero también uno físico con movimiento.

En el NCCIH, estamos interesados en la forma en que estos tratamientos complementarios se integran o utilizan junto con los tratamientos convencionales. ¿Cuál es la mejor forma de combinarlos para ayudar mejor a los pacientes? Estamos muy comprometidos y trabajando en colaboración con otros centros e institutos de los NIH para comprender mejor esto.

¿Cuáles son algunas de las prioridades actuales en la investigación del NCCIH?

Una de ellas es investigar enfoques no farmacológicos para el tratamiento del dolor crónico. Esto tiene una importancia extraordinaria y participamos activamente en varios componentes de la Iniciativa HEAL. HEAL significa  “Ayudar a terminar con la adicción a largo plazo” en inglés y es una respuesta a la crisis por uso indebido de opioides, pero también busca acabar con lo que sentimos es además una crisis en el manejo del dolor.

Ahora mismo, necesitamos mejores opciones de manejo del dolor crónico que no sean medicamentos como los opioides, los que pueden causar adicción. Y sabemos que las opciones no farmacológicas para el dolor, como la acupuntura, la terapia cognitivo-conductual y las técnicas basadas en la atención plena, se recomiendan como primera línea de tratamiento. El problema es que estos tipos de tratamientos no siempre se ponen en práctica.

¿Cuáles son otros temas clave?

El NCCIH también está muy interesado en los mecanismos del dolor. ¿Qué relación existe entre la percepción del dolor y las emociones que una persona experimenta cuando siente dolor? ¿Y qué relación hay entre la percepción del dolor y la capacidad de funcionar? Sabemos que el dolor crónico puede afectar las partes del cerebro que controlan el razonamiento y la regulación emocional. Y eso puede afectar el comportamiento. Queremos hacer una investigación que básicamente conecte todas las partes de la experiencia del dolor, física, emocional y conductual. Algunos institutos de los NIH tienden a concentrarse en un aparato o sistema del cuerpo a la vez. En el NCCIH, nos interesan las relaciones entre los aparatos y sistemas orgánicos y el papel de la emoción y el comportamiento.

También esperamos hacer más investigación sobre el dolor miofascial, esos “nudos” sensibles y dolorosos que la gente a veces siente en el tejido conjuntivo y los músculos. Al asociarnos con otros grupos en los NIH, buscamos comprender mejor el dolor miofascial. Esto incluye usar mejores herramientas de imagenología.

¿Cuál es una idea equivocada sobre el tratamiento del dolor?

Mucha gente piensa que el problema principal del uso de los medicamentos opioides es el riesgo de adicción. Aunque eso es cierto, hay otro asunto clave: en muchos pacientes, los medicamentos opiáceos no son eficaces para el dolor crónico. En algunos casos, las investigaciones muestran que aumentan el dolor. Por eso se necesitan otras opciones de control del dolor, para que la administración sea más segura y el tratamiento más eficaz.

Tomado de medlineplus